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En Jordania los hechiceros siguen siendo populares

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Jordania, Arte y cultura, Medios ciudadanos, Religión

Amán, Jordania. Foto de Alice Bonfatti. Utilizada con permiso.

La concepción demonológica del Islam considera al jinn (الجن‎‎), anglicismo de genie,como a un sirviente de Dios al igual que todos los hombres. Lo que hace tan fascinante el tema de las creencias y prácticas mágicas en Jordania es la conflictiva relación contraria y tolerante al mismo tiempo entre la religión y «lo oculto». Está claro que el Islam no rechaza la idea de la existencia de la magia; muy al contrario: en varios versos del Corán [1] hay referencias a hacer magia, aunque para condenarla.

Cuando Global Voices preguntó a Ibrahim Othman, taxista de Amán, si creía en la magia, él respondió: «Todo musulmán debe creer en la magia por la historia del profeta Moisés que aparece en el Corán». Según la sura Al ´araf [2] del Corán, cuando Moisés se presentó ante el faraón, se enfrentó a los hechiceros de este último, que utilizaron magia negra para convertir sus varas en serpientes. Con el consentimiento de Dios, Moisés convirtió su vara en una serpiente y obligó a los hechiceros a arrodillarse ante él y a que aceptaran sus profecías, atónitos por el milagro que presenciaron.

Este episodio muestra la distinción que hace el Corán entre magia y milagro, en palabras de Ibn Khaldun [3], uno de los historiadores musulmanes más prominentes, «un milagro es un poder divino que despierta en el alma la capacidad para ejercer influencia. El hacedor de milagros está respaldado por el espíritu de Dios. El hechicero, por contra, actúa solo por sus propios medios con la ayuda de su poder psíquico, y en algunas ocasiones, con la ayuda de demonios». 

En Jordania, la aceptación de la existencia del jinn y su asumida capacidad para poseer a las personas es una de las creencias mágicas más extendidas, así como también el malintencionado mal de ojo [4], los amuletos y el Al- manntoum [5]– práctica en que se utiliza la «impura» sangre menstrual para asegurarse el amor de alguien.

Pero desde la perspectiva de la religión, la magia está mal vista, por decir lo menos. El imán de la mezquita Al-Edlbe en Naúr, Hashem Ali Osman, resumió la postura de la religión frente a la magia diciendo que «la magia es la acción de Sheitan (Satán) y enseñarla, aprenderla y practicarla es haram (pecado)».

Sin embargo, aunque la magia esté estrictamente prohibida, a Ali Osman, el responsable de una mezquita, lo llama unas dos veces por semana para deshacer hechizos. Como la mezquita se percibe como la casa de Dios, quien tiene poder sobre todas las criaturas, los poseídos por el jinn evitan entrar ahí, así que llaman a Ali para que los visite en sus casas. 

El último caso que relató Ali Osman para Global Voices tenía que ver con una mujer de 22 años «de una belleza excepcional» 

Over forty men had asked for her hand and yet each engagement had broken off right before becoming official. Desperate, her family invited me to their house to read to her Quranic verses, thought to be the best way to dispel magic. I then began conversing with the ‘jinn’ who possessed the woman and learned that the magical creature had fallen in love with her. Thus, whenever someone came to offer her marriage, the genie would cause her face to temporarily deform. Upon the unpleasant sight of her suddenly ‘monstrous’ face, all candidates would run away with no intention to come back. Yet, once I finished reading the Quran, the jinn left the woman’s body and soon after she got married.

Más de cuarenta hombres pidieron su mano, sin embargo cada compromiso se rompía justo antes de hacerse oficial. La familia, desesperada, me invitó a su casa para que leyera a la mujer versos del Corán, pues se cree que es la mejor manera de deshacer un hechizo. Entonces empecé a conversar con el jinn que poseía a la mujer y descubrí que la mágica criatura se había enamorado de ella. Así que cada vez que alguien venía a pedirla en matrimonio, este ser hacía que su cara se viera deformada. Ante la desagradable visión del rostro de la mujer repentinamente «monstruoso», los pretendientes salían corriendo sin intención de volver. Cuando acabé de leer el Corán, el jinn dejó el cuerpo de la mujer y poco después se casó.

Aunque los líderes religiosos son unánimes al considerar que practicar magia es casi un pecado, los sheik al-sihr (hechiceros) están muy solicitados. Una simple búsqueda en Google muestra páginas de resultados, con anuncios de hechiceros de Amán que dicen poder «deshacer hechizos», «lanzar conjuros», o ambos.

Captura de pantalla de una búsqueda en Google para «Hechiceros en Amán, Jordania».

Global Voices se puso en contacto con alguien que ofrece estos servicios y descubrió que el coste para realizar magia negra depende del «tipo de trabajo» y va desde los 200 dinares jordanos (282 dólares estadounidenses) a los 100 dinares jordanos (141 dólares estadounidenses).

El bienestar económico, el matrimonio y perjudicar a otros están entre los principales motivos para solicitar los servicios de hechiceros. Sacrificios animales, lanzar hechizos con objetos de la víctima, preparar «bolsitas» con códigos crípticos para dejarlas en el cementerio son algunas herramientas de los hechiceros para practicar su arte.

Resulta interesante saber que, en contraste con la mayoría de otros países musulmanes, en Jordania no existe una ley contra la práctica de la magia. Sheik Ali Osman nos explicó:

While technically individuals could be fined for practicing sorcery in Jordan, such cases are rare, because if someone complains against magic, he will himself get implicated.

