Como Estados Unidos, Trinidad y Tobago no estará en el Mundial de 2018, pero son los únicos que sonríen al respecto

Jabulani, balón del Mundial de 2010. Foto de Tai Gray, CC BY-SA 2.0.

La noche del 10 de octubre de 2017, un conjunto de aficionados al fútbol fue al Estadio Ato Boldon, en Trinidad, para ver un partido clasificatorio para el Mundial entre Trinidad y Tobago y Estados Unidos. La pequeña nación caribeña no tenía ninguna posibilidad de acudir a Rusia 2018, pero sí Estados Unidos (siempre y cuando lograra un empate ante Trinidad y Tobago).

Uno de los motivos por el que el fútbol es el deporte más popular del mundo es que, en el mejor de los casos, se trata de un juego impredecible. Con solo un gol la situación puede cambiar de manera fulminante. Por lo que si bien se podría haber predicho el resultado de este partido, lo sucedido en el terreno de juego fue de todos menos predecible. El partido acabó con victoria de Trinidad y Tobago por 2-1 y la eliminación de Estados Unidos del camino hacia Rusia.

Gracias a un afortunado autogol del defensa Omar Gonzales, acompañado de un brillante ataque del jugador trinitense Alvin Jones, esta república insular se aseguró los tres puntos, lo que dejó horrorizados tanto al equipo como a los aficionados estadounidenses.

El conocido sitio web de deportes Wired868 lo describió así:

What came next was a right-footed screamer that arrowed into the far corner. It seemed to belong in an entirely different match and it certainly illuminated a contest that had, up to that point, been low-tempo and scrappy.

Howard’s eyes opened as wide as saucers, the Trinidad and Tobago bench was in uproar and, all over CONCACAF, word of Señor Jones (Alvin Jones) spread like wildfire; the United States were in trouble at 0-2 down.

Lo que llegó después fue un diestro sensacional que disparó al palo largo. Pareció ser de un partido totalmente diferente y ciertamente iluminó una contienda que hasta ese momento había sido lenta e irregular.

Los ojos de Howard se abrieron como platos, la banca de suplentes trinitense se alborotó, por toda la CONCACAF, el disparo del señor (Alvin) Jones salió como una llamarada; Estados Unidos estaba en problemas con 2-1 en contra.

Un noviembre para recordar

Con Estados Unidos fuera, el espíritu de los trinitobaguenses se animó, sobre todo por una fecha que siempre permanecerá en sus memorias: 19 de noviembre de 1989. Aquel día, la selección de Trinidad y Tobago, conocida como la el Equipo de Ataque, tuvo por primera vez en la mira el Mundial. De haber simplemente empatado con Estados Unidos en aquel importante partido se habrían convertido en el primer país de caribeño de habla inglesa en lograr la clasificación. Trinidad y Tobago perdió por 1-0 y el país quedó desolado. Curiosamente, después concedieron a los más de 30.000 espectadores el Premio Fair Play de la FIFA por el buen comportamiento mostrado durante esta decepción, un consuelo insuficiente.

Nuevo años después, en Francia, los chicos del reggae de Jamaica se convirtieron en el primer país caribeño de habla inglesa en participar en un Mundial. A pesar de que el sueño del Mundial se hizo realidad para Trinidad y Tobago tras clasificarse para Alemania 2006, la memoria de aquel partido en 1989 contra Estados Unidos sigue siendo un asunto delicado.

En aquel contexto, es entendible el motivo por el que el 10 de octubre de 2017 se interpreta como un resurgimiento. Como Trinidad y Tobago en 1989, Estados Unidos solo necesitaba empatar para asegurarse una plaza. Veintiocho años después, les ha tocado a ellos sentir el sabor amargo de la derrota. Es la primera vez desde 1986 que Estados Unidos no participa en el Mundial.

