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Obligan a habitantes de Sinkiang en China a instalar aplicaciones de vigilancia en teléfonos móviles

Categorías: Asia Oriental, China, Censura, Derechos humanos, Gobernabilidad, Medios ciudadanos, Política, Tecnología, GV Advox
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Un punto de control del dispositivo de comunicación personal en Sinkiang vía el usuario de Twitter 即时中国大陆映像.

Los residentes de Sinkiang, región de minoría étnica de China occidental, se ven obligados a instalar programas espía en sus teléfonos móviles.

El 10 de julio, los usuarios de teléfonos móviles del distrito de Tianshan de la ciudad de Urumqi recibieron en sus móviles una notificación del gobierno del distrito que les instruía a instalar una aplicación de vigilancia llamada Jingwang [2] (o «limpieza de la web»). El mensaje informaba que la aplicación estaba destinada a «impedir que accedieran a la información terrorista».

Pero las autoridades pueden estar utilizando la aplicación para algo más que la lucha contra el terrorismo. Según un informe exclusivo [3] de Radio Free Asia, diez mujeres kazajas de la prefectura autónoma de Ili Kazakh fueron detenidas por mensajes enviados a un chat privado del grupo WeChat poco después de que instalaran la aplicación.

La notificación de la policía indicaba que la aplicación localizaría y rastrearía las fuentes y las rutas de distribución de los terroristas, junto con actividades «religiosas ilegales» e «información perjudicial», incluidos videos, imágenes, libros electrónicos y documentos.

El sitio web de Jingwang describe así la aplicación:

净网卫士是江苏电信面向家庭宽带用户推出的家长、小孩上网分级防护服务,主要提供色情网站拦截;网络诈骗、病毒木马、钓鱼网站阻断;上网时间控制提醒;手机远程管理等安全防护服务。为未成年人筑起一道网络安全屏障,为孩子的健康成长保驾护航。

Jingwang es un servicio de protección con un sistema de clasificación de adultos y niños introducido por Jiangsu Telecom. La función principal es bloquear sitios web pornográficos, estafas en línea, troyanos y sitios de phishing; para alertar a los usuarios de cuánto tiempo pasan en línea; y para permitir el control remoto de la propia red doméstica. La herramienta está diseñada para ayudar a los niños a desarrollar un estilo de vida saludable con un filtro web seguro para los menores de edad.

Por supuesto, cualquier herramienta con estas capacidades podría ser utilizada de múltiples maneras. Por ejemplo, la función «control remoto» de la aplicación podría permitir a los agentes estatales o incluso a los hackers manipular o robar desde la red doméstica de una persona.

La jugada es coherente con otras medidas de control sobre las actividades digitales en la región. Mientras que las historias de censura digital en China a menudo se centran en las experiencias de los usuarios en las principales ciudades del este y el sur, la realidad suele ser más desoladora [4] para quienes viven en remotas y asediadas regiones de minorías étnicas como Sinkiang y el Tíbet. Buscando contrarrestar el malestar y el descontento en las zonas de conflicto, las autoridades con frecuencia imponen medidas extremas de censura [5] y vigilancia, y apagones de Internet [4]rutinarios.

«Imágenes desde China continental» (即时中国大陆映像), medio de comunicación que transmite desde Twitter y que cubre las noticias censuradas en China, publicó fotos tomadas de un puesto de control donde los agentes de policía controlaban aleatoriamente a los habiantes del lugar para comprobar si habían instalado la aplicación de vigilancia:

Las autoridades de Sinkiang están comprobando que la gente esté usando la aplicación oficial de Jingwang. Una notificación en los móviles exigía que se instalara la aplicación en un plazo de 10 días. Si los detienen en un punto de control y sus dispositivos no tienen el software, podrían ser retenidos durante 10 días. Este es un revés en el desarrollo de la tecnología. Forzaron a la gente a usar dispositivos diseñados para ancianos. Es una forma de confinamiento a través de la tecnología de vigilancia. Estamos de regreso a la China de Mao.

“Imágenes desde China continental” (即时中国大陆映像) también publicó una descripción de producto de Jingwang que explicaba que la herramienta puede anular el requisito de contraseña de un sistema operativo Windows y acceder al disco duro del ordenador sin restricciones.

Una vez instalado Jingwang, ordenadores y móviles en Xinkiang se convirtieron en esposas electrónicas.

El requisito de Jingwang puede ser una respuesta a las instrucciones del comité del partido de la ciudad para reprimir la distribución de contenido ilegal. Todas las dependencias gubernamentales y las instituciones afiliadas al Gobierno y a los partidos, incluidas las universidades y las organizaciones de investigación, están obligadas a seguir las instrucciones de la Oficina de Seguridad Cibernética [9] sobre la gestión de sus redes informáticas y de comunicación.

Un informe reciente de Freedom House, grupo de derechos humanos con sede en Estados Unidos, también abordó [10] las nuevas prácticas de vigilancia:

In Xinjiang, authorities in a district of the regional capital Urumqi issued a notice on June 27 instructing all residents and business owners to submit their “personal ID cards, cell phones, external drives, portable hard drives, notebook computers, and media storage cards” to the local police post for “registration and scanning” by August 1.

[…]

The goal is ostensibly to identify and purge any “terrorist videos,” but the action violates the privacy rights of Urumqi's three million residents and exposes them to punishment for a host of other possible offenses, including those related to peaceful religious or political expression.

En Sinkiang, las autoridades de un distrito de la capital regional de Urumqi emitieron un aviso el 27 de junio que ordenaba a todos los residentes y dueños de negocios a presentar sus «tarjetas de identificación personal, teléfonos celulares, unidades externas, discos duros portátiles, ordenadores portátiles y tarjetas de almacenamiento» a la policía local para su «registro y escaneo» antes del 1 de agosto.

[…]

El objetivo es, aparentemente, identificar y purgar cualquier «video terrorista», pero la acción viola los derechos de privacidad de los tres millones de habitantes de Urumqi y los expone a castigo por una serie de posibles delitos, incluidos los relacionados con la expresión pacífica religiosa o política.