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Falsos rumores de túnel derrumbado en Madagascar plantea preguntas sobre ciberdelitos y castigo

Categorías: África Subsahariana, Madagascar, Censura, Derecho, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Tecnología, GV Advox

Vista del túnel de Ambanidia en Antananarivo publicada en Facebook por Caleb Landry. [1] Usada con autorización.

La policia de la capital de Madagascar arrestó a un hombre sospechoso de difundir “noticias falsas” sobre un túnel derrumbado en Facebook.

Una mañana de mayo, se esparció la alarma por Antananarivo eb respuesta a una publicación en medios sociales que informaba de víctimas en el derrumbe del túnel de Ambanidia. El falso informe [2] se hizo viral en medios sociales y se esparció de boca en boca mientras las personas llamaban a sus familiares y estaciones de radio en pánico.

Vehículos de emergencia, periodistas y habitantes de la ciudad corrieron al lugar de los hechos, solamente para ver que el túnel seguía en pie. En Facebook, el usuario Rovaniaina Hasivelo Randrianarijaona publicó un video en vivo [3] mientras caminaba por el túnel y mostraba que el tráfico seguía pasando sin problema. “Tiako be ilay intox (De verdad me encantó el engaño)”, escribió.

A Jeannot Ramambazafy [4], periodista y editor en jefe de Madagate.org, no le causó gracia y expresó su preocupación por cómo el Gobierno manejará la investigación [4]:

Une question mérite, à présent, d’avoir une réponse rapide et sérieuse: QUI sont le ou les auteurs de cette désinformation? Car cela fait partie de la cybercriminalité … Son point de départ a été facebook. Est-ce que le service de la police malgache dans ce domaine, est capable se retrouver l’origine ou bien faudra-t-il encore l’expertise de “vazaha”?

Hay una pregunta que ahora merece ser respondida rápida y seriamente: ¿QUIÉNES son los autores de esta información equivocada? Esto es un ciberdelito… Su punto de partida fue Facebook. ¿El servicio [de ciberdelito] de la policía malgache podrá encontrar a la fuente [del rumor] o seguirá necesitando experiencia extranjera?

La policía rastreó la “noticia falsa” a una dirección IP e hizo un arresto al cabo de dos días. La sanción para el sospechoso, en caso de haberla, está aún por determinarse.

Ramambazafy también recordó el caso de Hiary Rapanoelina [5], usuario de Facebook en Antananarivo que en febrero fue sentenciado a un año en prisión por su asociación con un grupo de Facebook dedicado a chismear sobre figuras públicas. En el momento de su mayor popularidad, el ahora extinto grupo tenía más de 70,000 miembros.

Las autoridades había recibido quejas de artistas y de un funcionario electo sobre contenido difundido en el grupo y rápidamente identificaron a Rapanoelina como el creador dele grupo y uno de los administradores. Lo arrestaron al día siguiente. Rapanoelina fue condenado por difamación y por violar el the controvertido artículo 20 de la ley 2014-006 [6] para combatir los ciberdelitos, que penaliza todo “insulto o difamación” contra funcionarios públicos por medios electrónicos.

No está claro si se acusará de algo al sospechoso del caso del túnel de Ambanidia, o cómo ocurrirá. Harinjaka Ratozamana, influyente personalidad de internet de Madagascar, dijo en una entrevista con RFI [7] que esta era la primera vez que un rumor se difundió a ese nivel.

El blog malagache Koolsaina sobre acontecimientos de actualidad, resumió las lecciones aprendidas del incidente [8]:

D’un, nul n'est anonyme derrière son écran! Et de deux, ne prenez pas pour argent comptant tout ce qui se dit sur internet!

En primer lugar: ¡Nadie es anónimo detrás de su pantalla! Y en segundo: ¡No se tomen al pie de la letra todo lo que se dice en internet!

Lydia Ravonihanitra, lectora de Koolsaina, comentó [9] sobre el artículo:

Mila faizina kely izy mba ho anatra ho an'ny [rehetra] fa tsy fanagadrana kosa angamba ny saziny, fa lamandy ohatra dia mba ampy. Tsy namono olona izy…fa ny dondrona kelin'ny Facebook mora [adalaina].

Tienen que ser sancionados un poco como ejemplo [para todos], pero tal vez el castigo no debería ser la prisión; un multa, por ejemplo, bastaría. No mataron a nadie… es estúpido que Facebook te engañe fácilmente.

En otros puntos en línea, las reacciones no se preocuparon tanto por la posibilidad o severidad de la sanción, sino por el hecho de que se hiciera un arresto.

Zo Andriamifidisoa, editor de Lingua de Global Voices malgache, escribió en Facebook: [10]

Manahy mafy aho fa kinendry hamerana ny media sosialy iny tsaho iny!

Me preocupa que el rumor sea una manera de restringir medios sociales.

Las sospechas sobre posible censura destacan la desconfianza y frustración que algunos malgaches sienten hacia el Gobierno. También repite una mayor ansiedad sobre la libre expresión en línea en el contexto de una crisis de “noticias falsas” que se ha vuelto global —de Madagascar e India [11], a Bahréin [12] y Estados Unidos [13].

La información equivocada puede tener consecuencias en la vida real, sobre todo cuando se difunde ampliamente en línea. Pero no toda la información equivocada es igual —se deben considerar cuidadosamente las intenciones de quien publica, el contexto en que se difunde la publicación y las reales consecuencia que tiene la información falsa.

Los expertos consultados por el Centro de Investigación Pew sobre el futuro de las interacciones en línea [14] advierten que la moderación tiene un costo [15], y destacan el delicado equilibrio entre contrarrestar la violencia en línea, el discurso de odio y las “noticias falsas” y salvaguardar la libre expresión y el acceso a la información.

Este incidente de Ambanidia ocurre en medio de una creciente tendencia gubernamental de censurar medios sociales o de apagar internet, en lo que suelen justificar como un intento de minimizar la información equivocada. En África en particular, la censura y los bloqueos [16] se están volviendo cada vez más comunes cerca de épocas electorales, donde Gabón [17] y Gambia [18] son ejemplos recientes. Aunque estos bloqueos pueden contener las noticias falsas, también impiden que los ciudadanos se comunique entre ellos, por no hablar de obtener noticias e información sobre los candidatos. También se sabe que los bloqueos obstaculizan los esfuerzos de un candidato opositor [19] para tener apoyo en los días u horas finales antes de las elecciones.

Esta tendencia está en la mente de los ciudadanos malgaches, con elecciones presidenciales y parlamentarias en 2018. A medida que el proceso se desarrolle, los defensores de derechos humanos seguirán de cerca cómo el actual gobierno enfrenta desafíos en torno a la información equivocada, libertad de expresión y privacidad en línea. ¿Tomará el Gobierno medidas adicionales para evitar o sancionar las “noticias falsas” virales? El tiempo dirá si Madagascar se une a la tendencia de usar cierres de internet para controlar el acceso a la información durante las elecciones.