Se intensifica crisis humanitaria en centro de detención australiano en Papúa Nueva Guinea

Protesta por los refugiados de Manus

«Yo respaldo a los hombres en Manus. Tráiganlos acá». Protesta en Melbourne por los refugiados de Manus, 4 de noviembre de 2017. Foto por cortesía de Corey Oakley en Flickr (CC BY-NC-SA 2.0).

Una auténtica crisis humanitaria se está gestando en el Centro de Procesamiento Regional de la Isla Manus de Papúa Nueva Guinea, criticado centro de detención recientemente cerrado donde Australia ha enviado durante años a los solicitantes de asilo que llegaban a sus costas por barco.

El centro fue oficialmente clausurado a finales de octubre. En abril de 2016, el Tribunal Supremo de Papúa Nueva Guinea ordenó su cierre tras determinar que la detención de solicitantes de asilo era ilegal.

No obstante, 600 refugiados han rechazado ser reubicados en otras instalaciones, pues temen la violencia y desconfían de las autoridades. El mismo tribunal recusó una solicitud para restaurar servicios sanitarios, electricidad, comida y agua.

Crece el temor por su seguridad:

Jefe de policía de Papúa Nueva Guinea advierte de los peligros a los refugiados en Manus, pide calma a los lugareños.
De la noche a la mañana, la policía de Papúa Nueva Guinea emitió una amenazadora declaración en los medios donde advierte que la seguridad de los refugiados en Manus «no se debe tener por descontada dada la tensión que expresan ahora los habitantes de la isla de Manus»
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«Tras cuatro años de miedo, violencia y sufrimiento, estos hombres se merecen un futuro», dice Daniel Webb, director de Defensoría Legal en el Centro Legal de Derechos Humanos.

Se han producido numerosos incidentes violentos contra detenidos, entre ellos casos de disparos dentro del campo, supuestamente por parte de miembros del ejército de Papúa Nueva Guinea.

‘Los refugiados no tienen razones para confiar en el Gobierno australiano’

Como se explicó en artículos anteriores de Global Voices sobre este tema, la controvertida política australiana aplica severas medidas a los solicitantes de asilo que llegan en barco:

[…] acogiéndolos en centros de detención en territorios de ultramar, como Nauru o la isla Manus de Papúa Nueva Guinea, o enviando de vuelta a quienes están en camino hacia Australia. Los detenidos cuyas solicitudes de asilo fueran aceptadas, pueden permanecer en los centros hasta que se les reubicados satisfactoriamente en un país de la región. Pero que no haya países aceptables para reubicación significa que muchos refugiados languidecen en centros de detención por largos periodos.

El Gobierno australiano sostiene que, entre otros, su objetivo es el de «luchar contra el tráfico de personas y acabar con las muertes en el mar».

Hasta el momento, Estados Unidos ha aceptado unos 50 refugiados gracias a un acuerdo negociado con el presidente Barack Obama en septiembre de 2016 y ratificado a regañadientes por Donald Trump. Los pedidos de asilo se siguen procesando lentamente. No obstante, el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, no aceptó la renovada oferta de Nueva Zelanda de tomar 150 refugiados, que reiteró el 5 de noviembre la recién elegida primera ministra Jacinda Ardern.

Esa decisión ha agravado la desconfianza que los solicitantes de asilo sienten hacia el Gobierno australiano, según explicó en Facebook Behrouz Boochani, periodista iraní detenido en Manus que lideró la acción judicial para restaurar los servicios básicos de ese centro. Así detalló las razones de su rechazo a abandonarlo:

Despite the conditions people are still saying that we won't leave the prison camp until we are offered freedom in a safe place; we committed no crime and are too tired to be in prison any more. Just thinking about relocating from a prison to another prison makes the refugees so tired. […] The refugees have no reason to trust the Australian government and have been treated with lies and disrespect for more than four years.

A pesar de las condiciones, la gente sigue diciendo que no nos iremos del campo de prisioneros hasta que nos ofrezcan libertad y un lugar seguro; no hemos cometido ningún delito y estamos demasiado cansados para continuar en prisión. Solo pensar en el traslado de una prisión a otra hace que los refugiados se sientan agotados. (…) Los refugiados no tienen razones para creer en el Gobierno australiano, que los ha tratado con mentiras y falta de respeto durante más de cuatro años.