Que venga el schadenfreude

El sitio TTWhistleBlower no pudo evitar regodearse, pese a las pobres actuaciones de los Guerreros Soca (tal y como se conoce a la selección nacional) a lo largo de los partidos clasificatorios. También destacó la justicia poética del gol que aseguró el triunfo de Trinidad y Tobago:

For Trinidad and Tobago, it was a happy ending to an otherwise disappointing tournament where they ended last on the six-team table. The Warriors won just two matches out of 10. […]

It was 2-0 in the 36th minute when Alvin Jones smashed a swerving shot from the right flank past Howard. Alvin’s father Kelvin Jones was a member of the national team which failed to qualify in 1989.

Para Trinidad y Tobago, fue un final feliz para un torneo decepcionante en el que acabaron sextos en el grupo. Los Guerreros solo ganaron dos partidos de diez. […]

Fue en el 2-0 del minuto 36 cuando Alvin Jones remató un tiro desviado al lado derecho de Howard. Kelvin Jones, padre de Alvin, jugó en la selección que no se clasificó en 1989.

El trinitense Jack Warner, expresidente de la FIFA caído en desgracia, también se mostró feliz de hurgar en la herida.

Mientras algunos usuarios de redes sociales criticaron esta alegría, Caroline Taylor intentó explicar la felicidad en torno a la victoria de Trinidad y Tobago:

[The] argument is that we didn't qualify so what's the big deal. […] Of course that's the larger context, and we're in far worse a state than the US team. I don't think amusement at us eliminating the US (and the reactions to it) and recognising the depressing state of our local football (and much else on the home front) are mutually exclusive. I came home to the news and laughed very, very hard because of the improbability of it, and the strange, unlikely poetic justice of 1989 v 2017. And I have no problem with people finding catharsis in it, however shortlived, and however dreary the rest of the circumstances. ‘Celebration’ mischaracterises it, I think. But there's no need to police other people's feelings, which is what many are going around social media doing, and often with a degree of condescension that actually reveals more about them than those they're trying to deflate.

[El] argumento es que no nos clasificamos, así que cuál es el problema. […] Claro que ese es el contexto mayor, y tenemos una selección peor que la de Estados Unidos. No creo que el hecho que nos divierta eliminar a Estados Unidos (y las reacciones posteriores) y reconocer el estado deprimente de nuestra selección (mucho más en el ámbito interno) sean incompatibles. Al llegar a casa escuché la noticia y me reí muchísimo por lo imposible que resultaba ser y por la justicia extraña e improbablemente poética de 1989 vs 2017. No tengo ningún problema con que la gente logre una catarsis, pese a lo efímeras y deprimentes que son las circunstancias. Creo que la «celebración» lo caracteriza erróneamente. Pero no hay necesidad de controlar los sentimientos de otros, que es lo que muchos están haciendo en las redes sociales, en ocasiones con un grado de condescendencia que transmite mucho más sobre ellos que sobre quienes se intenta desanimar.

En Facebook, el usuario Kim Johson tampoco pudo evitar reflexionar, y ofreció su punto de vista:

How come everybody talking about ‘revenge’ when 28 years ago TT gave away the match? The team stayed down South, and took an hours-long drive to the stadium in a small, hot maxi, stopping to pray and wave at crowds. The US team stayed at the Hilton. Our team arrived exhausted. The yanks didn't beat us, we beat ourselves. The revenge would be against the local people who set us up to lose.

¿Cómo pueden todos hablar de «venganza» cuando hace 28 años Trinidad y Tobago regaló el partido? El equipo se habia concentrado en el sur y le llevó horas llegar al estadio en un pequeño autobús, pararon para rezar y saludar a la gente. La selección estadounidense se concentró en el Hilton. Nuestro equipo llegó agotado. Los yanquis no nos vencieron, nos vencimos nosotros mismos. La venganza sería contra la gente del lugar que nos llevó a la derrota.

Una oleada de críticas

Para complicar el asunto, se hizo mucho ruido sobre las inadecuadas instalaciones donde se iba a jugar el partido. El día anterior al partido, el equipo estadounidense se dirigió al estado para entrenar y encontró el terreno de juego inundado:

Trinidad y Tobago da la bienvenida a Estados Unidos con un campo inundado y pretende ahogarles en el partido del Mundial.

