Un año tras la prohibición de un periódico, los medios de comunicación independientes siguen bajo asedio en Omán

«El sitio web ha sido suspendido por decisión del ministro de Información», dice la nota en la página inicial del periódico prohibido Azamn.

Ha pasado ya un año desde que las autoridades omaníes cerrasen Azamn, periódico independiente en árabe, por su cobertura de la corrupción en el Sultanato. Yousef Al-Ha, uno de sus editores, sigue en prisión, cumple una condena de un año en cárcel. Dos otros editores de Azman, Ibrahim Al-Maamari y Zaher Al-Abri también fueron detenidos y sometidos a juicio, pero fueron posteriormente liberados.

Omán ha sido gobernado desde 1970 por el sultán Qaboos bin Said, que llegó al poder tras derrocar a su padre, Said Ben Timor. Desde entonces, ha ocupado las posiciones más importantes del país además de ser su único sultán: primer ministro, ministro de Defensa, Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, ministro de Hacienda, ministro de Asuntos Exteriores, presidente del Consejo Supremo de Planificación y presidente del Banco Central.

Los años de gobierno del Sultán se han caracterizado por los presistentes esfuerzos de las fuerzas de seguridad, especialmente de los Servicios de Seguridad Interna (ISS), de coartar las libertades públicas, incluida la libertad de prensa, y también de torturar e intimidar a los defensores de derechos humanos, periodistas independientes, blogueros y otros activistas, y encarcelarlos. Las autoridades restringen sistemáticamente las actividades pacíficas y legítimas en el campo de derechos humanos y prohíben a ciudadanos, incluidos activistas, expresar sus opiniones libremente –en línea y fuera de línea– sobre los asuntos públicos de su país como la corrupción en las agencias e instituciones gubernamentales.

La persecución y el cierre del periódico Azamn y el encarcelamiento de tres editores el año pasado constituyen un golpe severo a la libertad de prensa en el país. Azamn era un periódico independiente que informaba sobre la corrupción en Omán (que es una monarquía absoluta) desde su fundación en 2007, hasta que fue prohibido por las autoridades en agosto de 2016.

El 28 de julio de 2016, las fuerzas de seguridad detuvieron a Ibrahim Al-Maamari, editor en jefe de Azman, dos días después de que el periódico publicara un artículo titulado «Autoridades supremas atan las manos de la justicia», que abordó la corrupción en el Poder Judicial y la intervención de altos funcionarios en decisiones judiciales. El informe acusaba a funcionarios gubernamental de presionar a jueces en uno de los tribunales supremos del país para revocar una sentencia en un caso de herencia.

La edición del 26 de julio de 2016 del periódico Azamn, donde aparece en la portada un informe con el titular: «Autoridades supremas atan las manos de la justicia». Fuente de la foto: página de Facebook de Azamn.

El 3 de agosto de 2016, ISS citó a Zaher Al-Abri, miembro del comité editorial, para comparecer ante la División Especial y lo detuvieron a su llegada. El 9 de agosto de 2016, arrestaron al editor adjunto Yousef Al-Haj, quien actuaba como editor en jefe tras la detención de Al-Maamari. El periódico fue cerrado indefinidamente después de que el ministro de Información diese la orden de que «la publicación y la circulación del periódico por todos los medios, incluso en línea, están prohibidos a partir del 9 de agosto de 2016″.

El 26 de septiembre de 2016, el Tribunal de Primera Instancia de Mascate celebró su audiencia final en el juicio contra Al-Maamari, Al-Haj y Al-Abri, y emitió sentencias de prisión en su contra. El tribunal también dictó el cierre definitivo del periódico. Al-Maamari y Al-Haj fueron condenados por «perturbar el orden público», «mal uso de internet», «publicar detalles de un caso civil» y «socavar el prestigio del estado». Al-Haj, además de eso, lo declararon culpable de infringir la prohibición de publicación y de calumnia. Ambos fueron condenados a tres años de prisión, una multa de 3000 riales omaníes (7,800 dólares) cada uno y se les prohibió trabajar como periodistas durante un año. Por otro lado, Al-Abri fue condenado a un año de prisión y multado de mil riales omaníes (2.600 dólares) tras ser declarado culpable de utilizar «una red de información [internet] para difundir material que podría ser perjudicial para el órden público». Su fianza fue determinada de 5000 riales omaníes (13,000 dólares), y ya había sido puesto en libertad el 22 de agosto de 2016 antes de la sentencia.

En una audiencia celebrada el 26 de deciembre de 2016, el Tribunal de Apelación absolvió a Al-Abri aunque condenó a Al-Haj a un año de prisión y a Al-Maamari a seis meses, para incluir el tiempo que pasaron en detención. El 10 de abril de 2017, Al-Maamari fue liberado de la prisión central de Mascate, tras haber cumplido su condena de seis meses. Al-Haj quedó en prisión para cumplir su condena de un año.

El tribunal de apelación también revocó la decisión de cerrar el periódico “Azamn” que había sido emitida por el ministro de Información.

A pesar de la decisión del tribunal de levantar la prohibición de Azamn, el Gobierno omaní ha continuado persiguiendo al periódico. El 8 de enero de 2017, el ministro de Información emitió una directiva que extendió el cierre de Azamn por tres meses. En mayo de 2017, el ministro de Información personalmente firmó otra directiva que extendió el cierre de Azamn por otros tres meses, nuevamente en contra de la decisión del Tribunal de Apelación de volver a permitir la publicación del periódico.

El cierre de Azamn y la persecución de sus periodistas no es el único caso de violación de libertad de prensa que ha tenido lugar recientemente en Omán. Hay otras violaciones, como el bloqueo del sitio web de la revista independiente Mowatin y la presión sobre Albalad, primer periódico independiente en línea, para poner fin a sus funciones.

Al no autorizar la publicación de Azamn y con la encarcelación de su periodista Al-Haj, parece que las autoridades omaníes todavía no están dispuestas a poner fin a la amplia represión de la libertad de prensa.

El Centro del Golfo para los Derechos Humanos (GCHR) exhorta a las Autoridades omaníes a:
1. Liberar inmediata e incondicionalmente a Yousef Al-Haj;
2. Proporcionar un ambiente seguro para el periódico Azamn para que pueda desempeñar su trabajo periodístico;
3. Proteger la libertad de prensa en el país; y
4. Asegurar en todas las circunstancias que los defensores de derechos humanos y los periodistas en Omán puedan llevar a cabo su legítimo trabajo en los derechos humanos sin temor a represalias y sin restricciones, incluido el acoso judicial.

El Centro del Golfo para los Derechos Humanos (GCHR) es una organización independiente, no gubernamental y sin ánimo de lucro que trabaja para proporcionar apoyo y protección a los defensores de derechos humanos (periodistas independientes, blogueros, abogados, etc.) en la región del Golfo y países vecinos a través de la promoción de libertad de expresión, de asociación y de reunión pacífica. Esta publicación fue escrita por el director ejecutivo del centro Khalid Ibrahim.

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