Los culpables invisibles en el caso «por aborto» de la salvadoreña Evelyn Hernández

Asociaciones salvadoreñas manifiestan para que la corte rectifique la sentencia dada a Evelyn Beatriz Hernández. Pantallazo del video reportaje hecho por CNN.

En la sociedad salvadoreña hay una fina frontera entre un aborto espontáneo, un aborto voluntario, y un homicidio de un bebé recién nacido. Esta mezcla conceptual se materializa en sus leyes con respecto al aborto, consideradas las más estrictas del mundo.

Fue a partir de estas prohibiciones y las visiones sociales sobre el aborto que Evelyn Beatriz Hernández de 18 años fue sentenciada a 30 años de cárcel acusada de homicidio agravado de su bebé.

Todo empezó el 6 de abril de 2016, cuando Evelyn amaneció con dolores en la espalda y fue al baño. Allí perdió dos litros de sangre, por lo que su madre la llevó al hospital. Mientras se recuperaba, la policía encontró a un bebé muerto en el fondo de su fosa séptica. La interrogante: ¿fue un aborto voluntario, un aborto espontáneo o un homicidio?

La cobertura internacional

El de Evelyn es un caso complejo que no solamente ha dividido la opinión pública en El Salvador, sino que ha resonado fuera del país. Sin embargo, los hechos son difíciles de clarificar y al parecer, los medios internacionales no ayudaron a reflejar sus matices resaltando que la madre fue encarcelada porque tuvo un aborto espontáneo o voluntario.

Tim explica esto en su en su blog sobre El Salvador:

Most of the English language reporting is written for headlines and misses some of the complexities of the story. (…) Several English language news reports state that Hernandez was convicted for failure to seek prenatal care. Reading the various reports of this case (I was not in the courtroom), I think this is incorrect. There was testimony that a local health promoter came to check on her three different times because local people in the community were saying she was pregnant. She or her mother did not permit the health visit, but this was not alleged to be the cause of the fetal death. Prosecutors said this proved (a) Hernandez should have known she was pregnant, and (b) she refused the visits to cover up the fact that she was pregnant.

La mayoría de los reportajes en inglés está escrito pensando en los titulares y pierden algunas de las complejidades de la historia. (…) Varios noticieros en inglés dicen que Hernández fue sentenciada por no haber buscado atención prenatal. Cuando leo los diversos informes sobre este caso (Yo no he estado en la sala del tribunal) pienso que es incorrecto. Según un testimonio, un funcionario local de salud vino a revisarla tres veces porque la gente de la comunidad decía que estaba embarazada. Ni ella ni su mamá permitieron la visita, pero ésta no fue la supuesta causa de la muerte del feto. Los fiscales dijeron que esto probaba que (a) Hernández debería haber sabido que estaba embarazada, y que (b) rechazó las visitas para encubrir el hecho de lo estaba.

Las versiones del caso

Según la fiscalía, Evelyn sabía que estaba embarazada pero quiso esconder su embarazo para poder deshacerse del feto. Primero la acusaron de un aborto voluntario, pero finalmente fue inculpada de haber cometido un homicidio agravado porque el bebé, con ocho meses de gestación, estaba a término y las pruebas forenses eran suficientes para pronunciar que había nacido vivo.

En la Vista Pública a cargo del Juzgado de Sentencia de Cojutepeque, se estableció con suficientes pruebas pericial, documental y testimonial, que la incriminada actuó con [premeditación], en contra de la vida de su hijo, porque incluso después de ingresar con hemorragia al Hospital “Nuestra Señora de Fátima” de Cojutepeque, el seis de abril del año dos mil dieciséis, y de diagnosticarle un parto vaginal intradomiciliar, negó que hubiere estado embarazada.

Pero Evelyn defiende otra versión de la historia. Asegura que desconocía de su embarazo porque no tuvo síntomas y sus menstruaciones continuaron normalmente. Esto significa que no pudo cuidar su embarazo y aumentó, sin saberlo, los riesgos de un aborto natural. Evelyn admitió también haber sido violada repetidamente por pandilleros. Sin embargo, estas explicaciones no tienen peso jurídico ya que todos los abortos están prohibidos en el Salvador, incluyendo a los embarazos productos de violación.

Los defensores de Evelyn y las asociaciones feministas afirman que la chica fue sentenciada sin pruebas directas. Defienden que fue víctima de un procedimiento judicial erróneo que se basó únicamente en presunciones. Aseguran que los documentos forenses son inconclusos porque no determinan con certeza si el bebé murió antes o después de nacer. Para Evelyn y la fiscalía salvadoreña, esta distinción es importantísima. La fiscalía sostiene la segunda opción, por lo que Evelyn fue condenada por matar a su hijo voluntariamente. Su madre, con ayuda de la defensa, está preparando un recurso de apelación.

Leyes prestas para el castigo de mujeres pobres, pero no de pandilleros

A raíz de esta controversia surgió en Twitter la campaña #JusticiaParaEvelyn que busca revocar la decisión judicial. Está liderada por la asociación salvadoreña Las17 y goza de respaldo internacional.

Evelyn no es la única que ha caído en problemas de este tipo. Según la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico, 129 mujeres fueron procesadas por aborto o homicidio agravado, 49 fueron condenadas.

Diversas grupos creen que este problema recurrente tiene su origen en las leyes estrictas contra el aborto. Las que quieren abortar legalmente no pueden, arriesgan su vida y luego son encarceladas. Y las que tienen complicaciones obstétricas son sospechadas de aborto o de homicidio.

Otros grupos ponen el énfasis sobre la pobreza de las inculpadas, el punto común a las mujeres acusadas de aborto u homicidio en El Salvador. La bloguera Virginia Lemus, en un tono duro y sarcástico, subrayó esto, y utilizó la letrina como símbolo de la miseria de estas chicas en su artículo “signo letrina”.

Nadie parece notar que una y otra y otra vez la narrativa de las mujeres acusadas de homicidio –no de aborto, ni lo quiera Dios– en contra de sus fetos tiene como escenario brutalista y vulgar el baño público. No es uno con pastillitas olor lavanda tropical, toallas suavecitas gracias al poder del Suavitel Adiós al Planchado ni duchas con control de temperatura, no. Son fosas sépticas. Estas mujeres-monstruo, inmorales, capaces de matar a sus propios hijos, suelen tener como escenario el piso de tierra, la pared de bahareque, las lombrices reptando al fondo de la fosa.

Finalmente, miembros de la sociedad civil también buscan arrojar luz sobre el hecho de que los violadores de Evelyn quedan sueltos en la calle. Expresan que la fiscalía debería perseguir a los autores de los crímenes sexuales y no a ella:

La impunidad de los autores de la violencia de género no es inusual en El Salvador, el país con la más alta tasa de femicidio del mundo. La mayoría de los casos de violencia doméstica, de violación sexual y de femicidio no son reportados y luego solo 1% de ellos resulta en una condena.

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