El ganador es: Igualdad del matrimonio del mismo sexo en Australia

Australia votes YES to same sex marriage

Australia vota SÍ al matrimonio del mismo sexo. Edición: Captura de pantalla de ABC News, GetUp! tuit y mapa con la bandera del grupo LGBT cortesía de Wikipedia (CC BY-SA 3.0).

Los electores australianos han votado claramente a favor de legalizar el matrimonio del mismo sexo.

Un total de 61.6 % votó «sí» a la pregunta: «¿Deberíamos modificar la ley para permitir el matrimonio a parejas del mismo sexo?».

Hubo mucha alegría por todas partes, especialmente en las redes sociales:

¡AUSTRALIA DIJO SÍ!
———-
?GRACIAS?

Esto es gracias a ustedes.

Lo hemos hecho juntos.

Australia dice SÍ ?️‍?

La autora y comentarista Jane Caro habló por muchos que votaron a favor:

Primer resultado de una votación en años que me hace sentir que la mayoría aún es razonable, amable y comprensiva. Gracias a los que votaron a favor.

Pese a que la encuesta del Gobierno era voluntaria, participó un 79.5 % de los electores registrados. Normalmente, votar en las elecciones australianas es obligatorio, con una participación del 90 %.

Cambiar la ley de matrimonio le corresponde al Parlamento y no precisa de una reforma constitucional. Después de que el Senado rechazara un proyecto de ley para celebrar un plebiscito obligatorio, el Gobierno decidió usar medidas administrativas para convocar una encuesta voluntaria, no obligatoria y postal. El presupuesto era de 122 millones de dólares australianos (unos 95 millones de dólares estadounidenses).

Aún así, muchos activistas del colectivo LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales) se opusieron al proceso y lo calificaron de innecesario, costoso y promotor de la homofobia. En agosto, Liam Esler publicó en Twitter algunas razones de su rabia:

Australia is a secular nation, where the most common religion is none. We are not in the year 1900. Marriage is a legal vehicle, not a religious one.

For those who say religion is a voice that should be heard, religious leaders and people in Australia have had their say many, many times. Despite this, a clear majority of Australians, based on polling data, support marriage equality. Polling is far more accurate and fair than any postal vote (which favours those over the age of 50, coincidentally the demographic most likely to vote against marriage equality).

Civil rights are not something that should be voted on by the public. They're civil rights. We are one of the last progressive countries to legalise marriage equality, despite the rhetoric that we are one of the most progressive countries in the world.

I've been with my partner for over ten years. Frankly, I'm tired of having my legal and civil rights debated by people who tell me my sexuality is a choice and that I'm going to hell for something I can't control.

For the next three weeks all I'm going to see every day is people telling me how disgusting I am, how unnatural my relationship with my partner is, how my identity is THEIR business to preside in judgement over. The suicide rate for LGBTQI+ people will rise, as it has every time these issues come up. It causes real damage.

I am angry with my government for denying my civil rights, and then deciding to treat them as a political football. I'm angry with my government for demeaning me and the LGBTQI+ community by putting our civil rights to a public vote. I'm angry with my government for not dealing with this issue quickly and efficiently so we can move to other important issues that face our country — trans rights, homelessness, basic communications infrastructure.

I'm angry that it's 2017, and this is where we are.

Australia es una nación laica, donde no hay una religión mayoritaria. No estamos en 1900. El matrimonio es un vehículo legal, no religioso.

Para todos los que dicen que se debería escuchar a la religión, los líderes religiosos y la gente en Australia han expresado su opinión muchas veces. Pese a ello, una clara mayoría de australianos apoya la igualdad de matrimonio, según los sondeos. Las elecciones son un método mucho más preciso y justo que los votos por correo (que favorece a los mayores de 50, precisamente quienes probablmente voten contra la igualdad).

Los derechos civiles no son algo que la gente debería votar. Son derechos civiles. Somos uno de los últimos países desarrollados en legalizar el matrimonio igualitario, pese a la retórica de ser uno de los países más desarrollados del mundo.

Llevo con mi pareja más de diez años. Francamente, estoy cansado de que mis derechos civiles y legales los debata gente que me dice que mi sexualidad es una elección y que voy a ir al infierno por algo que no puedo controlar.

Durante las próximas tres semanas todo lo que voy a ver es gente que me dice lo desagradable que soy, lo antinatural de la relación con mi pareja y cómo mi identidad es de SU interés para sentenciar. La tasa de suicidios de gente LGTBQI aumentará, como sucede siempre que surgen estas cuestiones. Provoca un daño real.

