Diva Guimarães no era conocida para los brasileños hasta el pasado 28 de julio. Esta profesora jubilada de 77 años y de piel negra se convirtió en la estrella del mayor acontecimiento literario del país cuando se levantó de su silla en un debate sobre el racismo en Brasil para explicar su experiencia personal.
Tras unos minutos, su emotivo relato (con una vez fuerte pero rota en ocasiones) logró una sonora ovación en el Festival Literario de Paraty (FLIP), que se celebra cada dos años en la costa del estado de Río de Janeiro. Posteriormente dijo:
Ontem, eu fui libertada por mim. Eu quero deixar claro que não me sinto vítima, não me sinto nenhuma miserável, apesar de tudo o que eu passei, e que ao pensarem que estavam me prejudicando, me auxiliaram com todo o sofrimento a chegar onde eu cheguei.
Ayer me liberé a mí misma. Quiero dejar claro que no me siento víctima, no me siento miserable, a pesar de lo que todo lo sucedido, y que cuando creían que me hacían daño, me ayudaban con todo el sufrimiento a llegar a donde he llegado.
Diva nació en la ciudad de Serra Morena, en el estado de Paraná, al sur de Brasil. Según ella, esta localidad cuenta hoy en día con poco más de 200 casas. Es nieta de esclavos, y dijo que su madre sufrió todo tipo de humillaciones para asegurarse de que sus hijos recibieran una educación. Así fue como Diva, aún siendo niña, llegó a Curitiba, capital del estado (donde solo el 2.8 % de la población se identifica como negra), y se hizo docente.
Durante su intervención, que se volvió viral en las redes sociales, dijo que a los cinco años la llevaron a una escuela religiosa para estudiar y trabajar, y recordó el racismo que encontró allí:
Vou contar uma história que marcou a minha vida. Eu amadureci com 6 anos. As freiras contavam a seguinte história: Jesus criou um rio e mandou todos tomar banho, se banhar na água abençoada daquele maldito rio. As pessoas que são brancas é porque eram pessoas trabalhadoras, inteligentes e chegaram nesse rio, tomaram banho, ficaram brancos. Nós, que como negros, somos preguiçosos – o que não é verdade, porque esse país vive hoje porque meus antepassados deram condição para todos – mas então, nós, como negros preguiçosos, chegamos no final, quando todos tinham tomado banho e o rio só tinha lama. Por isso, nós só temos a palma da mão clara e a sola dos pés. Porque nós só conseguimos tocar as mãos e os pés [na água]. Isso a freira explicava para contar aos brancos como nós éramos preguiçosos. Isso não é verdade, porque senão, a gente não teria sobrevivido.
Voy a contar una historia que marcó mi vida. Maduré a los seis años. Las monjas contaban el siguiente relato: Jesús creó un río y le dijo a todos que se lavaran en las aguas benditas de aquel río maldito. La personas blancas son así porque eran gente trabajadora e inteligente que vino al río y se volvió blanca al bañarse. Los negros, somos perezosos, lo que no es verdad, ya que este país vive hoy en día porque mis antepasados mantuvieron a todos, pero entonces, como negros perezosos, llegamos al último, cuando todos ya se habían bañado y en el río solo había barro. Por eso solo tenemos las palmas de las manos y las plantas de los pies con piel clara, ya que solo pudimos tocar el agua con las manos y los pies. La monja contaba esto para que los blancos vieran lo perezosos que somos. No es verdad, porque de lo contrario, no habríamos sobrevivido.
Este año, Diva viajó al Paraty para conocer a Conceição Evaristo, escritora y activista del movimiento negro, toda un referente en Brasil. Le contó a un canal de televisión en el festival que siempre había soñado con participar en este acontecimiento, pero que no había podido pues con su salario mantiene a tres personas. Aun así, logró ir el mismo año que se rinde homenaje al escritor Lima Barreto, también nieto de esclavos.
En el mismo video, Diva explica lo que le hizo pedir el micrófono para hablar:
O que aconteceu ontem foi da alma. Eu me levantei por impulso e disse: não vou perder essa oportunidade de falar pelos negros de hoje e, especialmente, pelos negros de ontem, que sofreram por esse país, morreram de todas as formas. Eu quero que eles reconheçam que o Brasil de hoje existe porque os negros morreram para dar qualidade de vida para os que hoje estão aqui.
