Uno de los temas de debate que suscitó el tiroteo de Las Vegas es la cuestión de identificar al atacante de la tragedia como «lobo solitario» en vez de «terrorista». Un argumento extendido sostiene que llamar lobos solitarios a los asesinos en lugar de terroristas implica dar cierto trato especial a los blancos, sobre todo a diferencia del trato que reciben los atacantes de color, y más si son también musulmanes.
El término lobo solitario evoca asociaciones románticas con el individualismo y la mitología del Oeste americano. Por el contrario, tal como se analiza en el blog de la comunidad de Global Voices, a los atacantes de color y a los musulmanes, se les considera de forma predeterminada, o bien se les encasilla como terroristas en Estados Unidos.
Este marco resulta retóricamente convincente, aunque equivocado, por la sencilla razón de que los medios estadounidenses, las fuerzas de seguridad y otros emplean el término «lobo solitario» que engloba a terroristas, musulmanes y personas de color. Si bien es cierto que existen privilegios y sesgo en las noticias estadounidenses sobre los tiroteos o los atentados terroristas, estos se manifiestan de otra forma.
Ciertamente, las referencias a los musulmanes o al islam figuran entre los temas más frecuentes en los medios estadounidenses cuando la noticia trata sobre un lobo solitario asesino o un terrorista.
A los musulmanes también los han llamado «lobos solitarios»
Un estudio exhaustivo sobre la cobertura mediática en los últimos tiempos de los principales canales de noticias de Estados Unidos muestran que ha habido numerosas noticias sobre lobos solitarios relacionadas con el islam o los musulmanes.
Asi lo demuestran datos procedentes de la plataforma Media Cloud, que estudia los ecosistemas mediáticos: la búsqueda de «lobo solitario» arroja 3657 resultados de ese término en los medios en línea estadounidenses, desde el 1 de enero de 2016 hasta la actualidad (Media Cloud colabora con nosotros en nuestro proyecto de NewsFrames). El término con el que más se relaciona es «terrorista». Por su parte, otros términos como «islámico», «Estado Islámico», «musulmán» o «yihadista» también aparecen en los puestos más altos de esta muestra aleatoria.
La repetición de la palabra «terrorista» puede deberse a que existe una categoría sociológica para «terrorista lobo solitario», como demuestra este estudio de 2014 del Centro Internacional para el Contraterrorism o esta investigación de Estudios en Seguridad de la Universidad de Georgetown de 2015. Según las investigaciones, Estados Unidos tuvo más atentados terroristas de lobos solitarios que cualquier otro país: 113, desde 1968 a 2010. Lo más curioso es que los ataques terroristas perpetrados por lobos solitarios eran abiertamente alentados por grupos de supremacistas blancos de Estados Unidos desde la década de lo 1990. A pesar de ello, estas investigaciones concluyen que, actualmente, «los lobos solitarios parecen venir de todos los ámbitos extremistas religiosos e ideológicos», y que las principales semejanzas entre los atentados de los lobos solitarios se encuentran en los rasgos de personalidad, la psicología o la forma de socialización, en lugar de la ideología.[1]
Aun así, los datos de Media Cloud revelan que el término se asocia con el islam en los medios de comunicación estadounidenses actuales. Tal vez esto forma parte de una estrategia, cada vez más usada por quienes se identifican como lobos solitarios, pero también es probable que se trate de la constante obsesión de Estados Unidos con la radicalización islámica, tanto en la clase política como en el discurso público. Esto es cierto, a pesar del hecho de que más atentados han sido cometidos por radicales de extrema derecha que por integristas musulmanes en las últimas décadas.
Si ahondamos en las 465 noticias en las que aparecen la palabra «lobo solitario», «islam» o «musulmán» en la misma frase, encontramos que la palabra «musulmán» está estrechamente ligada con «lobo solitario» en los medios de comunicación estadounidenses. Esto se debe, en parte, a informaciones (aquí o aquí) que afirman que el Estado Islámico, junto con clérigos musulmanes radicales, como Anwar al-Awlaki, promovieron operaciones de lobos solitarios.
Durante 2016, aparecieron descripciones de musulmanes en Estados Unidos como lobos solitarios, en los casos de Omar Mateen en Orlando y Syed Rizwan Farook en San Bernandino. Aunque, en el caso de Syed Rizwan Farook, lo culparon junto a su esposa como «yihadista», por lo que no se puede considerar que actuara solo, en sentido estricto.
El moderador de los debates presidenciales del Partido Demócrata en 2016, Lester Holt, sacó el tema de una forma dramática en las preguntas dirigidas a Bernie Sanders y Hilary Clinton, cuando habló del Estado Islámico y los ataques terroristas de los lobos solitarios en Estados Unidos: «Debemos reconocer que nuestra primera línea de defensa contra los ataques de los lobos solitarios se encuentra en los estadounidenses musulmanes», afirmó Clinton.
El principal problema es cuándo y cómo usar el término «terrorista»
El principal problema es cómo relacionamos los tiroteos en masa con el terrorismo. Ya hemos visto con qué frecuencia se relaciona la palabra «terrorista» con los musulmanes o el islam en las noticias, tal como respaldan los datos que hemos hallado.