No obstante, la Asociación de Fútbol de Trinidad y Tobago confirmó que «se estaba distorsionando la realidad» y aseguró que el terreno de juego estaría listo para el partido.

Wired868 volvió a opinar:

Although the contest meant everything to the visitors, it had been a low-key affair for local football fans. Or at least it was—until the United States Soccer Federation (USSF) and American journalists posted images of the waterlogged Ato Boldon Stadium surface on Monday morning.

It was a light-hearted ribbing really but it touched a raw nerves with the Trinidad and Tobago Football Association (TTFA) and Sport Company of Trinidad and Tobago (SPORTT)—both already repeatedly criticised for incompetent management—as well as with some supporters who were taken aback at the supposed impudence of their guests.

Suddenly, a football match that was little more than a chore and barely advertised locally had taken on increased significance.

‘If you want to see what is really embarrassing,’ one commenter remarked, ‘why not look at your own president!’

Aunque el partido lo era todo para los visitantes, para los locales suponía un asunto menor. O así era hasta que la Federación Estadounidense de Fútbol (USSF) y los periodistas estadounidenses publicaron el lunes por la mañana imágenes del Estado Ato Bolton anegado.

Fue divertido, pero en realidad molestó a la Asociación de Fútbol de Trinidad y Tobago (TTFA) y a la Compañía de Deportes de Trinidad y Tobago (SPORTT) –ambos ya continuamente criticados por una mala gestión–, así como a algunos aficionados, a quienes sorprendió la supuesta imprudencia de los locales.

De repente, un partido de fútbol que iba a ser poco más que un trabajo y con poca publicidad en el país cobró mucha más relevancia.

«Si quieren ver algo realmente vergonzoso», destacó un comentarista, «¡miren a nuestro presidente!».

Sin duda, algunos comentarios en redes sociales sobre el resultado final mencionaban a Donald Trump, e incluían memes que sugerían que se vengaría negando visados a los ciudadanos de Trinidad y Tobago:

Es un problema que Estados Unidos no vaya al Mundial, pero para el resto está bien. Culpen a Trump, los ha arruinado.
????

La situación del juego

Aparte de la destacada narración jugada tras jugada, la publicación de Wired casi resume el tono del acontecimiento:

The Soca Warriors’ own chance of advancing ended a month ago but the loud cheers and dancing in the stands suggested that the home crowd enthusiastically embraced what the Germans refer to as ‘schadenfraude’—or what Trinis might call ‘bad mind.’

‘America, we know we not going to Russia,’ a nuts vendor shouted to nobody in particular, during the first half, ‘but allyuh not going neither!’

The score was goalless at the time but how prophetic his words turned out to be. A combination of results were necessary to eliminate coach Bruce Arena’s outfit: not only did Warriors coach have to break a nine-match winless streak but Panama needed to defeat Costa Rica and Honduras needed a win against the group leaders, Mexico.

And on a remarkable night of CONCACAF football, all three happened.

La oportunidad que tenían los Guerreros Soca de adelantarse acabó hace un mes, pero los gritos y bailes en las gradas sugerían que los locales recurrían con entusiasmo a lo que en alemán se conoce como «schadenfraude» (o lo que los trinitenses llaman «mente mala»).

«Estados Unidos, sabemos que no vamos a Rusia», gritaba un vendedor de frutos secos durante la primera parte a nadie en particular, «¡pero ustedes tampoco!».

En ese momento, el resultado era 0-0 pero sus palabras fueron proféticas. Hacía falta una combinación de resultados para eliminar al equipo de Bruce Arena: los Guerreros no solo debían acabar con una racha negativa de nueve derrotas consecutivas, sino que Panamá debía vencer a Costa Rica, y Honduras hacer lo propio contra México, líder del grupo.

En una memorable noche para el fútbol de la CONCACAF, las tres condiciones se dieron.

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