Lo que sucedió ayer me salió del alma. Me levanté por impulso y dije: no voy a perder la oportunidad de hablar por los negros de hoy en día y, sobre todo, por los de ayer, que sufrieron por este país y murieron de todas formas. Quiero que reconozcan que el Brasil de hoy existe porque los negros murieron para dar calidad de vida a los que hoy están aquí.
La profesora, que se volvió una celebridad a la que le pedían selfies en el festival, pidió a los jóvenes negros de hoy en día que estudiaran y leyeran para así eliminar el mito y prejuicio de que son «perezosos».
Poco después de contar su relato, que ya cuenta con millones de visitas, dijo que sufrió el racismo una vez más. El episodio aparece en el diario Folha de São Paulo, y muestra el prejuicio que marca tanto a Brasil y que este se resiste a reconocer: Diva se hallaba en el Festival Literario cuando se le acercó un vendedor enfadado, quien la hostigó para que recogiera los excrementos de un perro a unos metros de distancia. Además ser la propietaria del perro, tampoco era la única persona en la zona a la que el vendedor podría haberse acercado. Aun así, el hombre la eligió de entre todos los que pasaban. Ella destacó: «Sé por qué».
Con más de la mitad de la población identificándose como negra, Brasil niega el racismo
Un estudio del Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) subraya que la gente de color representa el 53.6 % de la población actual de Brasil. No obstante, suponen únicamente el 17.2 % de los más ricos del país. El pasado mes de mayo, en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, los países con mayoría africana y negra pidieron al Gobierno de Brasil que tomara medidas para combatir el racismo en el país. Según la BBC:
Essas nações pediram providências do governo brasileiro para a redução dos homicídios contra jovens negros, garantia de liberdade religiosa, melhora ao acesso a educação de qualidade pela população afro-brasileira, proteção e garantias de direitos para mulheres negras e mais acesso a políticas de redução da pobreza e acesso a programas sociais.
Estos países pidieron al Gobierno de Brasil medidas para reducir los homicidios de jóvenes negros, garantizar la libertad religiosa, mejorar el acceso a una educación de calidad para la población africano-brasileña, proteger y garantizar los derechos de las mujeres de color y un mayor acceso a las políticas de reducción de la pobreza y a los programas sociales.
En el mismo debate, poco antes de hablar Diva, el actor Lázaro Ramos también ofreció un relato acerca de cómo el racismo ejerce un efecto dominó en la sociedad brasileña. Brasil fue el último país del mundo occidental en abolir la esclavitud (1888). «Lo que sucede hoy en día con los jóvenes negros de Brasil es tema de medular importancia. Mucha gente con potencial muere asesinada», dijo antes de leer uno de sus textos:
Sim, somos racistas. Acreditemos e lutemos para não sermos. Sim, somos classistas. Aqui, quem estuda mais, ou seja, quem teve mais chance, tem direito a cela especial [no presídio]. Gostamos de celebrar e de privilegiar o especial. Cela ruim é para preto e pobre. Bota eles lá e tira eles da nossa frente.
Sí, somos racistas. Creamos y luchemos para no serlo. Sí, somos clasistas. Aquí, quien estudia más, es decir, quien tiene más oportunidades, tiene derecho a una celda especial (en prisión). Nos gusta celebrar y privilegiar a los especiales. Una celda mala para los negros y para los pobres. Échelos y apártenlos de nuestro camino.
El grupo independiente de periodistas Mídia Ninja se reunió con Diva en Paraty y le preguntó: «¿Qué mensaje daría usted a las jóvenes negras de hoy?». Su respuesta fue:
“Que elas não se valorizem pelo corpo, se valorizem pela cultura. Que elas não são mercadoria sexual (…) Que elas tenham discernimento para distinguir esse tipo de abuso. Ela tem o direito de usar o corpo como quiser, mas não dessa maneira que tentam passar, como tentam fazer que os negros sejam conhecidos fora do Brasil como objeto sexual”.
Que no se midan por su cuerpo, sino por la cultura. Que no son mercancía sexual […] Que tengan la intuición de diferenciar este tipo de abuso. Que tengan el criterio de utilizar su cuerpo como quieras, pero no de este modo, como los que intentan hacer que las negras sean conocidas fuera de Brasil como objetos sexuales.