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Editorial de Universidad de Cambridge elimina 300 artículos académicos del mercado chino

Categorías: Asia Oriental, China, Estados Unidos, Censura, Educación, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Política
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Cambridge University Press. Imagen de la Universidad de Cambridge.

[Actualización, 22 de agosto de 2017: CUP revirtió su decisión [2] y desbloqueó los artículos censurados en China].

Cambridge University Press [3] (CUP) ha eliminado de su sitio web en China más de 300 artículos académicos, que se publicaron en la revista académica The China Quarterly [4], para evitar que se dé de baja todo el sitio.

En una declaración, CUP explicó la presión [5] que China le impuso:

We can confirm that we received an instruction from a Chinese import agency to block individuals articles from China Quarterly within China. We complied with this initial request to remove individual articles, to ensure that other academic and educational materials we publish remain available to researchers and educators in this market.

We are aware that other publishers have had entire collections of content blocked in China until they have enabled the import agencies to block access to individual articles. We do not, and will not, proactively censor our content and will only consider blocking individual items (when requested to do so) when the wider availability of content is at risk.

Podemos confirmar que una agencia de importaciones china nos indicó bloquear determinados artículos de China Quarterly dentro de China. Cumplimos con este primer pedido de eliminar algunos artículos para asegurarnos de que otros materiales académicos y educativos que publicamos continúen disponibles para los investigadores y los docentes de este mercado.

Sabemos que en China se bloquearon colecciones enteras de contenido de otras editoriales, hasta que accedieran a permitir a las agencias de importación que bloqueen el acceso a determinados artículos. Nosotros no censuramos en forma proactiva nuestro contenido ni nunca lo haremos. Solo consideraremos bloquear elementos en concreto (cuando nos lo soliciten) si el contenido general está en riesgo.

CUP dijo que encontraría una solución a largo plazo al problema de la censura, y planificó reuniones para debatir su postura con las agencias de importación en la próxima Feria Internacional del Libro de Pekín [6].

Críticas a las acciones de CUP

Sin embargo, Greg Distelhorst, profesor en el Instituto Tecnológico de Massachusetts [7] (MIT), critica la estrategia de CUP. Comentó [5] en la declaración de la editorial:

When a government or party curates your historical record, it uses your reputation to rewrite history.

Students in China will read the ‘leading scholarly journal’ on China and conclude those political taboos can't be that important.

‘If Tiananmen was really important, wouldn't there be some serious analysis by top international scholars? Guess it was just fake news.’

Your academic readers may be aware of the censorship, but this isn't much better.

When a journal silences accurate scholarship for market access, it either means that core principles are up for negotiation…or the commitment to academic freedom was not authentic in the first place.

Cuando un gobierno o un partido conserva tus registros históricos, usa tu reputación para reescribir la historia.

Los estudiantes chinos leerán la «principal revista académica» del país y creerán que estos tabúes políticos no son importantes.

«Si Tiananmén de verdad hubiera sido importante, ¿no habría análisis serios de los principales académicos internacionales? Debe ser una noticia falsa».

Cuando una revista acalla la investigación auténtica en pos del acceso al mercado, significa que sus valores fundamentales son negociables, o que, en primer lugar, no está comprometida auténticamente con la libertad académica.

Louisa Lim, periodista galardonada y autora de The People’s Republic of Amnesia: Tiananmen Revisited [8], también critica la actitud de CUP hacia el mercado:

Es aberrante. Es un claro ejemplo de cómo se valoran las ganancias sobre la libertad académica, además por parte de una editorial académica.

Conmoción por la censura

The China Quarterly es una revista interdisciplinaria que cubre todos los aspectos de China contemporánea, Taiwán incluido. Los artículos censurados [11] tratan sobre historia y política contemporáneas del país: estudios sobre la masacre en la Plaza de Tiananmén [12], la Revolución Cultural [13], la práctica del estado de derecho [14], el desarrollo político desde la reforma de Deng Xiaoping [15], el modelo político [16] del país, la tensión [17] entre el estado y el mercado, la ideologías del maoísmo [18] y el marxismo [19], Falun Gong [20], los movimientos por los derechos laborales [21], y estudios sobre Hong Kong [22], Taiwán [23], el Tíbet [24] y Sinkiang [25].

El editor de la revista, Tim Pringle, expresó en una declaración pública [26] su desconcierto por la censura:

The China Quarterly wishes to express its deep concern and disappointment that over 300 articles and reviews published in the journal have been censored by the Chinese import agencies CEPIEC [China Educational Publications Import & Export Corporation Ltd.] and CNPIEC [China National Publications Import & Export (Group) Corporation]. We note too that this restriction of academic freedom is not an isolated move but an extension of policies that have narrowed the space for public engagement and discussion across Chinese society.

China Quarterly desea expresar su preocupación y desconcierto por los 300 artículos y reseñas publicados que fueron censurados por las agencias de importación chinas CEPIEC [Corporación China de Importación y Exportación de Publicaciones Educativas, siglas en inglés] y CNPIEC [Corporación Nacional China de Importación y Exportación de Publicaciones, siglas en inglés]. Además estamos al tanto de que esta restricción a la libertad académica no es un incidente aislado, sino una extensión de las políticas que restringen el debato y la participación públicas en toda la sociedad China.

