Acabó el brote de ebola, y Estados Unidos quiere que un grupo de inmigrantes de África Occidental se vaya

Una muje camina al lado de un mural sobre los peligros del virus del ébola en el boulevard Tubman en Monrovia, Liberia, el 18 de septiembre de 2014: Foto: Morgana Wingard/UNDP. CC BY-NC-ND 2.0.

Esta historia de Maria Murriel apareció originalmente en PRI.org el 2 de junio de 2017. Se reproduce como parte de un acuerdo entre PRI y Global Voices.

A fines de mayo, cerca de 4,000 inmigrantes de África Occidental que vivían y trabajaban legalmente en Estados Unidos perdieron su condición inmigratoria.

Formaban parte del programa de condición protegida temporal, o TPS, que Estados Unidos ofrece a personas de países en crisis. En 2014, se concedió a TPS a personas de Liberia, Sierra Leona y Guinea por el brote del ébola.

La Organización Mundial de la Salud declaró terminado el brote de ébola. El 20 de mayo, expiró el TPS para personas de esos países, incluido el novelista liberiano Paul, que pidió dar solamente su nombre para proteger su identidad.

Ahora su condición ha terminado, Paul está viviendo en Estados Unidos sin autorización —pero dice que le es imposible y a otros en si situación regresar a Liberia.

«No puedes regresar porque ni siquiera tienes el dinero para pagar tu boleto aéreo», dice.

Hace seis meses, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos notificó a los titulares de estos tres países de África Occidental que su condición expiraría. La idea era que usaran ese plazo para hacer arreglos para regresar a casa, para evitar quedar indocumentados en Estados Unidos.

África Occidental. Foto de Naciones Unidas.

Pero Paul dice que en Estados Unidos, TPS ha limitado sus opciones de trabajo, así que no ha podido ahorrar para el viaje.

«Con esta condición temporal, si quieres buscar un trabajo, muchos [empleadores] no quieren dare un empleo a tiempo completo», dice Paul, «porque ven tu condición como si fueras una persona a corto plazo, así que no quieren darte un trabajo a tiempo completo. Y esta es una de las cosas que he debido pasar».

Paul dice que ha trabajado en todos los trabajos raros que pudo encontrar, y después de dos o tres años en Estados Unidos, logró formar un hogar en el país. Vive en Sacramento, California, con su esposa, a quien conoció en Estados Unidos.

Tiene hjos en Liberia, pero dice que su mudanza a Estados Unidos le costó otras relaciones.

«Viniste, no para quedarte, ese no era el plan, y entonces te quedaste por la crisis, así que perdiste contacto», dice. «Perdiste a las personas».

Paul dice que este es uno de los fallos de TPS —que el Gobierno no haya tomado en consideración cómo se integrarían los inmigrantes en Estados Unidos, aunque se queden temporalmente.

Jessica Vaughan, crítica del TPS con el Centro para Estudios de Inmigración, comité de expertos conservador con sede en Washington, DC, cree que el programa tiene defectos porque permite que personas como Paul se queden en el país demasiado tiempo —y los lleva a crear vínculos y relaciones.

«Muchos se han instalado aquí y el Gobierno ha permitido que esa condición continúe», dice Vaughan. «[TPS es] casi como una legalización de puerta trasera o programa de amninstía porque, de los que han obtenido condición temporal, muy pocos han regresado a  casa».

TPS empezó a fines de la década de 1990, y desde entones el Gobierno de Estados Unidos por lo general ha renovado el programa cada 18 meses país por país. En algunas ocasiones, el Gobierno ha ofrecido renovaciones de apenas seis meses —como pasó con los haitianos recientemente.

Corina Bogaciu del Comité de Servicios Africanos en Nueva York, dice que TPS para los africanos occidentales se acabó relativamente rápido.

«Casi no tiene precedentes que TPS sea tan corto, honestamente», dice. «La mayoría de países consiguieron al menos dos designaciones de 18 meses, y luego empezaron a disminuir».

Liberia, Sierra Leona y Guinea obtuvieron un periodo inicial de 18 meses, seguido de dos extensiones de seis meses. Ahora que su TPS ha expirado, abogados como Bogaciu no están seguros de lo que viene después. Dice que hay muchos como Paul que no pueden pagar un billete de regreso a África.

«Cuando te obligan a irte, el Gobierno te pone en un avión y pagan por eso», dice. «Pero cuando se espera que te vayas, entonces es tu responsabilidad cumplir y partir en la fecha límite y no te vas, entonces estás acá ilegalmente y ya no tienes la condición».

DHS declinó la solicitud de entrevista, y derivó a The World de PRI a su sitio web.

Bogaciu dice que a algunos clientes que perdieron su TPS les preocupa que el Gobierno empiece a aplicar deportaciones en su contra. Algunso pueden solicitar otras formas de protección temporal por problemas médicos.

Mit Philips, analista de políticas de salud para Médicos sin Fronteras, dice que aunque la crisis del ébola terminó en África Occidental, ha tenido un impacto duradero en los frágiles sistemas de salud de los países afectados.

«Durante los casi dos años de la crisis del ébola, los servicios de salud no pudieron funcionar», dice Philips. «Además la población temía [ir] cerca de los centros de salud eran vistos como lugares donde te podías contagiar de ébola».

Ese temor causó que en tiempo no se aplicaran vacunas, y a comienzos de ese año en Guinea, hubo un brote de sarampión. Philips dice que Liberia sufrió recientemente de un brote de meningitis.

«Aunque se ha declarado que la epidemia», dice Philips, «por supuesto, no es solamente ébola en términos de problemas de salud [que los titulares de TPS podrían tener]. … Y entonces todo depende de cómo definas riesgo en una manera más amplia —y riesgo en salud, en particular».

Algunos parientes de Paul contrajeron ébola en 2014, pero su principal preocupación sobre regresar a Liberia no se relaciona con la salud. Le preocupa volver a encontrar trabajo.

Aunque le ha sido difícil encontrar trabajo prolongado en Estados Unidos, al menos encontró trabajo temporal, dice.

«Es muy difícil tener trabajo [en Liberia]», explica. «No es como en Estados Unidos donde puedes tener trabajo temporal. [Acá] hay una agencia que te puede ayudar a tener trabajo aunque no sea de tiempo completo. Eso no ocurre en África, en ese país».

La esposa de Paul es residente permanente legal de Estados Unidos. En 2016, ella solicitó lo mismo para Paul, pero le negaron la solicitud. Hasta que puedan presentarse de nuevo, Paul está indocumentado. No puede encontrar trabajo legal, y no puede pagar su regreso a Liberia.

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