Informe de policía de Jamaica absuelve a agentes en incursión en Tivoli Gardens

Detalle del uniforme del Cuerpo de Policía de Jamaica (JCF) empleado durante el estado de emergencia de 2010. Foto de BBC World Service, CC BY-NC 2.0.

Hace poco más de siete años, las fuerzas de seguridad jamaicanas entraron en la agitada comunidad de Tivoli Gardens, en el oeste de Kingston, en busca del capo de la droga Christopher «Dudus» Coke para su extradición a Estados Unidos. Durante las operaciones de seguridad —que suscitaron gran preocupación entre los grupos de derechos humanos—, al menos 72 jamaicanos perdieron la vida, y aproximadamente otros 35 fueron heridos. El número de bajas fue el más alto en un único incidente desde la brutal represión de la rebelión de Morant Bay de 1865.

El 23 de mayo de 2010, Jamaica declaró estado de emergencia de forma limitada para Kingston y St. Andrews, que finalizó casi dos meses después, el 22 de julio. Coke fue finalmente capturado y deportado a Estados Unidos el 24 de junio, y actualmente está cumpliendo una condena de 23 años en prisión por crimen organizado. La comisión investigadora de la «Incursión Tivoli» (como se conoce localmente) establecida por el Gobierno, publicó su informe y recomendaciones el 14 de junio de 2016. Más de un año después, el Cuerpo de Policía de Jamaica (creado por las potencias coloniales poco después de la rebelión de Morant Bay) publicó su propia evaluación administrativa del informe de la comisión, que el jefe de Policía, George Quallo, publicó en Twitter:

Acabo de publicar el Informe Final de Evaluación Administrativa de Kingston Oeste a Scribd. Para leer más…

Entre otras recomendaciones, el Informe de los comisionados de junio de 2016 indicaba que a cinco miembros veteranos del cuerpo de policía no se les debería poner a cargo de las futuras operaciones de seguridad internas, y les acusó de negligencia y ejecuciones extrajudiciales. Sin embargo, el Comité de Evaluación Policial, dirigido por el comisionado asistente, Wray Palmer, rechazó esta recomendación y añadió que los comisionados se empeñaban en especular, eran parciales y, a veces, estaban confundidos. Los tres comisionados nombrados en agosto de 2014 incluían al profesor Anthony Harriott, experto en delincuencia internacional; a la señora jueza Hazel Harris, jueza retirada del Tribunal de Apelación de Jamaica; y a Sir David Simmons, exjefe del Tribunal Supremo y Fiscal General de Barbados, quien presidió la investigación.

La respuesta de la defensora pública Arlene Harrison Henry fue rápida y contundente. A la evaluación policial la llamó «desdeñosa» con la comisión cuasijudicial, y señaló que fue debidamente constituida por el gobernador general de acuerdo con la legislación de Jamaica. Henry también exigió al cuerpo de policía de Jamaica que retirara su evaluación, y prometió escribir a la fiscal general, Marlene Malahoo Forte, sobre el asunto. Mientras tanto, Quallo afirma que «se atiene al informe».

La defensora de derechos humanos Susan Goffe comentó en su blog:

Since the release, there has been increasing discussion of the report, with expressions of criticism and concern. I have been among those expressing concerns as, having read the report, I believe it raises questions of process, substance and tone. I think that beyond the report itself, there is also the consideration of its wider impact on issues of post-Commission of Enquiry processes and of police accountability.

In the final account, the Committee found that the JCF [Jamaica Constabulary Force], its systems, performance and members were ‘appropriate’, ‘adequate’, ‘clear’, ‘effective’, ‘effective’, ‘adequate’, ‘effective’, ‘adequate’, ‘rose to the occasion’, without basis to ‘be cited for misconduct and/or dereliction of duty’. The report and its findings give little indication of the kind of self-reflection that would be valuable to the police force following the events of 2010 and the report and recommendations of the Commission of Enquiry. There is a sense of the-JCF-did-nothing-wrong-time-to-move-on.

There are points at which the Committee’s tone seems to be defensive and dismissive in a manner that is not appropriate or useful.

Desde la publicación, ha habido una creciente discusión sobre el informe, con expresiones de crítica y preocupación. Me incluyo entre quienes han expresado preocupación, dado que, tras leer el informe, creo que suscita dudas en cuanto al proceso, a la base y al tono. Pienso que, más allá del propio informe, también está la consideración de su impacto más amplio en cuestiones de procesos posteriores a la Comisión de Investigación y de responsabilidad policial.

