Una cuenta de medios sociales «verificada» puede ayudar a proteger a activistas iraníes ─ si tienen la suerte de conseguirla

El músico iraní Shahin Najafi en un evento de «Unidos por Irán» en Ámsterdam. Twitter e Instagram le han denegado la verificación a Najafi, a pesar de las constantes amenazas contra su cuenta. Foto de Marjolein Katsma vía Flickr (CC BY-SA 2.0).

Cuando los hákers atacaron la cuenta de Instagram del popular músico iraní Shahin Najafi, sustituyeron la imagen de perfil de Shahin por la bandera de la República Islámica de Irán. Sustituyeron la biografía de su cuenta por lo que parecía ser la información de contacto del atacante. Estas y otras formas de alteración son típicas de los ciberataques e intrusiones promovidos por el Estado.

Las canciones de Najafi abordan cuestiones social y políticamente delicadas como la teocracia, la censura, el sexismo y la homofobia. Tras el lanzamiento de su polémica canción sobre un santo chiita en 2012, dos destacados clérigos iraníes promulgaron fetuas declarando a Najafi culpable de apostasía. Recibió varias amenazas de muerte en el ámbito de los medios sociales, y un sitio web iraní de extrema derecha ofreció una recompensa de 100.000 dólares a quien matara a Najafi.

Desde entonces, ha sido blanco constante de la incitación al odio y los ciberataques. Varias cuentas falsas han suplantado a Najafi y difundido mensajes negativos sobre él, y los medios de comunicación estatales han realizado repetidamente campañas de difamación en su contra.

A pesar de su condición de famoso y una clara necesidad de protección por parte de los operadores de plataformas, Najafi sigue siendo vulnerable en Instagram y Twitter. Ha decidido mantener su presencia en ambas plataformas, a pesar de las consecuencias.

Najafi no es el único. Desde hace varios años, la sociedad civil iraní y disidentes políticos han sido los principales blancos de campañas de intrusión y ciberataques patrocinados por el Estado.Más recientemente, estos grupos se han convertido en blancos habituales de grupos coordinados en línea que a veces parecen tener vínculos con agencias estatales. Muchos sufren la eliminación de contenidos y suspensión de cuentas como resultado de denuncias y reportes coordinados contra sus mensajes y cuentas en las redes sociales. A menudo son suplantados por cuentas falsas que difunden información errónea sobre la vida privada y pública de sus blancos.

Con su privacidad e integridad en entredicho, algunos terminan desactivando sus cuentas. Otros restringen la sección de comentarios de sus perfiles. Y otros buscan la protección y el apoyo directamente de las empresas de medios sociales.

¿Qué significa tener una cuenta «verificada» en las redes sociales?

Una solución parcial que ha ayudado a muchos artistas, activistas y periodistas que trabajan cara al público y se enfrentan a estas amenazas en línea es la verificación de cuenta, una señal oficial de la empresa de medios sociales que indica que el perfil de una persona es legítimo y que su identidad ha sido verificada. Cuando una empresa «verifica» a un usuario, el perfil de esa persona muestra una insignia de verificación azul, lo que indica su autenticidad.

En la práctica, los perfiles verificados disfrutan de una mayor protección contra las denuncias falsas y las denuncias de contenidos impulsadas por motivos políticos. Parecen tener una mayor influencia para mitigar los ataques de hákers, eliminar cuentas falsas o poner freno a la información errónea que podría perjudicarlos. Aunque no es una panacea, la pequeña insignia azul ha demostrado ser una medida útil para la protección de la libertad de expresión de sus destinatarios.

Pero no todos los que necesitan esta protección la consiguen.

A lo largo de 2016, entrevisté a 20 destacados activistas iraníes de derechos humanos, artistas y periodistas que describieron los desafíos a los que se enfrentaban para mitigar el acoso y hakeo en los medios sociales. La mayoría de los entrevistados había tenido problemas para captar la atención de las empresas de medios sociales cuando más lo necesitaban, y varios ─incluido Najafi─ no lograron convencer a las empresas para que verificasen sus cuentas.

¿Qué cuentas se verifican? ¿Cuál es el proceso?

Si bien Twitter ofrece los pasos a seguir para solicitar la insignia de verificación para una cuenta individual, InstagramFacebook simplemente explican que las cuentas verificadas solo están disponibles para «algunos personajes públicos, famosos y marcas».

