Preguntaron a okinawenses que protestan contra base militar estadounidense si «entienden japonés»

henoko protesters

Manifestantes en Henoko en marzo de 2017. Captura de pantalla del canal oficial de Kyodo News en YouTube.

La Oficina de Defensa de Okinawa recibió críticas de los habitantes del lugar, los medios y políticos locales después de que el personal de seguridad al mando de la oficina usó lenguaje insultante contra los activistas que protestaban por la construcción de una base militar estadounidense. Les preguntaron: «¿entienden japonés?».

El incidente ocurrió el 29 de agosto frente al Campo Swab, instalación del cuerpo de Marines de Estados Unidos en la bahía de Henoko en Okinawa, isla japonesa en el mar de China Oritental. El ejército estadounidense está en proceso de construir una pista de aterrizaje en terreno recuperado en la bahía de Henoko. Los activistas han llevado a cabo una prolongada campaña de desobediencia civil para protestar contra la construcción de la base, y la Oficina de Defensa, bajo el control del Ministerio de Defensa de Japón, está a cargo de retirarlos.

Desde hace tiempo, los activistas se quejan de que las fuerzas de seguridad japonesas usan tácticas severas para enfrentar las protestas. Para los lugareños, los últimos insultos y burlas de la Oficina de Defensa de los manifestantes enfatizan cómo se perciben los okinawenses, que consideran que los tratan como ciudadanos de segunda clase y no verdaderos japoneses.

Oficina de Defensa usa lenguaje abusivo con manifestantes de Henoko: «¿Entienden japonés?». Reacción fuerte de Okinawa [viene a continuación].

De nuevo, palabras que hieren los corazones de los okinawenses.

Según un artículo del periódico Tokyo Shimbun, el lenguaje que usó el personal de seguridad el 29 de agosto tenía la intención de burlarse del dialecto de Okinawa, que es bastante distinto del japonés estandár que hablan los funcionarios de la Oficina de Defensa. El incidente recibió atención limitada de los medios japoneses.

A las 2:56 p.m. del 28 de agosto, el escuadrón antidisturbios retiró a los manifestantes que participaban en un plantón al frente del Campo Swab. Un funcionario de la Oficina de Defensa de Okinawa gritó a los asistentes desde atrás de una cerca: «¿Entienden japonés?».

Además del breve informe del Tokyo Shimbun, el periódico Yomiuri Shimbun describió las expresiones del funcionario de la Oficina de Defensa como «inapropiadas» (不適切). A Onodera Itsunori, ministro de Defensa japonés, lo citaron diciendo que le gustaría advertir a los representantes de la Oficina de Defensa «que no usaran lenguaje que podría invitar a malas interpretaciones» (誤解を招くような言葉遣いに気をつけるようしっかり注意したい).

Sankei también citó a Nagase Kazuo, jefe de una organización que representa a los activistas locales de Okinawa, que dijo:

「沖縄は歴史的に方言差別や米国統治に苦しめられてきた。許し難い発言だ」

Okinawa ha sido discriminado históricamente por su dialecto y ha sufrido bajo la ocupación estadounidenses. Es difícil perdonar ese lenguaje.

Okinawa fue alguna vez un reino, pero desde hace tiempo se ha sentido separado del resto de Japón. Luego de la derrota de Japón en la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos administró Okinawa hasta 1972. Pasó a ser una base para el ejército estadounidense en el Pacífico Occidental. A pesar de representar apenas el 0.6% del territorio de Japon, en Okinawa se ubica más del 70% de las bases militares estadounidenses instaladas en Japón. Las bases militares estadounidenses ocupan al menos el 18% de la isla principal de Okinawa.

En 2013, el primer ministro, Shinzo Abe, y el entonces gobernador de Okinawa, Hirokazu Nakaima, suscribieron un acuerdo para construir una nueva base de la Marina estadounidense en la bahía de Henoko, zona relativamente limpia que quedará destruida como vertedero para crear las instalaciones. La decisión desencadenó las actuales protestas y desobediencia civil que apareció brevemente en las noticias nacionales, justo cuando Okinawa cumplía 45 años de haber regresado a la soberanía japonesa.

En abril de 2017, comenzaron los trabajos para llenar partes de la bahía de Henoko con roca para abrir camino a un rompeolas y una plataforma para aterrizaje de helicópteros. Los manifestantes llegaron a la entrada del lugar de la construcción, pero fueron reprimidos por la policía japonesa. El gobernador de Okinawa, Onaga Takeshi, solicitó una orden para detener los trabajos del rompeolas, sin éxito hasta ahora.

Los comentarios de las fuerzas de seguridad también se pueden interpretar como un cuestionamiento a si los manifestantes son realmente japoneses, pues existe la percepción de que muchos activistas son extranjeros.

Bueno, ¡hay muchos extranjeros [en las protestas]!

¿Realmente podemos estar seguros de que todos podían entender japonés?

Ciertamente, la percepción de que los manifestantes de Okinawa pueden no ser de Japón puede venir de deliberadas campañas de desinformación, donde contramanifestantes de derecha se hacen pasar como agentes extranjeros.

Los insultos de los funcionarios de la Oficina de Defensa de Okinawa ponen de manifiesto la brecha que existe entre los activistas locales y el Gobierno japonés, sin solución a la vista.

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