En el informe final, el Comité encontró al JCF [Cuerpo de Policía de Jamaica], sus sistemas, su actuación y miembros «apropiados», «adecuados», «claros», «efectivos», «efectivos», «adecuados», «efectivos», «adecuados», «a la altura de las circunstancias», sin base para «ser citado por mala conducta y/o negligencia». El informe y sus resultados ofrecen escasos indicios del tipo de introspección que valoraría el cuerpo de policía tras los sucesos de 2010 y el informe con recomendaciones de la Comisión de Investigación. Existe la sensación de que el-JCF-no-hizo-nada-malo-hay-que-seguir-adelante.

Hay puntos en los que el tono del Comité parece ser defensivo y despectivo, de una manera que no es apropiada ni útil.

Hubo más críticas por parte del comisionado adjunto de Policía, Les Green, quien se sintió ofendido por la forma en que se caracterizó a la Dirección de Investigación Criminal (CIB, por su nombre en inglés), que dirigía en aquel momento. En una carta pública al jefe de Policía Quallo, Green comentó:

I respectfully request that the false and misleading statements are promptly addressed in this publicly circulated review document (published on the JCF website page and widely reported in the media) as any delays will continue to cause distress, alarm and harm to the reputations of nearly 1,500 members of the JCF, who were members of the CIB in May 2010.

I was honoured and privileged to have served in the CIB and I can personally vouch for numerous CIB personnel, who during this period, demonstrated beyond the call of duty at the very highest standards of professionalism, discipline and dedication and this JCF internal review document has tarnished us all with an injustice that must be immediately addressed.

Pido respetuosamente que las declaraciones falsas y engañosas reciban atención inmediata en este documento de evaluación distribuido públicamente (pubilcado en el sitio web del JCF y difundido ampliamente por los medios de comunicación), cualquier demora no hará más que continuar causando desasosiego, alarma y daños a la reputación de casi 1500 miembros del JCF, que formaban parte del CIB en mayo de 2010.

Tuve el honor y el privilegio de haber servido en el CIB, y puedo responder personalmente por el numeroso personal del CIB, que durante este periodo demostraron alcanzar los más altos niveles de profesionalismo, disciplina y dedicación más allá de su deber, y este documento de evaluación interno del JCF nos ha mancillado a todos con una injusticia que debe ser abordada inmediatamente.

El día después de la publicación de la evaluación administrativa, George Quallo compartió un artículo de prensa:

Aug.09f.17-No hay lugar para mala conducta entre oficiales de policía
El comisionado denuncia mala conducta o cualquier acto de corrupción entre miembros de la policía
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Acabo de subir Aug.09f.17: No hay lugar para la mala conducta entre los agentes de policía en Scribd.

La publicación incluía las mordaces palabras del jefe de Policía:

There are more decent, honest, hard-working men and women in our midst than there are unscrupulous members…

We have no place for individuals who decidedly run afoul of the law. As keepers of this democracy we are held at a higher level of moral conduct than the average citizen. Therefore, I call on the decent members of this organisation to stand up and be counted, denounce any act of misconduct or corruption that is likely to impact our image.

Hay más hombres y mujeres decentes, honestos y trabajadores entre nosotros que miembros sin escrúpulos…

No tenemos lugar para quienes incumplen la ley decididamente. Como guardianes de esta democracia, nos atenemos a un nivel más alto de conducta moral que el ciudadano promedio. Por lo tanto, apelo a los miembros decentes de esta organización para que se levanten y alcen la voz, denuncien todo acto de mala conducta o corrupción que pueda afectar a nuestra imagen.

Como consecuencia de los resultados de la evaluación, los jamaicanos han estado comentando regularmente los recientes asuntos policiales:

En lugar de ayudar al JCF a aprender de los errores cometidos y defectos en Tivoli, la Evaluación Administrativa está causando cinismo, desgraciadamente.

En general, los jamaicanos tienen una mala opinión de la policía. Quienes participaron en la encuesta nacional del periódico Gleaner en 2014 creían que el 80% de la policía era corrupta. Un tuit repitió esa opinión:

¡El JCF está institucionalmente corrupto y necesita una purga! Necesitamos servicios policiales: uno por condado. ¡El JCF está demasiado sobrecargado!

Otro tuiteó una solución drástica:

Solución: disolver el JCF y empezar de nuevo. ¿Suena radical? Bueno…

Radical tal vez, pero muchos aún creen que la incursión de Tivoli Gardens fue igual de extremo.

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