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Algunos cachemires creen que autoridades indias están detrás de corte de trenzas a mujeres

Categorías: Asia del Sur, India, Derecho, Derechos humanos, Medios ciudadanos, Mujer y género, Política, Protesta
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Manifestantes cachemires corean lemas durante una protesta contra la muerte de un civil en las afueras de Srinagar, capital de verano de Jammu y Cachemira. Imagen de Instagram de Ieshan Wani. Usada con autorización.

Desde agosto de 2017, al menos 200 mujeres en la región de Cachemira, bajo administración india, han denunciado ataques de enmascarados que les cortaron sus trenzas. Según los relatos de muchas víctimas, los autores las emboscaron dentro o cerca de sus casas, y se informa que algunos rociaron [2] químicos para dejarlas inconscientes antes de cortarles el pelo.

El cabello largo de una mujer se asocia con su honor, y cortarlo a la fuerza no solamente es un ataque en su contra sino también un ataque a su honor. A pesar de la cantidad, los incidentes siguen sin resolverse [3], y las protestas se están volviendo más agresivas [4] cada día. La situación ha puesto sobre el tapete la peligrosa desconfianza que existes entre los lugareños y las autoridades en esta región ya volátil.

En las tres últimas décadas, el pueblo del valle de Cachemira ha exigido el derecho a realizar un referéndum [5] sobre su independencia. En ese tiempo, más de 68,000 personas han muerto en esporádicos levantamientos y posterior represión. El Ejérctio indio ha sido acusado [6] de numerosas violaciones a los derechos humanos, incluida la desaparición forzada de más de 8,000 personas [7].

Muchos cachemires, que viven con fuerte presencia militar [8] en su región, son escépticos de que las fuerzas de seguridad realmente no sepan quién está detrás de los ataques. Algunos hasta acusan al Estado de orquestar estos cortes de trenzas como una manera de asustar a la población para que se someta.

Seema Mustafa explicó [9] en el medio independiente The Citizen:

It is difficult to believe that these persons can strike at will, enter homes, and get away in Kashmir where even the movements of birds and leaves are tracked. Intelligence agencies that can flush out militants from thin air, have “no idea” about these persons who have the locals chasing shadows, and each other, at any time they so wish.

Es difícil de creer que estas personas puedan golpear a voluntad, entrar a las casas y salir en Cachmira donde se registra hasta el movimiento de los pájaros y las hojas. Las agencias de inteligencia que pueden hacer salir a militantes del aire, «no tienen idea» sobre estas personas que tienen a los lugareños persiguiendo sombras y entre ellos, a cualquier hora que quieran.

Son muchos los «rumores y las teorías de la conspiración», dice Raees –ul-Hamid Paul [10] en Kashmir Reader:

Some people believe that it is the revival of old tactics of New Delhi, creating fear and psychosis in the public to divert them from the sentiment of freedom. But a counter question can be asked, what was the need to use this tactic at this juncture when there was a relative calm on the streets of the valley and people were doing their normal business?

While certain others believe that the motive behind such incidents is to create a soft corner for the police and the mainstream politicians to whom the scared people report and narrate these horror tales. The other theory being propounded is to squeeze the space for the militants in the valley who take refuge in the houses […] because every alien person would be looked upon with doubtful eyes by the local population […] The [Director General of] Police, on the other hand, blamed separatists for exploiting this situation to stoke unrest in the valley.

Algunos creen que es el resurgimiento de antiguas tácticas de Nueva Delhi, que crean psicosis de miedo en el público para distraerlos del sentimiento de libertad. Pero se puede hacer una contrapregunta: ¿cuál fue la necesidad de usar esta táctica en esta conyuntura cuando había relativa calma en las calles del valle y la gente hacía lo de siempre?

Aunque otros creen que el motivo detrás de estos incidentes es crear empatía con la policía y políticos convencionales a quienes las personas asustadas puedan denunciar y contar estos cuentos de horror. La otra teoría que se propone es apretar el espacio para los militantes en el valle que se refugian en casas […] porque la población local verá con ojos de duda a todos los extraños […] De otro lado, [el director general de la] policía culpó a los separatistas por aprovechar esta situación para avivar el descontento en el valle.

La desconfianza en las autoridades y el temor en torno a los ataques en Cachemira han llevado a veces a incidentes mortales de violencia de turbas. Un hombre de 70 años que fue confundido con un «cortador de trenzas» fue linchado [11] por sus propios vecinos en Anantnag. [12] Trabajadores migrantes, forastreros y hasta turistas extranjeros han sido atacados por muchedumbres [13] que sospechaban de sus motivos para estar ahí.

‘Intentos de crear histeria masiva’

Algunos han vinculado la serie de ataques de corte de pelo en Cachemira a casos de mujeres cuyas trenzas [14] han sido cortadas misteriosamente en varios otros estados indios [15] en 2017.