Boochani ha escrito una serie de artículos sobre esta crisis para The Guardian y fue codirector y autor del documental Chauka Please Tell Us the Time («Chauka, dinos qué hora es, por favor») sobre la vida en los centros de detención. Utilizó su teléfono móvil para grabar escenas de estos centros. El documental ha aparecido en numerosos festivales internacionales de cine, como el de Londres:

Boochani no es el único solicitante de asilo en haber documentado su estadía. Omar Jack, refugiado de Darfur (Sudán) lleva un año tuiteando con frecuencia desde el centro de detención:

El mundo lucha hoy contra el terrorismo, pero el Gobierno australiano lucha contra los refugiados. Ser refugiado no es un delito. Manus, cuatro, cinco años de tortura y malos tratos.

También aparece en un video publicado a inicios de noviembre que presenta a los detenidos de Manus:

‘¡Tenemos que evacuar Manus y traerlos ya!’

Mientras tanto, ha habido una fuerte actividad en los medios sociales. Las etiquetas #EvacuateManus (Evacúen Manus) y #BringThemHere (Tráiganlos aquí) en Twitter son solo dos de las muchas que se utilizaron. La tuitera Liz utilizó otras para pedir el apoyo global:

A los refugiados de la isla Manus se les niega el agua, energía, medicina y vacunación desde hace siete días.
Decisión de la corte de Papúa Nueva Guinea: no ordenarán que se restablezcan los servicios.
El ejército de Papúa Nueva Guinea, con armas, desplegado alrededor del campo para evitar entrega de artículos esenciales (agua) de un «buen samaritano», pero la comunidad ha decidido no dejar que esos hombres mueran de hambre. El enfrentamiento es inevitable.
El Gobierno australiano rechaza la oferta de Nueva Zelanda de reubicar a los refugiados, redobla esfuerzos, ahora arrestan a manifestantes.
El Gobierno australiano veta a los periodistas australianos para que no obtengan visas para informar directamente desde Manus
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Hago un llamado a los medios y periodistas de todo el mundo, la situación de Manus se deteriora rápidamente. Necesitamos que los medios mundiales DEN TESTIMONIO AHORA

Muchas personas han optado por la acción directa en Australia. En el primer fin de semana de noviembre, se convocaron varias marchas:

«Matar de hambre a las personas no resuelve nada».
«Tráiganlos aquí. Encierren a [Peter] Dutton [ministro australiano de Inmigración]»
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En este momento, Flinders St. está cerrada. ¡Tenemos que evacuar Manus y traerlos aquí sin tardanza!

Los manifestantes también llevaron sus reclamos al hipódromo de Flemington durante la icónica Copa de Melbourne. La Alianza de Informantes, Activistas y Ciudadanos se atribuyó la responsabilidad:

Nuestros escaladores se preparan para bajar después de haber estado arriba en la grúa durante más de 3 horas y media.

Otro activista aparcó un auto en la línea ferroviaria que va hacia la carrera:

Acusan a manifestante de la isla Manus por interrumpir la Copa de Melbourne
Una mujer de 27 años podría terminar en la cárcel por una protesta en la Copa de Melbourne que causó grandes retrasos a los trenes para los asistentes a la carrera
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Héroes – Procesan a manifestante de Manus por interrumpir en la Copa de Melbourne.

Al día siguiente, los manifestantes escalaron a la oficina de la ministra de Exteriores, Julie Bishop, en Perth:

‘SOS Manus': Retiraron a manifestantes que colgaron una carpa encima de la oficina de Julie Bishop en Perth.
Dos hombres estaban colgados cuatro pisos arriba de la de la oficina de la ministra de Asuntos Exteriores, Julie Bishop, en Perth, en el edificio Subiaco. Portaban dos carteles que decían «SOS Manus» y «El amor abre el camino a los solicitantes de asilo»
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Estamos tremendamente preocupados, si no se emprenden acciones la semana que viene, vamos a empezar a ver cómo mueren personas

No todo el mundo en Australia se opone a la detención en el extranjero. La oposición laborista ha tenido una política similar durante muchos años. Aunque la opinión pública está polarizada, una mayoría silenciosa parece apoyar la dura postura actual.

