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Diversidad interrumpida: Cruzadas contra los gays empañan fachada tolerante de Ucrania

Categorías: Rusia, Ucrania, Activismo digital, Derechos humanos, LGBTQI+, Medios ciudadanos, Política, Protesta, RuNet Echo

Fuente: Aleksandr Nosenko, Instagram.

En los días finales del Concurso de la Canción de Eurovisión de este año, un arcoíris pintado a medias para simbolizar al lema del concurso, “Celebrar la diversidad”, se cernía ominosamente sobre el centro de Kiev.

Después de que líderes de derecha se quejaron de que el colorido dibujo equivalía a propaganda homosexual, la ciudad detuvo rápidamente la reforma del gigantesco arco, que fue rebautizado como “Arco de la diversidad” para Eurovisión (antes se le conocía como “Arco de amistad de las naciones” y estaba dedicado a la unidad rusa y ucraniana en la Unión Soviética).

El monumento incompleto sirve como notorio recordatorio de la batalla no terminada de Ucrania contra la homofobia —problema que se ha acentuado por una reciente serie de ataques homofóbicos.

Según Anna Sharyhina, activista LGBT ucraniana y directora del Programa KievPride [Orgullo de Kiev], numerosos grupos justicieros en todo el país intensificaron sus ataques contra homosexuales, que a menudo son descritos como pedófilos, en los últimos meses. “Cientos de videos de Zaporozhye, Nikopol y otras ciudades ya están en línea, y vendrán más. Es muy importante unirnos y enfrentar los crímenes de odio”, escribió en Facebook el 11 de abril.

Estos grupos, que usan nombres como Naslediye (“Legado”) y Modnyi prigovor (“Juicio de moda”) son la versión local de Ucrania de «Occupy Pedophilia», movimiento ruso encabezado por el neonazi Maxim Martsinkevich, y conocido coloquialmente como Tesak (que significa which means “Hacha” en ruso). Desde 2012, Occupy Pedophilia ha atacado a hombres gays y bisexuales a través de medios sociales y sitios web de citas, donde se hacen pasar como menores para fijar encuentros. Cuando se encuentran, golpean y humillan a las víctimas, les afeitan la cabeza y los obligan a hacer ver que tienen sexo oral y revelan los detalles personales a la cámara. Luego difunden los videos en línea.

En 2013, este “movimiento activista” llegó a Ucrania, donde se le conoce como Holubyatnya Het’!, o “¡Maricas lárguense!”.

Los jusiticieros ucranianos han seguido los pasos de Occupy Pedophilia. Por ejemplo, en Vkontakte [1], Naslediye-Zaporozhye (Legado de Zaporozhye) se anuncia como “movimiento social drigido a exponer a personas que invaden la dignidad de niños”. A la fecha, se han publicado cientos de videos donde las víctimas, a quienes se nota que acaban de golpear, se les obliga a revelar su nombre competo, dirección, fecha de nacimiento y lugares de estudio o trabajo –así información sobre preferencias y experiencias sexuales.

Aunque estos grupos sostienen que protegen al público, sus tácticas violentas e ilegales, junto con su retórica peyorativa, destruyen vidas y ponen en peligro a la comunidad LGBT. Con la proliferación de estos videos en plataformas de medios sociales, fomentan una cultura de miedo y odio hacia los LGBT en un país donde la homosexualidad ya está mezclada con la pedofilia. Esta marca de justicieros con permiso digital a su vez fortalece a otros a cometer crímenes de odio —ya sea sobre la base de orientación sexual, identidad étnica o creencias religiosas.

Lamentablemente, no son solamente los grupos organizados los que amenazan los derechos y la seguridad de la población LGBT de Ucrania. El 6 de mayo, la organización sin fines de lucro Gender Z realizaron un “Flashmob arcoíris” en la ciudad de Zaporozhye en el sur de Ucrania, donde activistas locales sostenían carteles de “Celebrar la diversidad” decorados con símbolos que representaban a varios grupos marginados. Después de la actividad, tres participantes fueron atacados y golpeados por desconocidos.

Mientras tanto, en Kiev, decenas de miles de seguidores de Eurovisión se reunieron para deleitarse del mismo lema que envió a uno de los activistas de Gender Z al hospital.

Hasta mediados de mayo, los visitantes tuvieron la oportunidad de ver el arcoíris. Aunque después se lavaron los colores del monumento, no se pueden borrar los conflictos ideológicos subyacentes que simboliza. Antes del sexto festival anual KievPride LGBT, la pregunta era: ¿la sociedad ucraniana finalmente aceptará la diversidad —o seguirá permitiendo que la borren?