Pese a la presión de China, Taiwán encuentra formas de participar en el panorama mundial

«Light Chang está visitando Estados Unidos desde Taiwán, y muestra con orgullo la bandera taiwanesa en su cargada bicicleta con la que recorre de costa a costa». Foto y descripción: Mark Stosberg. Recortada. Publicada originalmente bajo CC BY-NC-SA 2.0.

Los taiwaneses que deseen tomar partido en organizaciones internacionales se enfrentan a un enorme obstáculo llamado política Una Sola China, que China utiliza para impedir su participación.

Así que, ¿qué es exactamente? En breve, la política Una Sola China significa que hay tan sólo un estado llamado «China». Pero hay dos países en el mundo que llevan ese nombre, la República Popular de China (PRC, por su nombre en inglés), y la República de China (ROC, por su nombre en inglés), por lo que la comunidad internacional debe escoger entre ambas.

El gobierno de ROC, que es el nombre oficial de Taiwán, gobernó los territorios de China continental y Taiwán de 1912 a 1949, cuando perdió la guerra civil del país ante las fuerzas de comunistas de la PRC. Subsecuentemente, la ROC llevó su capital a Taipéi. Sin embargo, siguieron representando a China en Naciones Unidas hasta 1971, cuando el ente internacional los obligó a ceder su asiento a la PRC (Resolución 2758).

Desde entonces, la PRC ha aprovechando su influencia en el mundo para aislar a los taiwaneses basándose en la política «Una Sola China».

Con el paso de los años, más y más taiwaneses preferirían tener una China y una Taiwán en lugar de dos Chinas o una China unificada. En cualquier caso, la PRC está decidida a adueñarse de Taiwán en el futuro cercano, por lo que se oponen a todo movimiento que formalice el autogobierno de Taiwán. Pekín incluso prefiere que Taiwán use el nombre de República de China ya que así pueden entonces acusar a cualquier país que apoye la independencia de Taiwán de interferir en los asuntos internos de China.

La PRC se ha convertido en una considerable superpotencia a través de su crecimiento económico y militar de las últimas décadas, y el país ha utilizado su influencia global para ahogar aun más a Taiwán. Por ejemplo, la doctora china Margaret Chan fue directora general de la OMS de 2006 a 2017. En 2010 reafirmó el Memorándum de Entendimiento entre la OMS y la PRC, documento firmado en 2005, que decía que se requiere la aprobación de Pekín para la inclusión de Taiwán en las actividades de la organización. Más aun, la doctora Chan pidió específicamente que se llamara a Taiwán una provincia de China.

Además, Fang Liu, que pasó a ser secretario general de la Organización de Aviación Civil Internacional (ICAO) en 2015, y Meng Hongwei, elegido como presidente de la INTERPOL en el 2017, son dos chinos más en puestos de alto rango en organizaciones internacionales.

Por eso, no sorprenden las solicitudes de la ROC para unirse a la Asamblea Mundial de la Salud, la ICAO y la INTERPOL en 2016 y 2017 fuesen todas rechazadas a pesar del apoyo de la Unión Europea y Estados Unidos. Además, se expulsó a periodistas taiwaneses de la ICAO, y se dijo a representantes de ONG taiwanesas que no se permitía que los taiwaneses se unieran a la Asamblea Mundial de la Salud, ni siquiera con un pase de invitado válido.

«Los 23 millones de personas de Taiwán no deberían estar ausentes»

A pesar de la tremenda presión de China, los taiwaneses siguen encontrando formas de mantenerse involucrados en el panorama internacional. Taiwán ha participado en los Juegos Olímpicos desde 1984, en la Cooperación Económica Asia-Pacífico desde 1991, y en la Cooperación Comercial Mundial desde 2002. Y en 2016, la Asociación de las Naciones del Sudeste de Asia acogió su primer diálogo comercial oficial.

En los eventos arriba citados, Taiwán participa como entidad deportiva y económica, respectivamente, puesto que no está reconocido como un estado. Los taiwaneses esperan que en un futuro también puedan participar en otros escenarios, como entidad de la salud (en la OMS) y cultural (en la UNESCO).

