Programa «Parts Unknown» de CNN refleja divisiones sociales de Trinidad y Tobago

Captura de pantalla de un video de YouTube de la edición de Trinidad y Tobago del programa de Anthony Bourdain, Parts Unknown, retransmitida en la CNN.

El famoso chef estadounidense Anthony Bourdain causó conmoción cuando visitó Trinidad y Tobago este año, y muchos de los que se reunieron con él publicaron selfies y se etiquetaron en Facebook como locos. Pero el efecto que tuvo el episodio editado de su programa «Parts Unknown» sobre los habitantes de las islas gemelas fue mucho mayor.

Al principio, el principal punto de controversia fue la valoración de Anthony Bourdain de la situación delictiva del país, que muchos internautas tuvieron que admitir que no era una exageración. Un bloguero sugirió que el programa no hacía lo suficiente por destacar las maravillas del país —postura que otros rechazaron firmemente—, y en Facebook, a la usuaria Niala Maharaj le impresionó el silencio de las mujeres durante el episodio, y afirmó quelos «iron chefs» de nuestros días «han arrebatado la preparación de platos del mundo de la nutrición y ahora se les asocia en el rubro de ganadores y perdedores».

Sin embargo, la ira virtual pronto se dirigió hacia un segmento del programa que presentaba a los miembros de la comunidad sirio-libanesa del país (muchos de ellos acomodados), en el que el empresario Mario Sabga-Aboud describió al grupo como «el más poderoso». Peter George, adulto mayor de la comunidad, también dijo que ahora había «una cierta preocupación», porque se ha reducido la «enorme clase media» que actuaba como «una seguridad en lo que se refiere a cualquier conflicto entre los ricos y los pobres».

Los comentarios provocaron indignación. El nivel de pobreza en Trinidad y Tobago ha estado aumentando de manera constante; se estima que al menos una de cada cinco personas vive por debajo del umbral de la pobreza.

Muhammad Muwakil, artista de la palabra hablada, músico y activista social que también fue presentado en el episodio, comentó en Facebook:

I was really taken aback by his description of the middle class as ‘the security’, a buffer zone which exists solely for the protection of the ultra rich and the life they have carved in this Trinidad that has been ‘good to them’. An ugly truth, a truth for him nonetheless. […]
Things can change though, this we believe. I […] want you to know that it is more than within your scope and ability to change the situations about which you lament. And as you rise so will we all.
My hope is that you and others of your ilk recognize that you have as much a role to play as we, the powerful, in making this a safe country for all of us.

Me quedé realmente desconcertado por su descripción de la clase media como «laseguridad», una zona amortiguadora que existe sólo para la protección de los ultraricos y la vida que se han labrado en esta Trinidad que ha sido «buena con ellos». Una verdad fea, y aun así, una verdad para él. […]
Aunque creemos que la cosa puede cambiar. […] quiero que sepan que cambiar la situación de la que se lamentan está fuera de su alcance y de su capacidad. Y si ustedes se levantan, también lo haremos nosotros.
Mi esperanza es que ustedes y otros como ustedes reconozcan que tienen un papel que desempeñar tanto como nosotros, los poderosos, en hacer de este país un lugar seguro para todos.

Su publicación atrajo 88.000 vistas, recibió más de 300 comentarios y fue compartido casi 1800 veces. En las redes sociales se formó un revuelo inmediatamente por estas declaraciones, y algunos internautas comentaron bromeando que ahora conocen el propósito de la clase media. El ciudadano Ian Smart, hizo una protesta en solitario fuera de una sucursal de la cadena de cafeterías propiedad de Sabga-Aboud. En una entrevista con Loop TT, criticó todo desde «el pensamiento del uno por ciento» al que culpó de «impedir que la energía renovable echara raíces» en Trinidad y Tobago, y de hospedar «enfermedades económicas y sociales».

El señor Smart dice que su protesta no es contra el grupo étnico sirio, sino más bien contra el 1% que contribuye a la desigualdad económica en Trinidad y Tobago.

Una entrevista que dio luego en radio fue problemática, y la mayoría de internautas no se tomó en serio su «causa». En Facebook, Tillah Willah preguntó:

Do you want to boycott business or do you want to change your economic paradigms?
Do you want to boycott business or do you want to figure out how to address all the casual racism you deal with or dole out everyday?
Do you want to boycott business or do you want to decolonise your palate and foster a greater level of food security for when the shit really hits the fan?
Do you want to boycott business or do you want to reconsider why our ideas of development have to do with how many coffee shops we have when most of our children can't recognise a coffee bean far less know how to grow one?
Do you want to boycott business or do you want to understand that you have the luxury of a boycott when a cup of coffee costs more than what some people get paid per hour?

¿Quieres boicotear el comercio o quieres cambiar tus propios paradigmas económicos?
¿Quieres boicotear el comercio o quieres descubrir cómo abordar todo el racismo ocasional que enfrentas o distribuyes cada día?
¿Quieres boicotear el comercio o quieres descolonizar tu paladar y fomentar un mayor nivel de seguridad alimenticia para cuando la cosa crezca de verdad?
¿Quieres boicotear el comercio o quieres reconsiderar por qué nuestras ideas de desarrollo tienen que ver con cuántas cafeterías tenemos, cuando la mayoría de nuestros niños no reconoce un grano de café, ni mucho menos cómo cultivarlo?
¿Quieres boicotear el comercio o quieres entender que se puede permitir el lujo de un boicot, cuando una taza de café cuesta más que lo que algunas personas cobran por hora?

Sea que los usuarios de las redes sociales haya seguido tomado la retórica de Smart o no, el discurso comenzó a dar un giro de odio, lo que hizo que la usuaria de Twitter Rhoda Bharath dijera:

Bajen los carteles. Denle a los bomberos algo que hacer.
——–
Las declaraciones eran de mal gusto, pero esto está llevando el escándalo demasiado lejos.

