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La transición planificada de Kazajistán al alfabeto latino plantea preguntas complicadas. Aunque tal los alfabetos no sean importantes en sí mismos, tienen un importante rol para ayudar a definir el lugar de una nación en el mundo.
Como turcólogo, con frecuencia enseño varias lenguas túrquicas históricas con el alfabeto túrquico runiforme, el alfabeto uyghur, el alfabeto árabe y otros. Los turcólogos también estudian diversas lenguas túrquicas escritas en alfabeto siriaco, alfabeto armenio, alfabeto hebreo, alfabeto griego y otros.
Por decirlo brevemente, se puede usar muchos diferentes alfabetos para escribir lenguas túrquicas. Desde un punto de vista técnico, se trata solamente de con cuánta precisión un alfabeto en particular representa los sonidos hablados.
La versión clásica del alfabeto árabe —con letras adicionales introducidas para el persa— no representa de manera exacta las vocales de las lenguas túrquicas. No obstante, se usó satisfactoriamente para el chagatay túrquico en Asia Central y el turco otomano hasta comienzos del siglo XX. A fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, se presentaron innovaciones para representar las vocales de manera exacta y, ciertamente, ese es el caso con el alfabeto árabe reformado que se usa actualmente para el uyghur.
Usar el alfabeto latino para representar lenguas túrquicas no es un fenómeno nuevo. El alfabeto se usó para escribir el Codex Cumanicus en un dialecto de kipchak túrquico a inicios del siglo XIV. Más recientemente, Turquía adoptó una versión del alfabeto latino desde 1928, al igual que Azerbaiyán y Turkmenistán desde 1991, y Uzbekistán en 2001, tras el colapso de la Unión Soviética.
También debemos recordar que a comienzos del periodo soviético, la mayoría de las lenguas túrquicas de la unión compartían un alfabeto latino —el llamado yangälif— desde 1926. Pero este alfabeto se vio reemplazado por alfabetos individuales en cirílico que eran diferentes unos de otros.
Hay varios factores lingüísticos que apoyan el planeado cambio de Kazajistán al alfabeto latino. Por supuesto, uno es que más personas instruidas conocen el alfabeto latino que el cirílico. También se usa ampliamente para comunicaciones por internet y teléfonos celulares.
Para mí, es mucho más significativo otro fenómeno que he observado con frecuencia. Los hablantes de tártaro kazán —yo mismo tengo ascendencia tártara kazán—, kazajo y otras lenguas que pueden no ser fluidos en presumiblemente lengua nativa a menudo imponen la pronunciación y reglas fonológicas del ruso y el alfabeto cirílico en su propio idioma.
Para explicarlo en términos técnicos, las vocales frontales en ruso palatalizan la consonante precedente. Entonces, los hablantes de lenguas túrquicas pronuncian las palabras como si estuvieran escritas en ruso —como si fuera “pronunciación de deletreo”. En otras palabras, pronuncian palabras en su propio idioma con un “acento ruso”. Hasta he conocido hablantes de kazajo que aprenden turco y que pronuncian el turco según las reglas de la pronunciación rusa. Es muy probable que este fenómeno cambie si los escolares usan el alfabeto latino desde muy corta edad.
Sí, estoy a favor de la transición del kazajo del alfabeto cirílico al alfabeto latino.
Más allá del fenómeno lingüístico, hay elementos políticos, culturales y hasta ideológicos a tener en cuenta. En otras palabras, ¿Kazajistán seguirá identificado por siempre con el Imperio Ruso y la Unión Soviética que le sucedió? ¿O quiere que lo vean como parte de una comunidad mundial mayor, incluida la comunidad europea, de la que también es parte?
