[1]Foto: Pixabay.
Además de ser un destacado escritor contemporáneo en Rusia, Zakhar Prilepin es un abierto ideólogo político. Es miembro del Partido Nacional Bolchevique, y presenta un programa de televisión en la nacionalista y ultraconservadora estación de Tsargrad TV [2]. Prilepin es también jefe de Svobodnaya Pressa [3], otro destacado medio de comunicación a favor del Kremlin que se enfoca en política, el ejército y economía.
En marzo, Prilepin apareció en un desconcertante video en línea.
En ese mes, anunció la formación de un nuevo batallón de voluntarios que lucharían en el este de Ucrania por la autodeclarada “República Popular de Donetsk”. Este grupo de batalla “entraría en caballo a cualquier pueblo que [los rusos] hemos abandonado”, declaró.
En el video, publicado por el tabloide Life.ru, afín al Kremlin, Prilepin enfrenta a la cámara, sostiene un papel con un torpe dibujo del signo de la paz. Luego silenciosamente declara:
“Todos los escritores del mundo siempre han apoyado la paz. Shakespeare, Shenderovich, Dante, Andrei Makarevich — todos. También apoyo la paz. Gracias a todos”.
Con un súbito aire de extremo aburrimiento, le pregunta al camarógrafo si está listo, antes de girar la gran pistola antiaérea montada en un camión detrás de él. “¡Vamos a trabajar!”, grita, y el pistolero dispara varias estruendosas rondas en el horizonte.
El mismo día, Prilepin publicó un editorial [4] en el sitio REN-TV, afín al Kremlin, donde presenta otro programa. En este texto, trató de explicar el significado de su “video de la paz”.
“La paz no es un regalo”, escribió Prilepin crípticamente. “La paz es un trabajo. Cuando no hay paz, debemos luchar por ella”.
También señaló su confianza de que la historia está de su lado, cuando se trata de este tema. “Es completamente obvio que Lev Tolstoy, así como Pavel Katenin, Mikhail Lermontov y otra docena de poetas estaban definitivamente comprometidos con ‘guerras de conquista’”, explicó Prilepin, antes de nombrar a otros varios famosos escritores, incluidos Pushkin, Baratinsky, Garshin, Batyushkov, Slutsky y Lukonin.
“Estoy a favor de la paz. No sé a favor de qué están ustedes”, dijo Prilepin a sus lectores. “Y honestamente, no me interesa”.
A la semana siguiente, escribió otro editorial [5], esta vez sobre la televisora de propaganda rusa RT (antes “Rusia Hoy”), donde declaró que la “literatura no es sobre humanismo”, y explicó que a veces deja su base de operaciones en Donetsk para ganar dinero en Rusia. Usa los ingresos para comprar suministros militares para los separatistas, dijo.
En marzo, el escritor guerrero de Rusia tuvo un espíritu similar en el sacerdote guerrero del país. El 9 de marzo, Vsevolod Chaplin, exportavoz de la Iglesia Ortodoxa Rusa, escribió una breve publicación de Facebook [6] donde explica cómo cree que el país debe tratar a los “traidores”.
En respuesta a la noticia sobre el asesinato de Kim Jong-nam en Malasia, donde compara la cobertura de informes de 2006 sobre el asesinato de Alexander Litvinenko, presumiblemente a manos de agentes rusos, Chaplin se quejó de que “traidores” estaban disfundiendo histeria otra vez.
Con el argumento de que a esas viles personas deberían privarlas de su “comodidad psicológica”, Chaplin hizo tres recomendaciones exageradas: levantar la moratoria de Rusia a la pena de muerte, crear “unidades especiales para llevar a cabo sentencias judiciales”, y autorizar “ataques de misiles guiados” contra los traidores.
Comprensiblemente, los usuarios rusos de internet les divirtió ver el asesinato patrocinado por el Estado de un sacerdote. Lentach, popular comunidad satírica, le recordó juguetonamente [7] a Chaplin algo en el Cristianismo que se llama Quinto Mandamiento (“No matarás”).
No era la primera vez que Vsevolod Chaplin promocionaba el homicidio. En agosto de 2016, estuvo en la estación de radio Ekho Moskvy y afirmó [8] que a veces es necesario “eliminar a algunos enemigos internos”. Cuando le pidieron aclarar qué quería decir, Chaplin explicó que a algunas personas “definitvamente de les ppuede y se les debería matar”, por el interés de la sociedad.