El periodista y cineasta Kim Johnson abordó el problema de raza y prejuicio en publicaciones de Facebook, donde recordó que «hace años, cuando el Concejo Municipal estaba limpiando las aceras de vendedores en la temporada de Navidad, el único que los respaldó fue el comerciante de textiles Jimmy Aboud, quien señaló que se ganaban la vida de forma honesta, igual a como él había empezado, y que no se les debería hacer sufrir por eso. Nadie más salió a defenderlos públicamente, ni negros, ni indios, ni blancos, ni afrocentristas, nadie excepto aquel sirio».

Luego, Mario Sabga-Aboud se disculpó por sus comentarios; algunos encontraron el mea culpa «cortés», mientras que otros lo interpretaron como un control de daños. Su primo, el empresario Gary Aboud, hizo pública una declaración en la que se distanciaba y a otros miembros de su comunidad de las opiniones expresadas en el episodio de «Parts Unknown». El estimado y experimentado asesor Martin Daly comentó en una publicación en Wired868:

Mr Sabga-Aboud has commendably expressed regret for his boast but his apology for boasting about having power does not alter the fact that the power is held.

Now we need to ask the political leaders if their leaderships are captives of the power, which Sabga-Aboud has confirmed, and if they are also captives of the power that others have derived from the dangerous intersection of business and politics within the grubby state enterprise system.

El Sr. Sabga-Aboud, loablemente, ha expresado arrepentimiento por su alarde, pero su disculpa por presumir de tener poder no altera el hecho de que detenta el poder.

Ahora tenemos que preguntar a los líderes políticos si su liderazgo es preso del poder que ha confirmado Sabga-Aboud, y si ellos también son presos del poder que otros han obtenido de la peligrosa intersección del negocio y la política en el sucio sistema de empresas del Estado.

No obstante, algunos internautas no vieron a qué se debía tanto alboroto. El bloguero Darryn Boodan sostuvo que las declaraciones de Sabga-Aboud y George no eran nada de lo que la gente no fuera ya consciente, y afirmó:

The public furor over Mr. Bourdain’s show has ironically helped to showcase the real dish Trinbagonians love to sink their teeth into; racial resentment, with a helping of victimhood and economic conspiracy theories. There has been little rational conversation had about how racial minorities like Mr. Sabga-Aboud view themselves in relation to Trinbagonian society. As history has shown us countless times, it is not unreasonable for racial minorities to be concerned about their safety if they are viewed with suspicion and scorn. But rational conversation is as appealing to Trinbagonians as low fat doubles. So instead, most of us used Mr. Sabga-Aboud’s off the cuff remarks to simply reinforce the stereotypes and prejudices we already hold about the Syrian community.

El furor público por el programa del señor Bourdain ha ayudado irónicamente a exhibir el verdadero plato al que a los trinitenses les encanta hincar el diente: el resentimiento racial, con una porción de victimismo y teorías económicas conspiratorias. Ha habido poca conversación racional sobre cómo las minorías raciales como el señor Sabga-Aboud se consideran en relación a la sociedad trinitaria. Como nos ha mostrado la historia incontables veces, no es irracional que las minorías raciales se preocupen por su seguridad si se les ve con sospecha y menosprecio. Pero las conversaciones racionales son tan atrayentes para los trinitenses como los dobles bajos en grasas. Así que, en su lugar, la mayoría empleamos los comentarios improvisados del señor Sabga-Aboud simplemente para reforzar los estereotipos y los prejuicios que ya tenemos sobre la comunidad siria.

Boodan sugirió que «la desigualdad que existe en Trinidad y Tobago no se basa en que un grupo le reste valor a otro. Se debe a décadas de mala política gubernamental que ha acabado con el espíritu emprendedor privado, con la dependencia racial del estado y con el favorecimiento de bandas criminales mediante proyectos de trabajitos corruptos». El blog Poor Boys Paper habló sobre la injusticia, y afirmó que «crecer con medios limitados en un país donde la riqueza está muy presente es como trabajar en un restaurante de cinco estrellas en el que nunca logras comer». La publicación continuó:

Put it how you may, but our leaders live too well for the rest of us to be living so poor. Our leaders are too safe, for the rest of us to be so unsafe. If we suffer they must suffer, and if they prosper we must prosper. That’s leadership.

Dilo como quieras, pero nuestros líderes viven demasiado bien como para que el resto vivamos tan pobres. Nuestros líderes están demasiado a salvo como para que el resto estemos tan inseguros. Si nosotros sufrimos, ellos deben sufrir, y si ellos prosperan, nosotros debemos prosperar. Eso es el liderazgo.

Algunos usuarios de las redes sociales agradecieron que los comentarios arrancaran una discusión que tenía que haberse hecho hace tiempo en Trinidad y Tobago. En una carta a Wired868, el doctor Emir Crowne escribió:

Sometimes it takes an outsider to remind us that we have more in common than we think. For too long we have been divided along racial and even religious lines. And we allowed it to happen. Bourdain […] remind[s] us that food unites us. It is part of a common (albeit recent) cultural heritage, that we can, and should, use to rebuild and unite a fragmented society.

A veces hace falta que una persona ajena nos recuerde que tenemos más en común de lo que pensamos. Hemos estado divididos durante demasiado tiempo por criterios raciales e incluso religiosos. Y nosotros permitimos que eso pasara. Bourdain […] nos recuerda  que la comida nos une. Es parte de un patrimonio cultural común (aunque reciente), que podemos, y deberíamos, usar para reconstruir y unificar una sociedad fragmentada.

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