Miles de rohingya que huyen de la violencia están varados en la frontera entre Bangladesh y Myanmar

La comunidad de rohingya en Myebon. 2013. Imagen de Flickr de la Comisión Europea DG ECHO. CC BY-NC-ND.

La violencia entre un grupo insurgente y las fuerzas de seguridad de Myanmar en la última semana de agosto motivó que miles de musulmanes rohingya entraran a Bangladesh en busca de refugio.

Ese aumento llevó a Bangladesh a empezar a restringir los cruces, lo que significa que muchos fueron rechazados y se quedaron esperando en la frontera.

Miembros del Ejército de Salvación Rohingya de Arakan (ARSA) realizaron un gran ataque coordinado en cerca de 30 puestos policiales y una base militar en el estado Rakhine, Myanmar. Cerca de mil militantes participaron en la ofensiva en las circunscripciones de Maungdaw y Buthidaung. Los militares tomaron represalias y al menos 59 insurgentes y 12 miembros de las fuerzas de seguridad murieron solamente el 25 de agosto de 2017.

La lucha entre ambos bandos continuó durante días. Las fuerzas armadas de Myanmar incursionaron en aldeas e incendiaron casas, sostenían que sus acciones eran parte de la lucha contra el grupo insurgente. El Gobierno de Myanmar evacuó al menos de 4,000 aldeanos no musulmanes, y muchos rohingya huyeron por su cuenta.

Más de mil rohingya cruzaron la frontera hacia Bangladesh después de que el ejército de Myanmar lanzó feroz campaña contra civiles.

La violencia amenaza la ya precaria situación de los rohingya en Myanmar. El Gobierno de Myanmar, país de mayoría budista, no reconoce a los rohingya entre los grupos étnicos del país y les niega la nacionalidad. Las autoridades y nacionalistas budistas los consideran inmigrantes ilegales de Bangladesh, aunque los rohingya tienen raíces en el estado de Rakhine que datan de siglos.

Con frecuencia, los rohingya están sometidos a insultos raciales y religiosos, y hasta los llaman “bengalíes«. Por esas razones, a menudo se les describe como el «grupo minoritario más preseguido de Asia«.

La mayoría de rohingya no son violentos, pero un grupo que se llama Ejército de Salvación Rohingya Arakan tomó las armas un a fines del año pasado. En octubre de 2016, sus militantes armados atacaron varios puestos policiales fronterizos, con un saldo de nueve policías muertos. Las fuerzas de Myanmar tomaron represalias y mataron a docenas de “supuestos insurgentes” y el operativo contrainsurgente tuvo denuncias de amplias violaciones a los derechos humanos por parte del ejército, incluidos incidentes de asesinatos extrajudiciales, violaciones en banda, incedio e infanticidio.

Después del estallido de la reciente ronda de combates, miles de rohingya huyeron de sus aldeas y se reunieron cerca de la frontera de Bangladesh mientras se podía oír disparos desde el lado de Myanmar. Una página en Facebook de los rohingya sostuvo que los militares de Myanmar realizaron ataques aéreos en el norte, en Maungdaw, y que dispararon contra aldeanos desde helicópteros. Los videos circularon en medios sociales y mostraban incendios en las aldeas, la huida de refugiados rohingya y cadáveres en el río.

Militares de Myanmar en la frontera dispararon a los rohingya, que están a punto de cruzar a Bangladesh para escapar de la muerte a manos de militares y extremistas.

Informan de ataques con incendios provocados, igual que la última ola de violencia. Me dicen que este video es del estado de Rakhine de hoy. Se quema aldea rohingya.

Los ciudadanos de Myanmar también expresaron su preocupación por la mayoría étnica de Rakhine que quedó expuesta a la violencia. Sin embargo, algunos llegaron más allá y acusaron a toda la comunidad rohingya por los ataques contra los puestos de avanzada de seguridad.

Aung San Suu Kyi, ganadora del Premio Nobel, consejera del Estado de Myanmar y cuyo partido encabeza ahora el Gobierno de Myanmar, ha recibido críticas por no lograr parar la persecución a los rohingya.

A su vez, ella acusa a trabajadores asistenciales internacionales de ayudar a los violentos militantes. Según informes, la administración de Suu Kyi está tratando de restringir el acceso a Rakhine a grupos asistenciales y los medios mientras los desacreditan públicamente. Ya se ha visto a varios trabajadores asistenciales dejar la zona.

Phil Robertson, subdirector de Asia en Human Rights Watch, condenó en Twitter la declaración contra los grupos asistenciales:

¡Es profundamente irresponsable que Aung San Suu Kyi acuse a ONG internacionales de participar en ataques «terroristas» en Rakhine sin ninguna evidencia!

Bangladesh, hogar de 400,000 rohingya, empieza a rechazar refugiados

Bangladesh sigue siendo el único país que reiteradamente ha aceptado refugiados rohingya dentro de sus fronteras. Los refugiados se albergan en campos temporales y sobreviven con la ayuda de asistencia y donaciones de las autoridades y las personas del lugar. El Programa Mundial de Alimentación y otras ONG locales se han comprometido a entregar comida y apoyo médico de emergencia.

Catástrofe y hambre en tierra de nadie. Niños rohingya sin alimentos. Los bebés no toman del pecho [de sus madres]. Las agencias no tienen acceso.

Pero el 26 de agosto, Bangladesh declaró que no permitiría más refugiados de Myanmar, y sostuvo que el país ya alberga a 400,000 rohingya. El Gobierno sostiene que como Bangladesh está sobrepoblado con poca o nada de seguridad social para sus propios ciudadanos, simplemente no está en posición de albergar refugiados indefinidamente. Agregó que el flujo de refugiados ya ha causado problemas sociales, económicos y ambientales “masivos” .

El Gobierno de Bangladesh ya empezó a hacer retroceder a cientos de rohingya a Myanmar, lo que los pone en mayor peligro.

Escenas de desesperación en la frontera de Bangladesh cuando la Guardia Frotneriza trata de evitar la entrada a los rohingya que huyen.

Guardia fronteriza de Bangladesh despliega 15,000 tropas más para hacer retroceder a los rohingya y responder al ejército brimano con disparos en tierra de nadie.

Faruk Wasif, periodista del diario bengalí Prothom Alo, apeló a una solución integral al problema en lugar de culpar a las víctimas simplemente:

রোহিঙ্গাই হোক বা স্বদেশি পাহাড়িই হোক, ভিক্টিমকে দোষারোপ না করে আমাদের তাই তাকাতে হবে সমস্যার গোড়ায়। মায়ানমারে গণতন্ত্র আসেনি, এসেছে উগ্র বর্ণবাদী জাতীয়তাবাদ। আমাদের সীমান্তে তা নিয়মিত জন্ম দিচ্ছে দুঃসংবাদ।

Ya sean los rohingyas o el grupo indígena, no debemos culpar a las víctimas y debemos mirar la raíz del problema. En Myanmar, la democracia sigue siendo elusiva, persiste el nacionalismo extremadamente racista. Esto está generando malas noticias en las fronteras.

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