Aunque en Jordania teóricamente se puede multar por practicar magia, es raro que se dé el caso, ya que si alguien lo denunciara se vería implicado.

Aunque creer en magia es popular en Jordania, es cierto que hay muchos que se apartan de esa forma de pensar. Sammy Abdelrahim, estudiante jordano de la Universidad de Middlebury, dice que no cree en la magia porque su «religión lo protege». Lubna Mohammad, estudiante de la Universidad de Jordania, dijo a Global Voices que cuando se trata de creer en magia, hay grandes diferencias entre generaciones:

People in the past tried to justify weird events, saying they were caused by magic, because they had no explanation for them. Magic suits my grandmother, while science suits me.

Antes, se intentaba justificar los fenómenos extraños diciendo que eran causados por magia, porque no tenían otra explicación. Mi abuela cree en la magia, yo en la ciencia.

A pesar de lo controvertidas que puedan ser las creencias sobre la magia son muy importantes para muchas comunidades en Jordania, Belal Mustafa, psicoterapeuta y analista del comportamiento clínico en Médicos sin Fronteras en Jordania, advirtió que la creencia en la magia puede influir significativamente a la hora de buscar ayuda psicológica cuando se necesita:

From the point of view of religion, as well as most people, these beliefs are true. Since psychological problems are soto-say ‘unobservable’, they are considered as related to these spiritual beliefs.

Desde el punto de vista de la religión, como de la mayoría, estas creencias son ciertas. Como los problemas psicológicos son, digamos, «difíciles de observar», se consideran relacionados con estas creencias espirituales.

Para Belal Mustafa, explicar que la religión y los tratamientos no están en conflicto puede ser complicado:

Many believe that mental health problems are related to faith defects in the person. The problem that psychologists confront is the tendency of people suffering from psychological disorders to attribute magical interpretations to psychological and behavioral problems and to refuse to be psychologically diagnosed or treated.

Muchos creen que los problemas mentales están relacionados con defectos en la fe de las personas. Los problemas a los que se han de enfrentar los psicólogos son la tendencia de los enfermos mentales a atribuir interpretaciones mágicas a sus problemas psicológicos y de comportamiento y negarse a diagnóstico y tratamiento desde la psicología.

Según el doctor, Mustafa la clave está en el conocimiento:

Our job as psychologists isn't to change patients’ minds, but instead to help them live better. We have the responsibility to inform people about mental health — particularly when the symptoms of magical beliefs resemble psychological disorders like psychosomatic disorders or panic attacks.

Nuestro trabajo como psicólogos no es cambiar la mente de los pacientes, sino ayudarles a llevar una vida mejor. Tenemos la responsabilidad de informar a la gente sobre la salud mental –especialmente cuando los síntomas de las creencias mágicas presentan desórdenes psicológicos como los desórdenes psicosomáticos o los ataques de pánico.

Entonces, ¿qué podemos sacar en claro sobre la creencia en la magia y su impacto social? La compleja naturaleza de la postura que cree en magia la sitúa entre la frontera de la religión, la superstición y la aspiración humana de definir y controlar lo desconocido. Tayseer Abu Odeh, doctorado en literatura comparativa en la Universidad Indiana en Pensilvania, nos obliga a revisar nuestra visión sobre la magia:

The concept of magic in the Islamic world is a problematic issue, leading to ready-made cultural exclusion. Magic is easily portrayed as uncanny, exotic, inconceivable, and mysterious. One of the central problems that arises emanates from the deeply-rooted discrepancy between the imaginative history of the East, as stretched epistemologically and ontologically within the narrative of Orientalism, and the scientific paradigm of the West, as introduced in tandem with the superior image of the Eurocentric discourse of rationalism and modernism. In a nutshell, addressing magic through the lenses of such dogmatic and essentialist ‘style of thought’ mystifies the microcosmic narrative of magic. It reduces it to a mere form of an Orientalist and Islamic fantasy, or a sentimental pattern of metaphysical interpretation.

El concepto de magia en el mundo islámico es un tema espinoso, que lleva a la exclusión cultural. Es fácil tener una visión de la magia como algo sobrenatural, exótico, inconcebible y misterioso. Uno de los problemas principales que surgen proviene de la profunda discrepancia existente entre la imaginativa historia del este, reforzada epistemológica y ontológicamente por la narrativa oriental, y el modelo científico occidental, introducido junto con la imagen de superioridad del discurso eurocéntrico de racionalismo y modernismo. En resumen, concebir la magia desde una forma de pensamiento tan dogmático y esencialista mistifica su narrativa. La reduce a una mera forma de fantasía oriental e islámica, o a un modelo de interpretación metafísica.  

Entonces, ¿podemos dejar a un lado el orientalismo mágico cuando analizamos las interpretaciones sociales, culturales y psicológicas de Oriente Medio? Según Abu Odeh, «tratar la magia como a un fenómeno cultural y antropológico» desmitifica las rígidas malas interpretaciones y lo mitos semireligiosos que han reducido la magia a la categoría de fatalismo y atavismos culturales.

En la misma línea de pensamiento, el escritor musulmán Michale Muhammad Knight sostiene que la exploración de las creencias mágicas es indispensable para comprender la complejidad de Oriente Medio:

Looking at what we might call magic today or throughout Muslim traditions, in many cases it seems to expand the possibilities of what is thinkably ‘Islamic’.

Observando lo que podemos llamar magia hoy día o adentrándonos en la tradición musulmana, en muchos casos parece ampliar las posibilidades de lo que llamamos «islámico».

Para él, esto es una consecuencia social positiva.