Con millones de personas que publican fotos en línea todos los días, se podría pensar que la fotografía profesional está en riesgo. El fino fotógrafo iraní Mehrdad Naraghi, que nació y creció en Teherán, no está entre ellos.
“La simplificación de la fotografía ofrece más oportunidades para que los artistas usen el medio para expresarse”, dice Naraghi, cuyo proyecto “Jardines japoneses” ganó el premio PHOTOQUAI Residencies 2014 del Musée du Quai Branly de París.
Pero la ubicuidad de la tecnología digital plantea algunos peligros, dice Naraghi. “Si a un fotógrafo le preocupa más la técnica que una búsqueda interna y una manera significativa de expresarse, las cosas se ponen difíciles”, me dijo Naraghi en una reciente entrevista en la ciudad de Nueva York.
Con sus pocos nítidos marcadores geográficos e imágenes casi oníricas, la fotografía de Naragahi es la encarnación visual del realismo mágico de Gabriel García Márquez: “Podemos estar en cualquier lugar en nuestros sueños», dice.
Las imágenes tranquilas y opacas de Naraghi, a menudo vistas solamente a través de rendijas de luz, exigen atención del espectador. En su obra no hay ese rápido impacto visual, que se espera casi siempre en el trabajo occidental, lo que invita al espectador a explorar y recorrer lentamente.
Las fotos de Naraghi se han exhibido en China, Francia, Irán, Países Bajos, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos y el Reino Unido, y publicado en destacados libros y revistas de arte, como Different Sames: New Perspectives in Iranian Contemporary Art, Connaissance des Arts (No 21) y La Photographie Iranienne, (Un regard Sur la Creation Contemporaine en Iran).
Acá extractos de la entrevista:
Una de las características de tu fotos son sus trazos geográficos borrosos, al punto que no queda claro en qué ciudad o país se tomó la fotografía. Cuando se pierden los identificadores geográficos, el espectador enfrenta un espacio global space. ¿Qué se debe buscar en este espacio?
La atmósfera de mi trabajo es onírica, y no tenemos fronteras en los sueños —podemos estar en cualquier lugar en nuestros sueños. Para crear esta atmósfera, evito usar elementos que tengan marcadores geográficos específicos.
Así como la gente de fuera de Irán no distingue mi nacionalidad por mi apariencia, pasa lo mismo con mi arte. Vivimos en un tiempo en que nuestras diferencias ya no son visibles en la superficie, sino que están en capas más profundas, capas que se forman de la historia, la memoria colectiva y las condiciones políticas de nuestras geografías individuales.
Tus fotografías se han exhibido en China, Países Bajos, Irán, Emiratos Árabes Unidos y Francia, y ahora estás en Estados Unidos. ¿Qué diferencias has observado en cómo las diferentes audiencias ven tu trabajo?
Trabajo en un ámbito que lo comparten todos los seres humanos. A este respecto, mi trabajo es similar al de Andrei Tarkovsky, cuyas películas retratan un lugar ruso pero tienen una audiencia global; o Hayo Miyasaki, cuyas animaciones reflejan a Japón pero tiene seguidores de todo el mundo.
Tal vez la única frontera que se puede definir es entre las audiencias orientales y occidentales. Los temas que no se basan en la razón en la lógica sino que dependen más en intuición son más fácilmente aceptados por las audiencias orientales, que tienen una sensibilidad diferente que permite tiempo para el estudio y la reflexión. Por supuesto, esa es una generalización —no es posible separar las dos audiencias con certeza. Lo único que puedo decir con certeza es que las audiencias que no son soñadoras se identifican menos con mi trabajo.
También me he dado cuenta que como artista de Medio Oriente, un artista que lleva con él la memoria de revolución y guerra, me siento más cercano al dolor y me atrae arte que refleja este dolor. Estos es algo que compartimos muchos artistas iraníes. Recientemente. después de ir a un concierto de Roger Waters en Nueva York (¡es una leyenda en Irán!), me di cuenta de que los iraníes se identifican con su música a un nivel muy profundo porque los temas que aborda, como dictadura, guerra y resistencia, son parte de nuestra vida diaria, no un recuerdo abstracto o histórico.