Incluso dejando de lado al «Estado Islámico», esta muestra de 89 442 noticias en línea de Estados Unidos del mismo periodo indica que los términos «islámico» y «musulmán» son los más frecuentes entre noticias que también usan la palabra «terrorista». Aunque es posible que algunos artículos reflejen el perfil de las víctimas musulmanas de atentados terroristas, los términos «yihadista» e «islamista» confirman que esa palabra se asocia frecuentemente con los atacantes.
Cuando se trata de Estados Unidos, la aplicación legal del término «terrorismo» debe cumplir ciertos requisitos, que incluyen pruebas de motivaciones políticas. Este reciente artículo nos recuerda que la definición legal del terrorismo interno requiere un intento de infundir miedo en la población y tener fines ideológicos.
Aun así, al comentar sobre el tiroteo de Las Vegas también expresa que en la ley estatal de Nevada, cualquier acto considerablemente destructivo también puede ser considerado terrorismo. Esta definición abre un debate sobre por qué el atacante de Nevada no ha sido catalogado como terrorista.
Los medios estadounidenses se han centrado habitualmente en sujetos violentos externos, sean lobos solitarios o no, incitados por organizaciones como el Estado Islámico. No obstante, los datos que reflejan el alcance de los atentados terroristas pinta un escenario global diferente. Según la Base de Datos de Terrorismo Mundial, base de datos de código abierto que incluye información sobre actos terroristas en todo en mundo, el año pasado se produjeron los siguientes actos terroristas en todo el mundo:
Si cruzamos estos datos con la muestra de Media Cloud que presenta la cobertura mediática en las principales cadenas de noticias de Estados Unidos, durante el mismo periodo, encontramos una ponderación distinta de la cobertura mediática en Medio Oriente y el norte de África.La base de datos de terrorismo mundial refleja un mayor número de ataques terroristas en el sur y sureste asiático junto con África Subsahariana, mientras que los medios estadounidenses se centran más en sucesos de Europa y Norteamérica.
Necesitamos marcos de estudio más complejos
Esto no quiere decir que la cobertura local o nacional deba reflejar índices en términos absolutos. Los canales de noticias siempre se centran más en noticias más próximas, familiares o relevantes en términos históricos para su audiencia.
Aun así, los datos hallados en la Base de Datos de Terrorismo Mundial muestran cómo la cobertura era diferente. Por ejemplo, Filipinas, con 633 atentados en 2016, se encontraba entre los cinco primeros puestos de los países que habían sufrido atentados terroristas. La relación entre Filipinas y Estados Unidos se ha distinguido tradicionalmente por disputas históricas; sin embargo, pocas noticias de ciudadanos filipinos que han sufrido el terrorismo tienen el sesgo en la interpretación que los medios estadounidenses han hecho acerca de su influencia y de las consecuencias a escala mundial.
La cobertura de atentados terroristas y tiroteos en masa cuenta con el mismo sesgo. Los datos revelan que, en los medios estadounidenses convencionales, hay una tendencia predominante a la hora de asociar a los fundamentalistas islámicos con los actos terroristas en las noticias. Y esto también ocurre con el uso del término «lobo solitario», a pesar de que en Estados Unidos hay más actos terroristas cometidos por radicales de extrema derecha que por integristas islámicos.
El índice de ataques de extremistas puede que no sea siempre constante. La frecuencia y la naturaleza de los ataques en los últimos años ha cambiado, lo que cuestiona nuestra percepción de la violencia extremista. No obstante, los datos disponibles nos ayudan a entender que nuestra concepción de los lobos solitarios y los terroristas son demasiado simplistas. Deberíamos tomarnos en serio que los fundamentos que relacionan a los «lobos solitarios» son aspectos de la personalidad, la psicología y la socialización, en lugar de la ideología. Tenemos que buscar otras fórmulas para identificar a los responsables de actos terroristas y encontrar un lenguaje que haga justicia a todos los que se vean afectados por ellos.
Historias relacionadas
- The White Privilege of the “Lone Wolf” Shooter (2 de octubre de 2017).
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- ‘Lone wolf’ or ‘terrorist'? How bias can shape news coverage (2 de octubre de 2017).
- “Lone wolf” vs “terrorist”: the vocabulary of mass shootings (2 de octubre de 2017).
- Why We Should Resist Calling the Las Vegas Shooting “Terrorism” (3 de octubre de 2017).
- What's a ‘lone wolf'? It's the special name we give white terrorists (4 de octubre de 2017).
- The math of mass shootings (diciembre de 2015, actualizado el 5 de octubre de 2017).
- The myth of the ‘lone wolf’ terrorist (30 de marzo de, 2017).
Los datos relacionados con este artículo están disponibles en Github.
[1] «Estados Unidos tiene más lobos solitarios…»: Ramon Spaaij, “The Enigma of Lone Wolf Terrorism An Assessment,” Studies in Conflict and Terrorism 33, no. 9 (2010), citados en las publicaciones de Edwin Baker y Beatrice de Graaf, «Lone Wolves: How to Prevent This Phenomenon«, Centro Internacional para Contraterrorismo – The Hague (2014) y «Report: Lone Wolf Terrorism,» Georgetown Security Studies Program National Security Critical Issue Task Force (2015); «alentado por grupos de supremacistas blancos de Estados Unidos» y «todo tipo de extremista ideológico y religioso»: (Baker y de Graaf, 2014).
[2] National Consortium for the Study of Terrorism and Responses to Terrorism (START). (2016). Global Terrorism Database [Data file]. Fuente: https://www.start.umd.edu/gtd
Ivan Sigal colaboró en este artículo.