A pesar de que en muchas partes del mundo se busca despenalizar la marihuana, en Trinidad y Tobago aún se considera el cultivo y uso de esta planta como una acción ilegal.
Ya en el año 2014, activistas en territorios regionales cercanos se agitaban a favor de «liberar» la hierba. En febrero de 2015, Jamaica se convirtió en la primera nación caribeña en despenalizar la marihuana cuando la Cámara de Representates aprobó una ley que permitía poseer hasta 2 onzas (56.6 gramos) de cannabis. La nueva legislación también le permite a quienes la consumen sembrar hasta cinco plantas para uso personal, y se establecieron directrices para el cultivo y la distribución tanto para el uso medicinal de la marihuana como para su uso en ceremonias religiosas.
En una región cuyo sistema de justicia está plagado de casos pendientes por delitos menores de posesión, el camino hacia la despenalización es bien recibido por muchos. En Jamaica, no solo el uso de la hierba está despenalizado, sino que también es visto como algo normal –se habla de una cooperativa de marihuana y del potencial en el turismo de la hierba. Es más, a fines del 2015, en el festival Rastafari Rootzfest se celebró la liberación de la marihuana, a pesar de que algunos insisten en que el desarrollo de la industria jamaiquina de la marihuana legal no ocurre lo suficientemente rápido.
Mientras tanto, la postura de Trinidad y Tobago sobre este tema se mantiene en el lado opuesto. La cuenta oficial de Twitter del Servicio Policial de Trinidad y Tobago (TTPS, por sus siglas en inglés) a menudo publica imágenes y actualizaciones sobre las cantidades de marihuana que incautan y destruyen:
Police destroy TT$650,000 worth in marijuana found in Las Cuevas. pic.twitter.com/etE1gaD7OP
— T&T Police Service (@TTPoliceService) July 17, 2017
La policía destruye marihuana avaluada en TT$650,000 (poco más de USD96,000) encontrada en Las Cuevas.
Algunos cibernautas sienten que la legislación de la marihuana podría separar su uso del peligroso y violento mercado de droga ilegal y disminuir la carga al sistema de justicia, pero la TTPS mezcla ambos casos y menciona orgullosamente que sus incautaciones de marihuana en 2017 aumentaron un 29.7% desde el año anterior.
La otra faceta del problema es, por supuesto, la marihuana con fines medicinales. En septiembre de 2015, C420, ONG para la reforma de la ley de cannabis en Trinidad y Tobago, amenazó con demandar al Ministerio de Salud del país, dijo que no ha dado a conocer que existe una legislación en relación a la posesión legal de marihuana.
En octubre del 2015, la escritora Nazma Muller, una firme defensora de la despenalización, escribió una publicación como invitada sobre el tema en Global Voices. Ahí mencionó que esta «legislación actualizada también ha sido misteriosamente omitida por legiones de abogados quienes ganan cifras astronómicas al defender clientes acusados según la ley de drogas peligrosas. en los 15 años desde su promulgación, nunca se ha usado como defensa en los miles de casos de posesión de marihuana que han estado obstruyendo el sistema judicial del país”.
El trabajo de Muller como activista y líder del Colectivo Caribeño por Justicia, partido político que hizo campaña hace poco en una plataforma ecológica que se dedicaba a la legalización del cannabis, la ha convencido de que lo único que ha logrado la Guerra contra las Drogas de Estados Unidos es la encarcelación predominante de «hombres pobres, jóvenes y negros«.
No está sola; su petición en línea, que pide al Gobierno que «aborde el hecho de que mientras la marihuana siga siendo ilegal, siempre estará bajo el control de bandas criminales», ha sido firmada por más de 3,000 personas, y hay un documental sobre el tema. En una publicación en Facebook, Muller expresó que un excatedrático de la Universidad de las Indias Occidentales, doctor Onwubiko Agozino, le escribió al primer ministro y le sugirió que con la legalización de la hierba se vería una disminución dramática de la delincuencia:
The only ones benefiting from keeping marijuana illegal are the drug gangs and they will be forced out of business by legitimate dealers who would be licensed and who would pay taxes on their sales to generate more revenues. Other products could also be manufactured from hemp to help diversify the economy.
The government will also save money from ending unnecessary prosecutions by directing police officers to cease and desist from going after non-violent marijuana users. […]
If the government is afraid of the electoral consequences of legalization, then call a referendum on the policy and let the people decide. Otherwise, encourage a bipartisan bill to be presented in parliament for legalization. Or encourage citizens to sue the government for the deprivation of liberty and let the courts decide. The more courageous move would be for the Honourable Prime Minister to lead the policy change with an immediate directive to the Law Revision Commission to reclassify marijuana as a legal substance.
