Habitantes de la región de Oromia en Etiopía hacen huelga para exigir liberación de prisioneros políticos

Comercios cerrados y calles desiertas en Bale Robe, pueblo al este de Etiopía. Fuente de las fotos: página de Facebook de Jawar Mohammed, compartida masivamente en redes sociales.

El miércoles 23 de agosto, el pueblo oromo, el mayor grupo étnico de Etiopía, se rebeló colectivamente contra el Gobierno de Etiopía. Esta vez, decidieron quedarse en sus hogares, faltar a sus trabajos y negarse a abrir sus comercios.

Normalmente, hay gran actividad en los pueblos y ciudades de Oromia, la mayor región administrativa de Etiopía, donde se concentra el pueblo oromo. Pero las fotos que se difundieron en Facebook mostraron centro comerciales y mercados al aire libre prácticamente vacíos el miércoles 23 y el jueves 24 de agosto. Las calles estaban casi desiertas, y los servicios de transporte público, como autobuses, no funcionaron. Por esto, los empleados del Gobierno no pudieron llegar a sus puestos de trabajo y se vieron obligados a participar de la protesta.

Últimas noticias: Harar y sus alrededores en huelga. No se observa actividad comercial ni de transporte. Además se han visto algunos vehículos dañados.

La huelga, programada por cinco días, fue convocada por un misterioso movimiento juvenil oromo autodenominado «Qeerroo», que en oromo hace referencia a su juventud.

La principal exigencia de este grupo activista es la liberación de prisioneros políticos y activistas encarcelados, en concreto figuras notables de la oposición como Merera Gudina y Bekele Gerba. Ambos fueron arrestados durante los últimos dos años de protestas y acusados de delitos como terrorismo y «promoción del cambio de régimen mediante medidas de fuerza ilegales y amenazas».

Hace dos años, miles de personas se rebelaron en todo el país, sobre todo en las regiones de Oromia y Amhara. Exigían más libertad política, igualdad social y que el Gobierno dejara de apoderarse de tierras. Los oromos representa el 35 por ciento de los 100 millones de habitantes del país; los ahmaras, el 30 por ciento. Por otro lado, los tigray son solo el 6 por ciento de la población, pero las élites tigray forman parte de los oficiales militares de mayor rango que controlan la seguridad de la nación.

El Gobierno reaccionó a esas protestas con brutalidad: cientos de personas asesinadas y miles arrestadas. En octubre de 2016, la autoridades declararon estado de emergencia en todo el país, durante nueve meses, que fue suspendido el 4 de agosto de 2017.

Con esta huelga reciente, Qeerroo también quiere acabar con el aumento de impuestos, injusto según los activistas que están fuera del país. En julio de 2017, el Gobierno implementó un nuevo esquema tributario para pequeñas empresas en todo el país, que generó una protesta similar en las regiones de Oromia y Amhara. La protesta de julio terminó y no logró ningún resultado político, pero las exigencias han reaparecido

Además, en medio de todo esto, los oromos se encuentran en una disputa por las fronteras con la región etíope vecina de Somalia. En abril de 2017, durante el estado de emergencia, el Gobierno etíope ordenó a las dos regiones que llegaran a un acuerdo y redistribuyeran sus fronteras, de acuerdo con el resultado de un referéndum que realizado 10 años atrás, en el que Oromia perdió territorio. El Gobierno reclutó a la fuerza policial especial de la región de Somalia, la «policía Liyou», para que impusieran el resultado

Los oromos lo consideraron una conspiración del gobierno tigray para debilitarlos. Acusan a la policía Liyou de violaciones a los derechos humanos. Una de las exigencias de la protesta pacífica actual es que terminen las supuestas violaciones a los derechos humanos.

Etiopía: la huelga se expande por la región, las personas se quedan en casa y exigen fin a la «anarquía de la policía Liyu» [Liyou] in Oromia.

«Debemos luchar a nivel nacional»

Qeerroo se comunica con el público solamente por Facebook, un sitio web y cadenas de televisión que transmiten desde el extranjero. Jawar Mohammed, director ejecutivo de Oromo Media Network, parece ser una fuente importante de información. Su página de Facebook tiene más de un millón de seguidores, la mayoría obtenidos en los últimos tres años.

El plantón/acción de boicot parece ser respuesta a controvertidos aumentos de impuestos por parte del Gobierno, recién anunciados, que han molestado a los comerciantes.
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El único medio informativo importante que se enfoca en la protesta actual parece ser la página de Facebook de Jawar Mohammed, activista oromo que reside en Estados Unidos.

La protesta resalta un posible desafío, cada vez mayor y posiblemente peligroso, al monopolio de poder del Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope: la indignación pública masiva y el deseo de la gente de participar en huelgas, cuando se las convoca.

Pero se ha expresado preocupación, incluso entre los que apoyan a la causa, por la falta de un mensaje de protesta único y coherente.

El mensaje de protesta está escrito en oromo. Principalmente, apunta a movilizar a los habitantes de la región. Abebe Gellaw escribió en Facebook:

We cannot wage effective and sustained civil resistance at a regional level as the cost would be too high on the people without the desired outcome. The cost should rather be unbearable to the regime, not the people. It should be waged at a national scale in a manner that can overwhelm and stress out the controlling power of the regime.

No podemos presentar resistencia civil efectiva y continua, pues el costo sería demasiado alto para el pueblo, sin el resultado deseado. El costo debería ser insostenible para el régimen, no para el pueblo. Debemos luchar a nivel nacional, de una forma que pueda agobiar y agotar al poder del régimen.

Asimismo, el 22 de agosto, cuando estaba programado comenzaría la protesta, los activistas difundieron comunicaciones dirigidas a varios grupos demográficos de Oromia que no estaban dispuestos a participar. Esto se interpretó como una amenaza de violencia, en particular contra la minoría étnica gurage, que vive esparcida en pueblos y ciudades de Oromia.

Aunque los activistas insisten en que su mensaje no es violento y que no odian a otros pueblos, Qeerroo deberá enfrentarse al desafío de apuntar su ira hacia el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope sin incitar a la violencia.

Los activistas en el extranjero declararon que hasta ahora la medida fue un éxito y alentaron a los participantes a continuar. Queda por verse qué impacto político tendrá la protesta.

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