Estoy enfadado con mi Gobierno por negar mis derechos civiles y después utilizarlos como pasatiempo político. Estoy enfadado con mi Gobierno por degradarme a mí y a la comunidad LGTBQI y hacer de nuestros derechos civiles una votación pública. Estoy enfadado con mi Gobierno por no tratar esta cuestión de manera rápida y eficiente para así poder dedicarnos a otros asuntos de importancia que afectan al país: derechos de los transexuales, de las personas sin hogar, y la infraestructura de comunicaciones básicas.

Me enfada que sea 2017 y que estemos donde estamos.

En particular, se consideró perjudicial para miembros de su comunidad, sobre todo para su salud mental. Se aprobó legislación contra la denigración para intentar disminuir la homofobia durante la campaña.

La salud mental supuso un tema recurrente:

A pesar de que la mayoría de australianos apoyan a las personas LGBTIQ, lamentablemente se está expresando un sentir inaceptable en torno al debate», dijo el profesor Fels.
«Los LGBTIQ se ven afectados por comportamiento perjuidicial en sus centros de trabajo, comunidades y en medios sociales y tradicionales.
La Comisión está preocupada por el potencial impacto negativo que puedan tener estos en la salud de las personas, parejas y familias que enfrentan escrutinio y juzgamiento»
.
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Allan Fels y Lucy Brogden, copresidentes de la Comisión Nacional de Salud Mental, dicen que el voto postal ha intensificado la discriminación hacia los LGBTIQ.

Sunbury Comm Health, servicio sanitario de una zona suburbana de Melbourne, expresó su alivio:

El amor es el amor.
«El pueblo» significa todos…

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Sunbury Comm Health está orgullosa de pertenecer a una comunidad que vota por la igualdad para todos. Ahora una resolución rápida para lo que ha sido un debate perjudicial.

El plebiscito había sido la política del primer ministro Tony Abbott, católico y conservador, antes de que le sustituyera en 2015 Malcolm Turnbull, congresista del Partido Liberal. Pese su apoyo público hacia el matrimonio del mismo sexo, Turnbull siguió con la idea como modo de apaciguar a los miembros de derechas de su coalición de gobierno. Se vio como una táctica dilatoria de los conservadores cristianos. El opositor Partido Laborista y los Verdes propusieron una votación libre en el Parlamento.

Abbott fue uno de los abanderados del «no». Tras el resultado, muchos recordaron su papel:

Esto me agrada mucho, sobre todo después de Abbott declarara que un 40 % de votos negativos en la encuesta supondría una «victoria moral». ¡Me encantaría ver que el «no» se hunde aún más!

David Marr, periodista veterano y antiguo crítico de Abbott, desató mucha alegría en Twitter:

«Para los hombres mayores como yo, este es un nuevo paso en una jornada alguna vez inimaginable». Miren el momento en que Davidd Marr y su pareja, Sebastian Tesoriero, oyen el resultado.

Lo mismo que Penny Wong, líder laborista en el Senado desde 2002:

La reacción de Penny Wong lo dice todo.

Solo queda que el Parlamento federal apruebe la ley, lo cual hará casi con seguridad. La única discusión tal vez incluya propuestas de los conservadores para retroceder en leyes contra la discriminación por objeciones religiosas de conciencia. Se espera que el Parlamento apruebe la nueva ley antes de que acabe el año.

Naturalmente, Magda Szubanski, actriz icónica y activista, estaba radiante de felicidad:

¡¡Gracias cariño!!❤️?????️‍???

Su papel en la campaña será recordado durante mucho tiempo. En 2012 llegó a la televisión nacional con la intención de «sobrealimentar el caso de la igualdad de matrimonio». Tuvo un impacto inmediato:

Todos aman a Magda.
La querida animadora australiana demostró ser «devastatadoramente efectiva» en la lucha por la igualdad de derechos
.
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El papel fundamental de Magda Szubanski en la victoria del «sí». La historia de una buena noticia.

Tras la avería en línea durante el censo nacional de 2016, el Instituto Australiano de Estadística se renovó con una inversión de apenas 100 millones de dólares australianos (76 millones de dólares estadounidense), muy por debajo del presupuesto.

Wikipedia cuenta con un artículo sobre el origen detallado de la consulta sobre la ley del matrimonio.

Amnesty International Australia - Yes to marriage equality

Sí a al matrimonio igualitario. Imagen cortesía de Amnistía Internacional en Australia.

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