Nuevo álbum de cantante Teddy Afro se aferra a su visión de una Etiopía diversa, pero unida

Cantante etíope Teddy Afro, que dio un discurso inaugural del taller para estudiantes auspiciado por la embajada de Estados Unidos con motivo del Día Mundial del Medioambiente 2015. Foto de la embajada de Estados Unidos en Adís Abeba; CC BY-ND 2.0.

El muy esperado y promocionado álbum de estudio del cantante etíope Tewodros Kassahun fue lanzado con bombos y platillos a comienzos de mayo de 2017.

El cantante es más conocido como Teddy Afro, y su más reciente  álbum –el quinto– comprende 15 canciones de tributo y amor que trata sobre solidaridad, reconciliación y esperanza de vivir colectivamente en un país diverso. El álbum también incluye una canción con letra en lenguaje codificado, que algunos interpretaron como un reproche a sus detractores.

Desde que ganó la atención del público con su primer álbum a comienzos de 2001, Teddy Afro ha sido un nombre familliar en Etiopía. Es un cantante melódico y un compositor prolífico. “Etiopía”, tema incluido en su nuevo álbum, acumuló millones de reproducciones en YouTube en cuanto fue lanzado. Su álbum obtuvo ventas de cerca de 6 millones de birr etíopes (más de USD250,000), hazaña que ningún otro cantante etíope ha logrado antes. Eso revela su popularidad.

En apenas una semana, el tema «Etiopía» de Teddy Afro alcanzó 1.9 millones de reproducciones en YouTube. ¡Sin precedentes!

El tema recurrente en los álbumes de Afro es la necesidad de cultiva armonía, unidad y amor en todo el país, que transcienda límites étnicos y religiosos en su amada Etiopía.

A partir de ese fundamento, este álbum consolida este mensaje, en el contenido temático y la letras. Aunque el álbum es en gran parte una oferta de música pop en amhárico, algunos segmentos de la letra están insertos en sus canciones en amhárico con otros idiomas etíopes, como afan oromo, tigeregna y sidama, donde todos reflejan la filosofía e intereses del cantante.

Combina su versión de reggae con ritmos, estilos e instrumentos etíopes. Su despliegue del sonido de mesenqo, laúd inclinado de una sola cuerda etíope, que mezcla delicadamente con guitarra acústica, bajo y batería –mientras canta en amhárico y afan oromo en uno de los temas– es un gran ejemplo.

Teddy Afro mezcla afaan oromo con reggae => Anna Nyaatu Le Ene Yaregew. ¡GENIAL!

La respuesta al álbum de Afro ha sido diversa. Sus fans y detractores lo glorifican o lo reprenden basándose en su fama, respectivamente, su perspectiva lírica –hasta por la imagen de la cubierta del álbum.

Sus incondicionales lo adoran por su genio, mientras sus detractores lo acusan de simplificar la compleja historia de Etiopía.

Música y política se encuentran

La apreciación –y oposición– casi fanática por el último álbum de Afro indica que, en Etiopía, la crítica con música se suele une con la ideología política.

Desde el lanzamiento del tema «Etiopía» a mediados de mayo, mucho del debate en medios sociales ha sido sobre la política de las canciones de Afro. Recibió una cantidad sin precedentes de críticas por ser simplista –por escribir canciones que representan mal la historia de Etiopía, la calidad poética que mezcla cliché y tonterías, según algunos.

Como las preocupaciones políticas toman prioridad sobre la calidad de la música, los aspectos artísticos del trabajo de Afro están recibiendo menos atención. Sin embargo, hay algunos críticos que lo acusan de reciclar líneas de melodías de álbumes anteriores, o hasta de plagiar canciones de otros.

Poderoso, pero vulnerable

Así como Afro es un artista destacado e influyente, también vulnerable –produce canciones con conciencia socio-política mientras opera en un ambiente políticamente hostil. Las autoridades etíopes son conocidas por censurar expresiones políticas, ya sean periodísticas o culturales.

A Afro le negaron una vez una actuación en la capital del país, después de que las autoridades se rehusaron a autorizar el concierto. También le impidieron salir del país para un concierto en el extranjero. En 2014, hubo una campaña en su contra para intimidar a una empresa de cerveza para que cancelara su auspicio en una gira nacional de música a Teddy por un comentario presuntamente «políticamente delicado» en un semanario no publicado.

En 2005, cuando lanzó su segundo álbum, alinearon a Afro como político de oposición porque cinco canciones eran abiertamente políticas. Se puede leer una canción insignia en particular, «Jah Yastserial», como un llamado de reconciliación entre opositores políticos etíopes, un elogio al emperador Haile Selassie o, más posiblemente, una crítica al Gobierno etíope por no cumplir su promesa. Muchos consideran esta canción como un himno popular de los manifestantes antigubernamentales, pues resuena bien con el ánimo del malestar político luego de las elecciones parlamentarias de 2005.

En 2008, Afro fue arrestado, acusado de un atropello y fuga, lo llevaron a prisión y estuvo ahí casi dos años. Negó haber cometido el delito imputado, y la mayoría de sus fans sostienen que als acusaciones eran falsas y con motivación política.

Aunque Afro no encaja en la imagen rebelde de un cantante abiertamente político, reafirma firmemente una versión colectiva de historia, cultura e identidad etíope, sin inclinarse a la presión de adoptar una postura política.

Una visión de Etiopía

En la historia etíope, la ideología dominante era una identidad nacional basada en una solidaridad compartida aunque híbrida cultural y étnica, con un proyecto modernizador basado en las afirmaciones de 3000 años de «memoria colectiva» de Etiopía. Sin embargo, este proeycto se detuvo abruptamente en 1991, cuando terminaron dos décadas de guerra civil. El actual régimen definió «comunidades» basadas en su identidad étnica y reorganizó la estuctura estatal etíope basándose exclusivamente en esto –un rompimiento deliberadamente administrado y radical con el pasado de Etiopía.

Muchos culpan al actual régimen por el desgaste gradual de la identidad compartida etíope. En lo que parece se una respuesta al excesivo énfasis del Gobierno a la identidad étnica, las canciones de Afro rinden tributo a la primera civilización, historia y cultura  etíopes. Elogia a figuras nacionales del pasado y las considera iluminados. En su último álbum, honró a Tewodros II, emperador etíope del siglo XIX que combatió contra los británicos. En su cuarto álbum, hizo lo mismo con el emperador Menelik II, que derrotó a los italianos en 1896 en la Batalla de Adwa.

Su afirmación de una identidad etíope compartida y un orgullo nacional en una era de federalismo étnico, donde el régimen ha negado la existencia de una identidad etíope colectiva, es una amenaza potencial.

Para simpatizantes del Gobierno y etnonacionalistas por igual, Afro es un villano conocido. Sus tributos a antiguos líderes etíopes y su devoción al «amor y unidad» representan una Etiopía vieja, una ideología derrotada.

No obstante, Afro sigue siendo una figura magnética para los más jóvenes y ejerce una amplia influencia entre sus compatriotas. A persar de que sus canciones representan un ideología derrotada, sus álbums generan ventas a escalas sin precedentes –y sus fans son apasonados como para abrumar internet etíope y enviar el mensaje de que se toman una pausa de la represión.

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