A finales de julio, el Gobierno de Etiopía anunció el arresto de «funcionarios de alto rango» acusados de «redireccionar fondos públicos» para «maximizar sus intereses privados», un anuncio lleno de los eufemismos preferidos para referirse a la corrupción. Sin embargo, la identidad de los funcionarios se mantuvo oculta unos días. Un usuario de Facebook comparó la demora en el anuncio a una serie de suspenso.
A la larga, un medio de comunicación afín al Gobierno reveló en su sitio web la lista de los «funcionarios de alto rango» acusados, que se trataba de 48 burócratas de bajo rango, intermediarios e inversionistas. La noticia ya no resultó ser tan impactante.
En Twitter, muchos usuarios manifestaron quejas hacia el Gobierno por elevar el tono de la noticia como si se tratara de una «noticia de último momento», cuando la realidad es que la lista de nombres que se dio a conocer no incluía a ningún funcionario de alto rango.
Ruling party affiliated FanaBC reported detention of top officials who are suspected of corruption in #Ethiopia. Names aren't mentioned yet.
— BefeQadu Z. Hailu (@befeqe) July 25, 2017
El partido oficial afiliado a FanaBC informó sobre la detención de funcionarios de alto rango sospechosos de incurrir en corrupción en Etiopía. Todavía no se dio a conocer ni un nombre de los acusados.
El funcionario de mayor rango llamado a declarar hasta el momento es el exdirector ejecutivo de la autoridad de carreteras de la capital (Adís Abeba), puesto que no se acerca en lo más mínimo a la importancia que los medios de comunicación afines al Gobierno le quisieron asignar a la noticia.
El primer ministro de Etiopía, Hailemariam Desalegn, lanzó una campaña muy publicitada en la que apuntaba a los funcionarios de empresas estatales sospechosos de haber incurrido en actos de corrupción. El resultado de la campaña fue el arresto y la persecución de cientos de funcionarios desde enero de 2017.
A pesar de que el Gobierno publicita con regularidad estos casos de corrupción, no logran convencer a los ciudadanos de Etiopía de tener una voluntad sincera en «limpiar la casa». De acuerdo con el Índice de Percepción de Corrupción de Transparencia Intenacional, Etiopía se encuentra entre los países donde la población percibe la omnipresencia de una corrupción rampante en el sector público.
El cinismo público en línea hacia la campaña anticorrupción se puede resumir con la opinión que Seyoum Teshome publicó en su blog:
There are practically no non-corrupt officials. Those arrested are corrupt, and most of the top officials who are leading the anti-corruption campaigns are also corrupt. There’s no difference between the corrupt and non-corrupt officials. The only difference is that those who were arrested have not secured the loyalty of senior functionaries that can shelter them.
Prácticamente no existen los funcionarios no corruptos. Los que están tras las rejas son corruptos y la mayor parte de los funcionarios de mayor rango que lideran las campañas anticorrupción también lo son. No hay ninguna diferencia entre los funcionarios corruptos y los no corruptos. La única diferencia es que los apresados no se aseguraron de la lealtad de funcionarios importantes para que los protejan.
Uno de los factores que aviva el cinismo por parte del público es que los proyectos de infraestructura con frecuencia sufren demoras o se paralizan mientras que los contratistas, subcontratistas y los secuaces gubernamentales se hacen más y más ricos.
«El arresto y la persecución de funcionarios de menor rango no va a cambiar las cosas», declaró Seyoum Teshome en una publicación en su blog, que cuenta con una difusión importante.
En Facebook, otro usuario le solicitó al Gobierno etíope que termine con la campaña anticorrupción. Con sarcasmo, les advirtió que si las autoridades no ponen fin a esta campaña, el país se convertirá en una sociedad sin estado. En su opinión, la corrupción etíope contaminó tantos ambientes que se convirtió en una característica de la condición etíope.
La presión por lanzar la campaña surgió como consecuencia de protestas que tuvieron lugar en Oromía, la región más extensa del país, en relación a la expropiación de campos en los alrededores de Adís Abeba. Tsegaye Ararssa escribió:
Who said that the Oromo demands are about arresting a select few corrupt and depraved officials or their (questionable, because nepotistic) connections? The indictment of the #OromoRevolution is directed at the system, not some junior officials, or their wives, whom the system is disposing of as collateral damage in its combat with the Oromos.
¿Quién dijo que los reclamos de los oromo eran para arrestar un grupo pequeño y selecto de funcionarios corruptos y depravados, así como a sus conexiones (cuestionables, porque son muestras de nepotismo)? Las acusaciones que surgieron en la revolución de los oromo estaban dirigidas al sistema, no a unos funcionarios menores o a sus esposas, a los que el sistema desecha como daños colateral en su lucha contra los oromos.
La corrupción y la política étnica se entrecruzan
Algunos consideran que las medidas severas que se tomaron sobre algunos funcionarios de rango medio tienen que ver con una movida política. Muchas quejas surgieron sobre la aplicación discriminatoria de las leyes anticorrupción en Etiopía.
Such kind of charges have been used to settle within-party division in the past.
— BefeQadu Z. Hailu (@befeqe) July 25, 2017
Este tipo de cargos fueron la excusa para dirimir divisiones del pasado dentro del partido.
Etiopía es un estado unipartidario en el que el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (FDRPE) monopoliza el poder político. Sin embargo, el FDRPE es una coalición de cuatro partidos basados en el origen étnico. Esos cuatro partidos buscan representar a cada grupo étnico en particular, pero comparten la misma ideología, asociación política y preferencia en las políticas de estado.
Las autoridades de estos cuatro partidos –el Movimiento Democrático Nacional Amhara (MDNA), la Organización Popular Democrática de los Oromo (OPDO), el Movimiento Democrático Popular del Sur de Etiopía (MDPSE) y el Frente de Liberación Popular Tigray (FLPT)– son en la actualidad los líderes más importantes del país. Sin embargo, el núcleo del FDRPE está representado por miembros del FLPT, que tienen el poder absoluto desde el último cuarto de siglo.
En lo que respecta a la representatividad, los oromo alcanzan el 35 % de la población del país, que asciende en su totalidad a 100 millones de habitantes. El pueblo amhara conforma el 30 % de la población y los habitantes de la región sur del país un 15 %. A pesar de que los tigray representan apenas el 6 % de la población, se encuentran en puestos claves entre los funcionarios militares que controlan la seguridad nacional.
El FLPT cuenta con una vasta fortuna a través de la iniciativa Fondo de Beneficiencia para la Rehabilitación de Tigray-EFFORT, conglomerado partidario que tienen intereses comerciales en distintos sectores (minería, manufactura, servicios y medios de comunicación), mientras que los tres partidos étnicos restantes participan mediante una «red de apoyo», donde intercambian las necesidades de sus pueblos por influencia política.
En un comentario en Facebook, un usuario destacó que mientras que el FDRPE se enfoca en miembros del partido que no tienen origen tigray, son los miembros más antiguos de ese partido los que se salvan a pesar de estar envueltos en casos de corrupción mucho más serios.
Durante el mandato del fallecido primer ministro Meles Zenawi, se condenó a algunos miembros centrales del FLPT por corrupción, aunque hay quienes consideran que probablemente fueron puestos tras las rejas debido a una lucha de poder.