Los comentarios del «conservador, independiente, patriótico» Morning Mail representan parte del sentir contra los refugiados. Jarrah dejó este comentario en el artículo Troublemakers at Manus («Alborotadores en Manus»):

If they really want to go somewhere, send them back from where they came from, we certainly don’t want them here. They can cry and wail as much as they want, I have no sympathy for them, they have had plenty of warning that this day was coming.

Si realmente quieren ir a algún sitio, envíenlos de vuelta al lugar de donde han venido, nosotros no los queremos aquí. Pueden lloriquear y gemir todo lo que quieran, no me dan ninguna pena, les advirtieron hasta la saciedad de que este día iba a llegar.

‘Si buscas asilo en Australia, vas a sufrir’

El Wheeler Centre de Melbourne, centro para debates públicos, realiza un podcast regularmente desde marzo de 2016 con el demandante de asilo Abdul Aziz Muhamat, con ráfagas de 30 segundos por WhatsApp. Aziz, apodado The Messenger («el mensajero») es sudanés.

Tras el rechazo del Tribunal Supremo de Papúa Nueva Guinea a restablecer electricidad, agua y comida en el centro de detención, Aziz mantuvo que el Gobierno de Australia está «enviando un mensaje al mundo. Si buscas asilo en Australia, vas a sufrir».

Explicó por qué los detenidos tenían muy pocas esperanzas de que su caso se resolviera positivamente en los tribunales. «[En Papúa Nueva Guinea] todo está politizado, sobre todo nuestro caso». También afirmó que estaban preparados «para morir con dignidad».

El primer ministro australiano, Malcolm Turnbull, ha sugerido que en realidad los detenidos no tienen miedo, sino que están siendo manipulados por activistas y el partido Verde. Aziz tiene un punto de vista muy distinto sobre eso:

I truly believe that each and every of these men … made his own choice to stay.

Sinceramente creo que todos y cada uno de esos hombres… han tomado su propia decisión de quedarse.

El episodio completo puede oírse aquí:

Las últimas acciones están relacionadas con otro ícono australiano:

«Australia, líderes mundiales en crueldad».
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Manifestantes escalan la Sala de Ópera de Sidney para atraer la atención sobre los refugiados de la isla Manus.
✌?❤️

Desde Manus, Behrouz Boochani publicó esta petición en Facebook:

Immigration just put up a notice saying you have only two days to move. If you don't move we'll take you by force. We have been in a peaceful protest for more than 100 days. We have shown peaceful resistance to send a message that we are not going to leave this prison camp for another prison camp and we don't want to live in PNG . We did not come to PNG by our will. Australia exiled us by force to this country and has kept us in this prison camp for nearly five years even though we have committed no crime. It has then abandoned us and it's [sic] obligation under international law to offer safe asylum. What the PNG government has done is try to force people to accept living in PNG, and it still insists on moving us under pressure and force to another prison camp. Using force is completely unacceptable. We have been totally peaceful and even silent in our daily protest. We are not doing anything wrong, we are only resisting peacefully. We are asking again for freedom in a third country.

Inmigración acaba de publicar una nota que dice: solo tienen dos días para trasladarse. Si no lo haceb, los trasladaremos a la fuerza.

Llevamos más de 100 días protestando de forma pacífica. Hemos puesto una pacífica resistencia para enviar el mensaje de que no vamos a cambiar este campo de prisioneros por otro campo de prisioneros, y no queremos vivir en Papúa Nueva Guinea. No vinimos a Papúa Nueva Guinea por nuestra voluntad. Australia nos exilió a la fuerza a ese país y nos ha mantenido en campos de prisioneros durante casi cinco años aunque no hemos cometido ningún delito. Después nos abandonaron y, conforme al derecho internacional, es su obligación ofrecernos asilo seguro. Lo que el Gobierno de Papúa Nueva Guinea ha hecho es intentar forzar a la gente a aceptar vivir en ese país, y sigue insistiendo en trasladarnos bajo presión y a la fuerza a otro campo de prisioneros. El uso de la fuerza es totalmente inaceptable. No estamos haciendo nada malo, solo resistimos pacíficamente. Pedimos de nuevo libertad en un tercer país.

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