En la práctica, de quienes entrevisté, solo los periodistas afiliados a empresas ampliamente reconocidas, como las grandes empresas de medios internacionales, consiguieron obtener fácilmente la codiciada insignia azul.

Ninguno de los activistas iraníes de los derechos de la mujer y figuras públicas de LGBT que entrevisté consiguió el estado verificado, incluso después de enviar a las empresas la documentación requerida. Es más, para los activistas, artistas y periodistas que trabajan a título individual a menudo es difícil, si no imposible, lograr el estado verificado, a menos que tengan un contacto personal en la empresa de medios sociales.

Además de un proceso poco claro, existen otras complicaciones.

En primer lugar, estas guías no están disponibles en persa. Y esta brecha lingüística no se limita a las reglas de verificación: no hay información disponible en persa para guiar a los usuarios sobre cómo informar y documentar el acoso en Twitter, Facebook o Instagram.

Esto es preocupante para los defensores de los derechos humanos y disidentes iraníes, blancos habituales de acoso y amenazas mediante mensajes directos en Facebook e Instagram, que se encuentran entre las plataformas de medios sociales más populares en Irán, y Twitter, que los iraníes utilizan cada vez más.

El error en la parte superior del texto dice: “Lo sentimos, este texto no está disponible en su idioma”.

En Twitter, la lista desplegable incluye 32 idiomas. Pero al igual que con el persa, algunos generan el mismo mensaje, e indica que el contenido no está disponible en el idioma seleccionado. Estos incluyen el chino, bengalí y vietnamita. Como el persa, se encuentran entre los 25 idiomas más hablados en el mundo, según estadísticas de Naciones Unidas.

Los «principales» idiomas, incluidos el inglés, francés, español, árabe, ruso, japonés, coreano, hindi y holandés están disponibles.

El texto del recuadro amarillo indica que la guía no está disponible en el idioma seleccionado (es decir, persa) pero que los usuarios pueden elegir entre idiomas “compatibles”.

En segundo lugar, varios entrevistados informaron que cuando presentaron las solicitudes de verificación a Twitter fueron rechazados porque no eran “suficientemente famosos», a pesar de disfrutar de gran renombre en su país o campo.

La habitualmente escasa comprensión por parte de las plataformas de medios sociales de la importancia de este trabajo y su contexto local parece impedir que estas comunidades obtengan estas protecciones vitales. También crea un clima de desconfianza entre los activistas y las empresas de medios sociales.

Las empresas necesitan entender el contexto

En los últimos años, las plataformas de medios sociales tomaron medidas dignas de mención y demostraron una mayor responsabilidad contra el discurso dañino en línea. Sin embargo, todavía quedan vacíos por abordar, especialmente en relación con comunidades vulnerables cuyo trabajo es sumamente influyente y no está centrado en Occidente ni se lleva a cabo en idiomas «principales». Además, la mayoría de su audiencia – – atacantes– viven lejos de donde tienen su sede las principales empresas de medios de sociales.

Estas personas también se ven a menudo privaaos de la protección de las fuerzas de seguridad en sus respectivos países. En algunos casos, existe incluso evidencia de que el Gobierno perpetra o apoya a los autores de este acoso. Esto supone que los activistas dependen aún más del otro agente de poder en juego, es decir, las plataformas de medios sociales.

Una mayor transparencia sobre la dinámica y tramitación de las solicitudes de verificación y denuncias de abusos puede ayudar a mantener la confianza de los usuarios finales a nivel mundial. Para implicarse de forma efectiva al abordar las preocupaciones de las partes afectadas, las empresas también deben tener en cuenta el idioma, el conocimiento de la cultura y otras barreras. Poner la información relevante a disposición de las comunidades locales refleja preocupación y respeto por los derechos de los usuarios ordinarios, no solo de los famosos occidentales.

Hacer más accesible la verificación para los grupos de riesgo es solo una solución parcial a las repercusiones negativas que sufren estos individuos como consecuencia del acoso. Pero puede proporcionar una capa de seguridad muy necesaria a las voces vulnerables que intentar proteger los derechos de sus conciudadanos.

Este ensayo se publicó por primera vez en la serie «Perspectives on Harmful Speech Online», del Centro Berkman Klein para Internet y Sociedad de la Universidad de Harvard.

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