En muchos de estos casos, las personas dicen que es el trabajo de fuerzas sobrenaturales, los psiquiatras culparon [16] a la histeria de masas: «Por la evidencia disponible, a las mujeres les están cortando el pelo, conscientemente o en un estado de sentidos alterados, probablemente para buscar atención”, dijo en agosto el jefe del Departamento de Psiquiatría del Instituto All India de Ciencias Médicas de Nueva Delhi al Hindustan Times.

Sin embargo, hubo retrocesos para encuadrar asi el corte de trenzas en Cachemira. Como escribió Mustafa para The Citizen [9]:

And of course there is a third explanation that was hinted at initially, but now is not really heard of as the ghosts have overextended themselves. That the Kashmiri women are hysterical and braid chopping is a figment of their fertile imaginations. But this seems to have been scorched by the widespread of such incidents […] Besides, if this was the case one would expect the authorities to prove it so, and thereby bring the braid chopping inspired terror to an end.

Y por supuesto hay una tercera explicación a la que se apuntó inicialmente, de la que ya no se escucha porque los fantasmas se han expandido. Que las cachemiras están histéricas y que el corte de trenzas es producto de su fértil imaginación. Pero esto parece haber sido descartado por la extensión de esos incidentes […] Además, de ser el caso, esperaríamos que las autoridades lo probaran, y que pongan fin al terror inspirado por este corte de trenzas.

La mininistra principal del estado de Jammu y Cachemira advirtió que lo que estaba ocurriendo en Cachemira era para «crear histeria masiva»:

Los incidentes de corte de trenzas son intentos para crear histeria masiva y minar la dignidad de las mujeres en el Estado.

Por el momento, los cachemires están sin respuesta. Algunos han creado [19] patrullas nocturnas como respuesta. La policía ha registrado docenas de denuncias contra supuestos cortadores de trenzas y quienes expanden rumores en Cachemira. Según la policía [20], todos los sospechosos detenidos hasta ahora resultaron ser inocentes y no tenían tenian relación con los cortes de trenzas. No hay avances [3] y deben capturar a los verdaderos responsables y amenazaron con acciones legales [21] contra quienes extiendan rumores sobre cortes de trenzas. También se anunciaron [22] pagos de recompensas para animar a las personas a denunciar a los culpables.

‘Las cachemiras nos sentimos inseguras en casa ahora’

La situación ha impactado seriamente en la sensación de seguridad de las cachemiras, escribió una usuaria en Twitter:

Esto no es solamente corte de trenzas, esto es acoso masivo. Es un ataque contra la dignidad y el recato de una mujer. Despierten antes de que sea muy tarde.
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Las cachemiras nos sentimos inseguras en casa ahora.

También amenaza con reducir el espacio para que las mujeres vayan sin hijab y viajen a donde quieran, escribió Arshie Qureshi [24] en Feminismo en India. Describe las «respuestas patriarcales» que ha tenido desde que empezaron los cortes de pelo:

In the past one week, on numerous occasions, I was asked, rather dictated, by random men and women on streets to cover my head and when I refused, the usual response was that it was women like me who had brought about this infliction of braid chopping on the entire society. Saying this not only depicted their dislike for me not covering my head, but also a certain degree of support for braid chopping of women who refused to cover their heads.

[…] My parents have started becoming uneasy with my movement outside the house in early and late hours when the streets are mostly deserted. I observe most school going females waiting at bus stands accompanied by their parents, especially males. […] So not are their braids just being chopped, the already limited participation of women in public life is gradually shrinking.

La semana anterior, en varias ocasiones me han pedido, hasta ordenado, hombres y mujeres al azar en calle que cubra mi cabeza, y cuando me niego, la respuesta usual es que mujeres como yo hemos traído esta imposición de corte de trenzas a toda la sociedad. Con esto, no solamente describen su disgusto por no cubrir mi cabeza, sino también un cierto grado de apoyo al corte de trenzas a mujeres que se negaron a cubrirse la cabeza.

[…] Mis padres han empezado a sentirse incómodos con mi movimiento fuera de casa muy temprano y muy tarde, cuando las calles están casi desiertas. Observo a las colegialas que esperan el bus acompañadas de sus padres, sobre todo acompañantes hombres. […] Para que no les corten las trenzas, la ya limitada participación de la mujer en la vida pública se reduce gradualmente.

Las protestas han avanzado [25] por la región de Cachemira:

Universitarias cachemiras realizan protesta contra los cortes de trenzas en Cachemira.

El Gobierno local de Cachemira ha formado un comité [28] para enfrentar los ataques y ofrecer asistencia médica y consejería a las víctimas. Pero las tensiones siguen altas [29]. Sin respuestas creíbles, el lugar de las mujerers en los espacios públicos, y la paz en la región, parece más y más en riesgo.