En una reciente visita al Museo de Arte Moderno de San Francisco, vi trabajos de Andy Warhol y Anselm Kiefer, y se reforzó mi identificación con la agitación política. Vi que aunque el trabajo pop de Warhol me es ajeno, el dolor y la destrucción trabjajo de Kiefer me es familiar.
En la colección Tierra de hadas encontramos una atmósfera laberíntica. Aunque las fotos son de temas accesibles, las líneas, colores y objetos no permiten moverse fácilmente entre las fotos. El espectador debe quedarse y buscar otras capas. Esto es simplicidad compleja, como la poesía japonesa del haiku o el hafez. Cada vez que nos acercamos, experimentamos cada imagen de manera diferente. ¿Que experiencias profesionales o artísticas llevaron a esta colección?
Esta colección (y las otras) no se elaboraron con un plan previamente definido. Me veo más como un miembro de mi audiencia que como creador. Cuando me hacen preguntas sobre mi trabajo, me toma tiempo encontrar las respuestas, y aun así, ¡son tentativas! Es cierto, reviso mis propios trabajos como haría con el de otros artistas, y los evalúo. Solamente puedo decir que en la formación de esta colección, el aspecto secreto de la naturaleza, y también de la depresión colectiva de los iraníes, tuvo un rol.
En las enseñanzas zen, se dice que “el sonido de una mano que aplaude” existe. Según esta enseñanza, el sonido existe en la atmósfera y con el aplauso solamente lo escuchamos. Creo que más que crear arte, el artista solamente transmite, como una radio que hace audibles las ondas, pero no produce los sonidos que escuchamos.
En varias series fotográficas hay pocas personas presentes. ¿Por qué?
Creo que la presencia de personas —su ropa, expresiones fáciles y hasta cómo se paran puede afectar y dominar completamente el marco y dictar una dirección a la audiencia que distancia el trabajo de la atmósfera que tengo en mente.
También siento que cuando la gente se pone frente a una cámara, a menudo empiezan a actuar y dejan de ser naturales, y en consecuencia el trabajo deja de ser natural y se devalúa, también. Este problema surge más en el cine y en la fotografía de escenario (campo que a muchos fotógrafos iraníes les interesa en estos días). Los directores usan actores profesionales que pueden actuar naturalmente frente a una cámara o, como Abbas Kiarostami, obtienen excelentes actuaciones de no actores.
Los fotógrafos como Sally Mann o Emmet Gowin tienden a fotografiar personas que tienen muy cerca, personas que no se sienten extrañas en torno a la cámara; o como Jeff Wall, fotografían entornos arreglados de tal manera que aparecen naturales, y ambos son muy difíciles de manejar. Pocos fotógrafos han explorado cosas diferentes en este rubro.
Como me interesa la obra de pintores, sigo y fotografío los temas que se usan en pintura, como la naturaleza. No obstante, espero trabajar con humanos y figuras también algún día, aunque será un desafío difícil.
En las cinco colecciones disponibles en tu sitio web (Trabajo, Hogar, Tierra de hadas, Jardines japoneses y Ciudad), las imágenes evocan el estilo literario supernatural de escritores como Gabriel García Márquez, o la poesía del escritor alemán Hermann. ¿Qué tanto está tu fotografía influenciada por la prosa y la poesía?
Poesía, ficción, cine y música que nos desconecta de la realidad, aunque sea por momentos, ha afectado y continúa afectando mi trabajo. Para mí, la poesía tiene un lugar especial. Como iraní, me siento más cerca de la poesía, pues es un aspecto distintivo de la cultura iraní, que está en nuestra vida diaria.
Cuando hablo de mi interés en espacios oníricos en arte o literatura, no hablo de espacios enteramente imaginativos y de fantasía, como vemos en las historias de Harry Potter. En cambio, hablo de construir un canal entre la realidad y los sueños, como en la obra de Haruki Murakami, donde los mundos reales e irreales van paralelos, y se encuentran en algunos puntos, pero el lector no reconoce si los hechos se desarrollan en la realidad o en la imaginación. Es movimiento de péndulo entre realidad y imaginación.
¿Qué limitaciones has experimentado de expresarte con la fotografía? ¿Alguna vez has estado en una situación donde dejaste tu cámara porque pensaste que no harías justicia a la situación?