Otra pregunta es si la nación kazaja —y pienso más en personas de etnia kazaja que en todos los kazajastanos— debe mantenerse aparte del resto del mundo túrquico. Turquía, Azerbaiyán y Turkmenistán han adoptado alguna variación del alfabeto latino. Kirguistán también está evaluando esa medida. ¿Cuál sería el argumento para que Kazajistán quedara aislado de esta gran parte del mundo túrquico, sobre todo cuando en otras partes del mundo existe la tendencia de adoptar el alfabeto latino? (Se cree que Tataristán también evaluaría la transición si se lo permitieran, aunque actualmente es contra la ley en Rusia usar otro alfabeto diferente al cirílico).
Los argumentos contra la adopción del alfabeto latino están inherentemente fundamentados en ideología imperial rusa o soviética.
Desde finales del siglo XIX, los diversos pueblos túrquicos musulmanes del Imperio Ruso empezaron a explorar identidades modernas. He sostenido que los tártaros kazán de ahora empezaron a defender una nación territorial tártara ya en el siglo XIX, mientras otros turcos musulmanes en el Imperio Ruso defienden una identidad compartida no basada en el territorio que se extiede por el mundo túrquico, y más ampliamente a través del mundo musulmán.
Esta última idea planteó preocupaciones sobre “panturquismo” y “panislamismo” entre las autoridades de fines del Imperio Ruso —ideas que persistieron durante la era soviética y después.
Una de las nociones subyacentes contrarias al cambio del kazajo al alfabeto latino es este irracional temor de la era colonial de la unidad de pueblos de habla túrquica.
Dada la creciente integración cultural del mundo túrquico a través de la fundación en 2009 del Consejo de Cooperación de Estados de Habla Túrquica —establecido por Azerbaiyán, Kazajistán, Kirguistán y Turqía— y el creciente rol de Astaná como una nueva capital cultural para todo el mundo túrquico, ¿por qué Kazajistán no debería tratar de desarrollar conexiones culturales más cercanas con otras repúblicas túrquicas con un alfabeto similar?
Mi padre, ya fallecido, contaba cómo los tártaros kazán se volvieron analfabetos dos veces en una generación, primero cuando se dejó de lado la escritura árabe por el yangälif, y de nuevo cuando ese “nuevo alfabeto” fue abandonado a favor del cirílico. Los alfabetos cirílico individuales fueron implantados para los idiomas túrquicos soviéticos en la década de 1930. Los kazajos adoptaron el alfabeto cirílico recién en 1940.
Hay costos sociales ineludibles por este cambio, como que la generación mayor se vuelva analfabeta, o tenga menos ventajas. Y hay también un costo cultural, como que la generación más joven pueda quedarse alejada de su pasado —¡por segunda o tercera vez! Turquía pasó por esto en 1928, y aún no lo ha superado completamente. Aunque Turquía lo emprendió como una “terapia de choque”, Kazajistán ha elegido un camino gradual, pues ha optado por la forma final del alfabeto para fines de 2017, capacitará a los educadores en el nuevo alfabeto y finalmente completará el cambio al alfabeto latino para 2025.
Al mismo tiempo, hay una dimensión política en el proceso. Rusia tiene fuertes sentimientos hacia el mundo rusoparlante y su posición de dominio, aunque se podría decir que sus acciones a menudo han minado sus propios intereses a este respecto. Rusia preferiría naturalmente no ver que Kazajistán abandone el alfabeto cirílico. Pronto se sabrá si tomará medidas para impedir que esto ocurra. Espero que no sea así.
Ahora, es política oficial en Kazajistán promover tres idiomas en el sistema educativo —kazajo, ruso e inglés. Creo que está bien documentado ahora que el espacio rusoparlante disminuye en los antiguos territorios de la Unión Soviética. Pero Kazajistán, como Tataristán, es tan fuertemente bilingüe que no me preocupa mucho que el uso del ruso disminuya en Kazajistán en el futuro cercano. El verdadero desafío es asegurarse de que el kazajo sea viable como idioma oficial de Kazajistán.
A diferencia de Turquía, o digamos Uzbekistán, el kazajo tiene un largo camino por recorrer antes de convertirse en el idioma que elijan los ciudadanos de Kazajistán.