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Alga acuática afecta el mayor lago de Etiopía y pone en riesgo medios de subsistencia

Categorías: Egipto, Etiopía, Ambiente, Desarrollo, Economía y negocios, Historia, Medios ciudadanos, Política, Tecnología
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La desembocadura del Nilo Azul. Foto de Richard Mortel vía Flickr. CC BY 2.0.

Desde 2012, un alga invasora conocida como jacinto acuático ha invadido una enorme extensión de la superficie del lago Tana, así como humedales adyacentes y fincas que rodean el lago.

Unos dos millones de etíopes dependen directamente del lago y también de los humedales y fincas adyacentes como sustento de vida, según la Asociación Alemana de Protección de la Naturaleza [2] (NABU), ONG alemana centrada en la sostenibilidad y la conservación de la región. El constante crecimiento del jacinto acuático ya ha cobrado un alto precio, concretamente en el lado occidental del lago, una zona popular entre pescadores, ganaderos y granjeros cuyo trabajo depende del lago.

Esta amplia masa de agua (2155 km2) supone el mayor lago de Etiopía y cuenta con un encanto ecológico, cultural e histórico. Está ubicado en las tierras altas de la segunda región más grande del país, en el estado administrativo de Amhara.

Desde el punto de vista ecológico, el lago Tana es el hogar de aves excepcionales y en peligro de extinción, como por ejemplo la grulla coronada y varias aves migratorias.

El lago Tana también es conocido por ser la cabecera del Nilo Azul, que fluye hacia el oeste antes de desembocar en el Nilo Blanco en Jartum, capital de Sudán.

El Nilo Azul y el Nilo Blanco son los dos mayores afluentes del río más largo del mundo, el Nilo. A lo largo de su curso, el Nilo recibe las aguas de numerosos afluentes menores antes de dirigirse hacia el norte, a Egipto, si bien más del 80 por ciento del agua que recibe proviene del Nilo Azul. Describiendo la importancia del lago Tana, el reconocido [3] aventurero y geógrafo Pasquale Scaturro dijo [4]: «Las riquezas de Egipto son un regalo del lago Tana».

Hoy en día, el lago es un símbolo muy diferente, el del precario estado de los recursos naturales de Etiopía en un momento en el que la creciente población del país necesita más de todo.

Cuando fueron descubiertos en 2012, las masivas floraciones del jacinto acuático se reducían a zonas de 200 km2 de aguas poco profundas y orillas de la parte occidental del lago. Desde entonces, esta alga flotante ha crecido velozmente y devorado amplias zonas de la superficie del lago. Como resultado, la expansión promedia del lago en la provincia occidental de Dembiya ha disminuido paulatinamente, tal y como contaron [5]los habitantes de la zona a los medios nacionales.

Según los expertos que hablaron con los medios del Gobierno, el jacinto acuático ha crecido casi un 100 por ciento desde 2012 hasta alcanzar 400 km2, si bien un invierno relativamente seco en 2016 frenó su expansión.

La extensión de esta especie invasora es el resultado de la actividad humana alrededor del lago Tana. Según un informe [6]de dos académicos, el rápido crecimiento de esta alga perjudicial viene causada por la entrada de aguas ricas en nutrientes procedentes de vertidos urbanos, agrícolas e industriales, que amenazan a otros lagos etíopes [7], como por ejemplo el Hawasa [8]o el Zeway [9].

Desde 2015, la UNESCO reconoce el lago Tana como Patrimonio de la Humanidad por su reserva de la biosfera ecológica y única, gracias a los esfuerzos de la NABU por asegurar este reconocimiento como parte de sus esfuerzos por conservar la región. La UNESCO también reconoce la rica importancia histórica, cultural y religiosa de la isla, con fuertes lazos con la Iglesia Ortodoxa Copta de Etiopía.

El lago también es hogar de iglesias y monasterios históricos. Su situación relativamente aislada ha ayudado a su preservación, pero mientras el jacinto acuático amenaza con obstruir todo el lago, su supervivencia está en juego, al igual que la del medio de vida de todos los que viven cerca y dependen del lago Tana como recurso natural.