En 2003, por ejemplo, tras la tras el brote del síndrome respiratorio agudo grave (SARS) en China, Hong Kong y Taiwán, varios países apoyaron la solicitud de Taiwán para participar en la Asamblea Mundial de la Salud. En respuesta, el diplomático de China, Sha Zukang, dijo durante el debate que no había necesidad ya que China se estaba encargando de los problemas de salud en Taiwán.

La realidad, sin embargo, fue que durante el brote, eran los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos, no de China, los que enviaron a sus expertos a Taiwán para conectar a los taiwaneses con los funcionarios de la OMS. Yu-Chen Tsai asistió a la Asamblea Mundial de la Salud en 2003, cuando era el vicepresidente de asuntos internos en la Federación Internacional de Estudiantes de Medicina. Escribió esto en su blog:

幾年來,看著台灣政府跟非政府組織對加入世衛組織的努力,我也衷心的希望,不管世衛組織的未來將面臨多大的挑戰,台灣的兩千三百萬人,都不應該缺席。

He visto los esfuerzos que el Gobierno y las ONG de Taiwán hacen por participar en la OMS. Espero sinceramente que, sin importar las dificultades que enfrente la OMS en el futuro, los 23 millones de personas de Taiwán no deberían estar ausentes.

Después de que Margaret Chan fuese sucedida por Tedros Adhanom en 2017 en la dirección general de la OMS, nació entre los taiwaneses la esperanza de que el Memorándum de Entendimiento entre la OMS y la PRC pueda ser revisado.

«El «mundo» es el agua en una pecera, y nosotros somos todos los peces que están dentro»

Taiwán es el hogar de una impresionante cantidad de herencia cultural. Por ejemplo, en contraste con su tamaño, Taiwán acoge uno de los más importantes museos del mundo: el Museo Nacional del Palacio, a veces llamado ««El Louvre del Arte Chino». La cultura indígena de Taiwán también juega un importante papel en la historia de los polinesios. Y su idioma escrito conserva los caracteres chinos tradicionales de los que la PRC se ha distanciado.

Pero Taiwán no es miembro de la UNESCO, y no puede, entonces, solicitar designaciones de Herencia Mundial o Herencia Cultural Intangible.

Los artistas e investigadores taiwaneses todavía encuentran maneras de trabajar con el mundo. OISTAT, la Organización Internacional de Escenógrafos, Arquitectos y Técnicos de Teatro, es una ONG patrocinada por la UNESCO, y una de las raras organizaciones internacionales que tienen a Taiwán como miembro total. Además, la OISTAT cambió su sede a Taiwán de los Países Bajos en el 2006.

Y la ONG internacional World Monuments Fund incluyó el viejo asentamiento de la tribu Rukai, Kucapungane, Taiwán, en su lista World Monument Watch en 2016.

En un foro del que informó la cadena indígena de Taiwán, Hui-Chen Lin, del Departamento de Herencia Arquitectónica y Cultural en la Universidad de las Artes de Taipei, dijo que daba igual si Taiwán es o no miembro de la UNESCO, los taiwaneses deberían conservar su herencia cultural, y quizá, algún día, presentarla al mundo de una manera formal:

因為我們現在不是(聯合國)會員,所以我們在國內,先把台灣很有價值的東西,先把它安排好,準備有一天,可以把它指定世界遺產。

Porque no somos un miembro de Naciones Unidas, deberíamos conservar esta valiosa herencia en Taiwán y prepararla para convertirla en herencia mundial algún día.

Wan-Jung Wei, gerente general en la OISTAT, publicó en Facebook su visión sobre Taiwán como funcionaria en el espacio internacional:

是的,大部分的時候,我們需要努力「走出去」。
是的,大部分的時候,我們常常被擋在門外。
慢慢地,我們忘記,我們也是「國際」的一份子,沒有我們,「國際」終將缺一角。[…]
「國際」不是窗戶外面的世界,
「國際」是魚缸裡的水,我們都是水裡的魚。

Sí. La mayoría del tiempo tenemos que abrirnos paso.
Sí. La mayoría del tiempo nos bloquea la puerta.
Lentamente, olvidamos que también somos parte del mundo, y que a faltaría una pieza sin nosotros.. […]
El «mundo» no es el mundo detrás de la ventana. El «mundo» es el agua de una pecera, y todos somos peces en esta pecera.

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