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Kazajistán se prepara para prohibir la oposición política

Categorías: Asia Central y Cáucaso, Kazajistán, Censura, Elecciones, Gobernabilidad, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Política

Parlamento kazajo en Astaná Creative commons [1].

La oposición política nunca tuvo mucha participación en el autoritario Kazajistán, donde el mismo hombre ha estado en el poder durante más de un cuarto de siglo, pero un proyecto de ley en evaluación Parlamento, autorizado rutinariamente, está listo para hacer las cosas aun más predecibles.

Hacia finales de mayo, el legislativo se encontraba trabajando en un proyecto de ley [2] que impediría que candidatos independientes postulen a la presidencia. El proyecto aprobado por los majilis (cámara baja del Parlamento) el 24 de mayo está diseñado para eliminar a «candidatos no serios», según el ministro de Justicia, Marat Beketaev.

La ley representa la culminación de tácticas que el Gobierno kazajo ha perfeccionado desde la independencia en 1991. Como regla, los candidatos de oposición genuinos son eliminados mucho antes de la fecha de las elecciones. El enfoque más típico ha sido la fabricación de casos penales y hasta el encarcelamiento de posibles candidatos de oposición. Cuando la aprobación de la ley, las autoridades ya no deberán recurrir a esos intentos.

En un país donde solamente hay un partido de gobierno que le pertenece al presidente en ejercicio y otros partidos lo apoyan, no puede haber alternativa.

No queda partido que revolver

La ley es significativa pues el Ministerio de Justicia ya hace difícil para los movimientos de oposición registrarse oficialmente como partido político o asociación pública. El caso más destacado es la negativa a inscribir al proscrito partido opositor ‘Alga’ (Adelante), cuyo líder, Vladimir Kozlov, pasó cinco años en la cárcel por «intentar derrocar al Gobierno» y luego fue liberado bajo palabra [3]. Todos los partidos en el Parlamento kazajo son ahora leales al régimen. Otro partido relativamente independiente, el Partido Comunista de Kazajistán, fue disuelto [4] por una controvertida orden judicial en 2015.

La ley puede haber sido redactada con otra opositor del veterano presidente Nursultan Nazarbayev en mente. El banquero y exministro de Enmergía, ahora fugitivo, Mukhtar Ablyazov, que está procesado por acusaciones de soborno en ausencia en Kazajistán ha declarado su intención de derrocar a Nazarbayev y convertir a Kazajistán en una democracia parlamentaria.

Se cree que Ablyazov está viviendo en el exilio en Francia, después de que el Consejo del Estado, equivalente francés de la Corte Suprema, resolvió en contra de extraditarlo a Rusia en diciembre de 2016.

Las autoridades kazajas han sido acusadas de usar a Ablyazov para agobiar a otros críticos del Gobierno que no están relacionados con él. Por ejemplo, el periodista independiente Zhanbolat Mamay [5] está actualmente en prisión y esperando juicio acusado de lavar dinero recibido de Ablyazov a través del periódico Tribuna, donde trabaja. Ha descrito las acusaciones como absurdas.

También se especula que Nazarbayev, de 76 años, se prepara para transferir el poder a un sucesor que prolongaría su régimen, que sus oponentes dicen se caracteriza por ser autoritario y con una corrupción masiva.

En Facebook, el usuario Alibek Tukenov dice que el proyecto de ley limita los derechos de los ciudadanos a participar en elecciones libres y justas.

Ya hay un buen mecanismo para excluir a los candidatos «no serios». Se llama votar. Votar y postular en elecciones es uno de los derechos fundamentales consagrados en la Constitución de nuestro país. Restringir este derecho y sostener que alguien lo podría usar con fines de relaciones públicas no tiene sentido y sirve para ayudar a ejercer presión por los intereses de algunos partidos.

El opositor Erlan Kaliev señala que la Constitución impone una barrera bastante alta para los candidatos opositores, con lo que la ley es innecesaria.

¿Significa esto que el Parlamento no confía en la Comisión Central Electoral? Ya está escrito en la Constitución que, para evitar candidatos «no serios», cada uno debe tener el apoyo de al menos el 1% de los electores.

Nazarbayev ganó la última reelección en 2015 con el 97.7% de los votos. Sin embargo, ninguna misión observadora internacional respetable ha reconocido nunca una elección kazaja como libre y justa. Típicamente, los principales «oponentes» de Nazarbayev en las urnas han sido abiertamente partidarios de sus políticas.