El pasado día 13 de noviembre comenzó el juicio contra «la manada», un grupo de cinco jóvenes sevillanos ─entre ellos un miembro de la Guardia Civil y un militar─ acusados de haber violado a una chica de 18 años hace algo más de un año, durante las populares fiestas de San Fermín en Pamplona (España).
Los hechos ocurrieron la noche del 7 de julio de 2016. La joven se encontró con los acusados que insistieron en acompañarla. En cierto momento, según la declaración, la introdujeron en un portal donde cuatro de ellos la violaron y sometieron a todo tipo de vejaciones, mientras el quinto grababa la agresión con la intención de enviar el vídeo a otros amigos. Después, los presuntos agresores sustrajeron el teléfono móvil de la víctima «para que no pudiera solicitar auxilio», según sostiene la denuncia.
La joven fue socorrida por una pareja que la encontró en estado de shock y avisó a la policía. Pocas horas después, los cinco jóvenes fueron detenidos y puestos a disposición de la justicia. El juez decretó prisión sin fianza para todos ellos.
En los días siguientes se conocieron más detalles. Entre otros, una serie de mensajes que intercambiaron con un grupo de amigos que no les habían acompañado a Pamplona. El grupo de Whatsapp se llamaba «la manada», y en él comentan sus andanzas en un tono soez y jocoso: «Follándonos a una entre los cinco», «Todo lo que cuente es poco», «Hay vídeo». Días antes, los agresores comentaron en este mismo servicio de mensajería los preparativos de su viaje a Pamplona y se permitieron hacer bromas como «llevamos burundanga?» o «Hay que empezar a buscar el cloroformo, los reinoles, las cuerdas… para no pillarnos los dedos porque después queremos violar todos».
Doble rasero para admitir las pruebas
Al empezar el juicio se ha sabido que el juez no admitió como prueba los mensajes de «la manada» previos al día del incidente. Sin embargo, sí ha admitido el informe que encargó la defensa a un detective privado sobre la actividad de la víctima en las redes sociales durante un cierto periodo posterior a la presunta agresión.
Numerosos españoles se han sentido indignados por lo que consideran un sesgo machista de este juicio, interpretando que las decisiones del juez arrojan dudas sobre el relato de la víctima, y de esta forma la exponen a ser juzgada por la opinión pública.
El periodista Carles Francino, en su programa de Cadena Ser, se pregunta:
¿Qué se intentaría exactamente demostrar con ese seguimiento a posteriori de la chica, de la mujer? ¿Por qué interesa tanto cómo es su vida, su día a día? ¿Acaso existe algún patrón de conducta para las mujeres violadas que sirva como una especie de certificado de la agresión? (…) Lo que queda meridiana y lamentablemente claro es que dudar de la palabra de una mujer que dice haber sido agredida sigue funcionando (…)
La escritora Almudena Grandes también expresó su malestar sobre el caso:
Se podría pensar que admitir como prueba el informe de un detective sobre la vida cotidiana de la víctima de una violación sería parecido a aceptar, en un caso de asesinato, un testimonio que probara que el muerto era un malvado que merecía morir, para que la defensa solicite que se considere como atenuante. (…) lo que pretende culpabilizar a la víctima de La Manada, sembrar dudas sobre su condición moral, es que se atreviera a salir a la calle, a tomar copas con sus amigas, después de haber sido violada, en lugar de quedarse en su casa con todas las persianas bajadas y la cabeza cubierta de ceniza.
El escritor y periodista Antonio Pampliega, que sufrió un largo secuestro en manos de Al-Qaeda, escribió un hilo en Twitter defendiendo a la víctima, ya que él mismo tuvo que sufrir que algunas personas dudaran y le culpabilizaran de su propio secuestro:
Q Twitter es un bar donde los parroquianos pueden escupir cualquier tipo de exabrupto es algo q ya sabía. Pero estos días se están alcanzando límites peligrosos como poner en duda la declaración d víctima de violación por tratar de rehacer su vida. Así que quiero compartir algo:
— Antonio Pampliega (@APampliega) 15 de noviembre de 2017
«Yo sí te creo»… ¿o no?
Este juicio ha originado una fuerte controversia en la Red sobre la importancia de creer en el testimonio de las víctimas para evitar que las dudas terminen silenciándolas o estigmatizándolas. Las etiquetas #Lamanada y #JusticiaPatriarcal fueron dos de las más utilizadas por los internautas para dejar su opinión sobre el tema:
No contentos con violarnos,los hombres han de decirnos como comportarnos antes, durante y después de la violacion
Si no es mucho pedir, pónganse de acuerdo y hagan un manual de la violacion,para que seamos buenas chicas y no os llevemos a engaño
Asco de mundo #JusticiaPatriarcal— Suspiritos (@AgrariaLola) 15 de noviembre de 2017
Los de #LaManada pidiendo que no se difundan sus datos y la gente no hace otra cosa. Debe ser duro que decir que No y que, sin embargo, los demás no te respeten.
— Teo de la Fuente (@Maestre_Temple) 14 de noviembre de 2017
La presunción de inocencia: anuncias a tus amiguetes que te vas a San Fermines hasta arriba de «roinoles» para las violaciones, «te follas a una entre cinco» que «igual estaba en coma», lo grabas y envías y luego le robas el móvil. Sexo consentido lo llaman. #JusticiaPatriarcal
— Coronela (@coronela_defog) 15 de noviembre de 2017
El grupo de #LaManada de whatsapp es uno de estos grupos tan graciosos de tios donde se habla «en broma» de mujeres como muñecas hinchables, de violaciones de bromi,con fotos de culos y tetas.
Seguramente muchos estéis en grupos así.No os jode tener algo común con estos señores?— Nixarim a.k.a Deed (@Nixarim) 15 de noviembre de 2017
Pero parece que esta estrategia de la defensa también tiene su público, hombres ─y algunas mujeres─ convencidos de que la joven bien podría haber denunciado falsamente a los miembros de la manada, aunque las denuncias falsas representen un porcentaje prácticamente residual. Así se expresó RPMallorqui en Twitter:
#LaManada son el diablo y la chica una santa, cuantas veces nos hemos tragado el mismo cuento? Cuan estupido e ignorante puede ser el populacho aborregado pensando que es imposible que sea a la inversa? Para eso existen los jueces y las sentencias,veremos…?
— RPMallorqui (@rpmallorqui) 14 de noviembre de 2017
En varias ciudades españolas se convocaron manifestaciones bajo el lema «Yo sí te creo», en apoyo de la joven agredida, y para incidir en la necesidad de que se dé crédito a la palabra de las víctimas. Sin embargo, esta lucha parece tener mucho camino por delante, a tenor de comentarios como el de LeGuillotin en eldiario.es:
Es una manada sí, pero de becerras, asnas y garrapatas demagogas que se creen que por gritar lo que les salga del chirri están por encima del derecho a la presunción de inocencia. Lo que no dicen es que la tunanta de Pamplona se lió a gusto con la otra «manada» hasta que vió la luz divina y dijo que había sido violada.
Por cierto, ni una guapa.., como es norma entre las chillonas lesbohembristas, entre todas esas del video. Como decía un chiste…no hay prisión que admita tanta fealdad