Los únicos que se benefician con mantener ilegal la marihuana son las bandas de drogas y traficantes legítimos las obligarán a dejar el negocio, que estarán registrados y deberán pagar impuestos por sus ventas para generar más ingresos. Otros productos también pueden ser fabricados a partir de la marihuana para ayudar a diversificar la economía.
El Gobierno también ahorrará, pues terminará los procesos innecesarios y dirá a los oficiales de policía que cesen y desistan de perseguir a usuarios no violentos de marihuana. […]
Si el Gobierno teme las consecuencias electorales de la legalización, que convoque a un referéndum y que deje que el pueblo decida. De otra manera, que aliente una ley bipartidista en el Parlamento para su legalización. O que aliente a los ciudadanos a demandar al Gobierno por privación e la libertad y que los tribunales decidan. Lo más valiente sería que ele Honorable primer ministro dirija el cambio de política con una directiva inmediata para la comisión revisora de la ley para recatalograr la marihuana como sustancia legal.
En una publicación para Wired868, popular sitio web satírico de deportes y política, el bloguero Jabal Hassanali presentó su opinión para «tomar la acción de la marihuana»:
With legalisation, academic research into marijuana—its positive medicinal benefits as well as its harmful effects—would be a lot less encumbered and, although we are very late to join the party, I feel sure we would be able to produce innovations and findings that would not only be relevant globally but useful to our own local context as well.
Over time, these findings would feed back into public policy, helping us to chart the best way forward in literally uncharted territory. […]
We cannot allow ourselves to be paralysed by inaction because we are trying to develop the perfect system.
Perfect in this regard is the enemy of good and, no matter how much due diligence we undertake, it must be recognised that there will always be kinks and blind spots in the early stages of the experiment. Still, even the creation of an imperfect legal market can go a long way toward seriously disrupting the black market.
To derive maximum benefit from so doing, we shall have to ensure that we keep the barriers of entry into the industry so that it is made easily accessible to persons from disenfranchised communities.
Con la legalización, la investigacion académica de la marihuana —sus beneficios medicinales positivos y sus efectos dañinos— estaría mucho menos cargada y, aunque ya es tarde para unirnos a la fiesta, tengo la certeza de que podremos producir innovaciones y hallazgos que serán globalmente relevantes y útiles a nuestro propio contexto local también .
Con el tiempo, esos hallazgos deben tenerse en cuenta en la política pública, lo que nos ayudará a hallar la mejor manera de avanzar en territorio literalmente inexplorado. […]
No podemos permitirnos quedar paralizados por la inacción porque estamos tratando de desarrollar el sistema perfecto.
En este sentido, lo perfecto es enemigo de lo bueno y, sin importar lo diligentes que seamos, se debe reconocer que siempre habrá problemas y puntos ciegos en las primeras etapas del experimento. Pero hasta la creación de un mercado legal imperfecto puede tomar tiempo para afectar seriamente el mercado negro.
Para obtener el máximo beneficio, debemos garantizar que mantenemos las barreras de entrada a la industria para que sean fácilmente accesibles para las personas en las comunidades marginadas.
La publicación también trató sobre el «elefante en la habitación», que son las Naciones Unidas –a pesar de la decisiones de muchos de sus países signatarios que los alejan de las políticas de prohibición de drogas– que sigue penalizando el uso no médico o no científico del cannabis:
Bear in mind that, once the UN does make the necessary adjustment [to at least decriminalise, if not legalise marijuana] the floodgates will open and the rest of the world—including major bandwaggonists Trinidad and Tobago—will all of a sudden see this as a non-issue. So if we take the risk now, where, realistically, in the Western Hemisphere would the diplomatic backlash come from?
Certainly not the USA, who are skidding along on a technicality, state by state, and have lost the moral authority to protest. […]
As a diversification option, this opportunity represents relatively low-hanging fruit that can be plucked in the short-to-medium term if we play our cards right.
We can simultaneously reduce crime and boost tourism and the economy.
One stone(r), two birds.
Tengan en cuenta que, una vez que Naciones Unidas haga los ajustes necesarios [al menos para despenalizar, si no legalizar la marihuana], se abrirán las compuertas y el resto del mundo —incluido Trinidad y Tobago— verá esto repentinamente como algo sin importancia. Si nos arriesgamos ahora, ¿de dónde, siendo realistas, vendrán las críticas en el hemisferio occidental?
Ciertamente, no de Estados Unidos, que se desliza en un tecnicismo, estado por estado, y ha perdido la autoridad moral para protestar. […]
Como una opción de diversificación, esta oportunidad representa algo relativamente fácil de tomar que puede aprovecharse en el corto y mediano plazo si jugamos bien nuestras cartas.
A la vez, podemos reducir la delincuencia e impulsar el turismo y la economía.
Dos pájaros de un tiro.