La fotografía es el medio artístico más limitado para crear ambientes oníricos. Como pintor o escultor, puedes crear algo basado totalmente en tu imaginación. pero la fotografía se basa en la realidad; documenta, ¡y nunca puedes fotografiar “la nada”! De otro lado, esta característica hace a la fotografía muy interesante para mí —dejar a la audiencia en un limbo entre realidad y sueños. Al mirar mi trabajo, como la audiencia sabe que son fotografías, este espacio tiene que haber existido en la vida real, pero por las condiciones de iluminación y color, no ven nada que refleje la realidad. La audiencia está en una posición donde se minimiza la línea entre realidad y sueño.
¿Hasta qué punto la fotografía y la cámara son un medio, y hasta dónde un fin? ¿Es posible que algún día puedas escoger otras formas de expresión artística además de la fotografía?
La cámara y la fotografía son solamente un medio de expresión. Por mi profundo interés en la pintura, siempre he creado fotografías con calidad de pintura, y esté método contradice la naturaleza realista de la fotografía. También uso errores fotográficos —algunos intencionales, otros no— para crear las imágenes y evocar los efectos que busco.
Toda forma de expresión artística tiene sus propias limitaciones, que contrastan con la falta de fronteras de la imaginación. Un artista que tiene diferentes habilidades puede crear constantemente nuevos trabajos artísticos y quedar libre de la repetición. Como dijo Abbas Kiarostami en una entrevista: “Nunca pienso cuál será mi próxima película, porque si una idea es adecuada al medio del cine, haría una película. De otro modo, pintaría, tomaría fotografías o escribiría poesía”.
En años recientes, empecé a experimentar con poesía, pintura y cine, y espero poder presentar trabajos en esos rubros en los próximos años.
Nueva York es una ciudad seductora para un fotógrafo. ¿Tienes algún proyecto de fotografía centrado en Nueva York? ¿Tus experiencias con la ciudad y tus relaciones con su gente y otros fotógrafos ha influido en tu trabajo?
Nueva York tiene un carácter único. Mi trabajo se ha acercado a la fotografía documental. Nueva York es una ciudad donde la realidad tiene una presencia sólida y esto restringe la atmósfera para pensar y soñar poéticamente. Las dificultades de vivir en Nueva York pueden ser una de las razones por las que uno debe enfrentar constantemente la realidad en esta ciudad y no puede soñar despierto mucho. Solamente he vivido seis meses en esta ciudad, y espero quedarme más para desarrollar una experiencia más profunda. Publico mis experiencias con Nueva York diariamente con fotografías y videos en mi página de Instagram.
En una época en que tantas personas tienen cámaras de gran calidad en sus celulares, y considerando la democratización de la fotografía y la existencia de cientos de millones de fotógrafos, ¿dónde ves el rol y lugar de la fotografía de arte fino?
Aunque el espacio se ha vuelto más difícil y restringido para los fotógrafos, para muchos artistas que usan la fotografía como su medio, esto también ha hecho las cosas más fáciles. Un artista siempre usa medios artísticos para expresar su visión personal, y por eso la simplificación de la fotografía da más oportunidades para que los artistas usen el medio para expresarse. A la inversa, si a un fotógrafo le preocupa la técnica y el medio de fotografía más que una búsqueda interna y una manera significativa de expresarse, la cosas se ponen difíciles.
Antes, la parte difícil de la fotografía estaba en la utilización de una cámara; ahora, la v ha pasado a ser editar y seleccionar las fotografías. Con capacidades digitales, puedes tener decenas de encuadres para casa escena, y con capacidades de software puedes hacer cientos de cambios a cada encuadre. Con estas circunstancias, si el fotógrafo no sabe qué quiere o qué trata de expresar, se perderá en un laberinto de imágenes.
Esto no se limita solamente a la fotografía. Ahora es posible hacer una película cinemática con un celular. Con la reducción de los precios de las impresoras 3D, ahora también es fácil crear esculturas. Esto les ocurrió a los diseñadores gráficos hace años, cuando Photoshop llevó herramientas de diseño gráfico a las masas. En ese momento, muchos diseñadores gráficos se resistían a los gráficos de computadoras. Pero los avances tecnológicos crean restricciones solamente para quienes dependen únicamente en la técnica para sus creaciones. Algunos pueden creer que el momento para algunos medios como la fotografía o la pintura terminado, pero eso es cierto solamente para los artistas que no tienen nada más que decir. Ningún medio se “acaba”. Solamente se puede acabar al artista.