CEPIEC [27] es la mayor empresa estatal de importación y exportación de publicaciones de China. En 1987, el Ministerio de Educación la creó para satisfacer la demanda de publicaciones académicas extranjeras en universidades y facultades del país. CNPIEC [28] es otra gran empresa cultural estatal, fundada en 1949.

Muchos académicos se han preocupado y han reprendido la censura de CUP.  Sam Crane, docente de política china, recomendó a CUP dar de baja su sitio chino:

¿Para qué van a hacer el trabajo del Partido? Si eso es lo que exigen, CUP debería cerrar su sitio en China y seguir con lo suyo en otros lugares.

Anna L. Ahlers [31], Mette Halskov Hansen [32] y Rune Svarverud [33], anteriores y futuros autores en The China Quarterly, redactaron una nota [34] en Twitter para Cambridge University Press y China Quarterly, en la que condenan la decisión:

There is no compromise to the idea of a global system of science. Either the PRC [People's Republic of China] takes part in it or not: that is a decision that has to be taken in China, not in Europe/outside. We sincerely hope that the editors of The China Quarterly will react strongly against the move by CUP on behalf of all its dedicated authors and readers. Hopefully CUP will reverse its policy and insist on academic freedom even if Chinese authorities do not.

La idea de un sistema global de ciencia no tiene punto medio. La República Popular de China puede formar parte o no: la decisión debe tomarse en China, no en Europa ni en el extranjero. Realmente esperamos que los editores de The China Quarterly reaccionen enérgicamente contra esta acción de CUP, de parte de todos sus autores y lectores leales. Ojalá que CUP cambie de política e insista en la libertad académica, aunque las autoridades chinas no lo hagan.

Greg Distelhorst presentó su opinión en una carta abierta [35] a CUP, en coaturía con Jessica Chen Weiss, profesora adjunta en la Universidad Cornell [36]:

Chinese students and scholars reading a censored version of The China Quarterly will encounter only historical facts and scholarly analyses approved by political authorities. Worse Chinese readers will learn this sanitized history directly from the official website of Cambridge University Press.

This censored history of China will literal bear the seal of Cambridge University.

Scholarship does not exist to give comfort to the powerful. Nor is its purpose to find and exploit the largest market.

Los estudiantes y los académicos chinos que lean la versión censurada de The China Quarterly encontrarán solamente hechos históricos y análisis académicos aprobados por las autoridades políticas. Lo que es aun peor, los lectores chinos aprenderán esta versión parcializada de la historia directamente en el sitio web de Cambridge University Press.

Esta historia censurada de China tendrá el sello de aprobación de la Universidad de Cambridge.

La actividad académica no existe para consolar a los poderosos ni para encontrar y explotar grandes mercados.

Christopher Balding, profesor adjunto en la Facultad de Administración de Empresas de la HSBC [37] en Shénzhen, creó una petición [38] que exige que CUP se rehúse al pedido de censura por parte del Gobierno chino.

Resultado de la lucha ideológica de China

La presión hacia CUP y otras editoriales extranjeras es consecuencia de la lucha ideológica interna de China, que antes se centraba principalmente en publicaciones nacionales.

Desde 2013, China considera la educación universitaria uno de los campos de batalla ideológicos más importantes. Ese año, la Oficina General del Comité Central del Partido Comunista Chino prohibió [39] a los profesores universitarios la enseñanza de siete temas, entre ellos, libertad de prensa, errores del Partido Comunista Chino en el pasado y derechos de los ciudadanos.

En 2015, las universidades de China continental recibieron órdenes de prohibir libros de texto [40] que promueven valores occidentales. Hace poco, un profesor de la Universidad Normal de Pekín [41], Shi Jiepeng, fue despedido [42] por llamar «demonio» al exlíder Mao Zedong en las redes sociales.

La censura ya ha afectado las publicaciones académicas de China. Por ejemplo, en Hong Kong, se censuran hasta los proyectos de libros de filosofía. El director de Estudios Culturales y Humanidades de la Universidad Bautista, el doctor Wong Kwok Kui [43], reveló recientemente que una editorial de China continental hizo dos pedidos de censura. Un incidente sucedió en 2016, según Hong Kong Free Press [44] (HKFP):

Last year, when compiling an anthology on Nietzsche conferences, Wong said he was asked by the publisher to request that a writer amend an essay which criticised Xi Jinping as well as China’s policy towards Hong Kong and Taiwan. Wong refused, and the project was cancelled, despite everything being ready for publication.

Wong cuenta que el año pasado, cuando estaba compilando una antología de conferencias de Nietzsche, la editorial le solicitó que pida a un autor que modifique un ensayo, que criticaba a Xi Jinping y a la política de China con respecto a Hong Kong y Taiwán. Wong se negó y el proyecto se canceló a pesar de que todo estaba listo para publicarse.