La TV rusa se retracta luego de llamar «colaborador fascista» a héroe armenio

«Nzhdeh», por Avo. Imagen de dominio público.

Esta es una publicación asociada de EurasiaNet.org escrita por Joshua Kucera. Se reproduce con autorización.

Una estación de televisión estatal rusa se disculpó luego de haber emitido un segmento sobre la colaboración de un héroe de guerra armenio con la Alemania nazi.

TV Zvezda, estación afiliada con el Ministerio de Defensa ruso, emitió un programa el 19 de noviembre sobre Garegin Nzhdeh, controvertida figura nacionalista armenia. Nzhdeh luchó contra la invasión de los bolcheviques en Armenia luego de la Revolución Rusa. Posteriormente, se alió con los nazis contra la Unión Soviética en la Segunda Guerra Mundial.

La presentadora del programa, Veronika Krasheninnikova, funcionaria de alto rango del partido gobernante Rusia Unida, mencionó que se había erigido una estatua de Nzhdeh en Everán en 2016. Relacionó su valorización con las relaciones de Armenia con la Unión Europea, que están en aumento.

«Asociarse con la Unión Europea no es lo único que Armenia está haciendo igual que Ucrania. Es difícil creerlo, pero Ereván también está valorizando a colaboradores fascistas», dijo.

Krasheninnikova se refirió a Nzhdeh como «el Bandera de Armenia», por el nacionalista ucraniano Stepan Bandera, quien también colaboró con los nazis y se ha convertido en héroe para muchos ucranianos en la actualidad. Además, comparó la insignia del Partido Republicano de Armenia (PRA) gobernante con la del Tercer Reich nazi.

Esto es solamente el ejemplo más reciente de una serie de disputas históricas entre Armenia y Rusia, que también han incluido las purgas de Stalin en 1937 y el esfuerzo por eliminar los nombres de héroes bolcheviques de las calles de Everán.

Pero comparar a Armenia con Ucrania es particularmente ofensivo por parte de Rusia. El pueblo ucraniano contemporáneo admira como héroes a figurar nacionalistas y ocasionalmente fascistas. Este hecho ha sido explotado constantemente por Rusia para justificar sus ataques en múltiples frentes contra Ucrania.

Sin embargo, Armenia no es Ucrania, es uno de los aliados más cercanos de Moscú y alberga una base militar rusa.

Los oficiales armenios respondieron rápidamente.

«Garegin Nzhdeh es uno de los héroes más importantes de la nación armenia. Se deben erigir estatuas y monumentos en su honor no solo en Ereván, sino en diferentes partes del país», respondió Eduard Sharmazanov, portavoz del PRA, a RFE/RL. «Armenia es un país soberano y decidirá por sí mismo a quién erigir monumentos».

Sharmazanov agregó que comparar el logotipo de su partido con la simbología nazi fue «ridículo y políticamente ciego».

TV Zvezda se retractó rápidamente: se disculpó y eliminó el segmento de su sitio web.

«En un segmento acerca de las relaciones entre Armenia y la Unión Europea, la presentadora Veronika Krasheninnikova mencionó afirmaciones y declaraciones incorrectas sobre armenia», escribió el presidente de Zvezda en una carta a Vardan Toghanyan, el embajador armenio en Moscú. «Pedimos disculpas por este error».

Un portavoz de la embajada, Levon Torgomyan, contó que los líderes de la estación de televisión le habían dicho que «fue un error y un malentendido» y que espera que «continúen las relaciones amistosas».

Krasheninnikova parece apoyar a Azerbaiyán, enemigo de Armenia. El año pasado, en una entrevista del sitio web Vestnik Kavkaza, elogió el progreso de Azerbaiyán bajo el gobierno del presidente Ilham Aliyev. «Azerbaiyán será un país próspero en estrecha alianza militar y política con Rusia».

Azerbaiyán siguió con evidente satisfacción la controversia sobre Nzhdeh. Los medios del país informaron en detalle acerca de la noticia del informe de TV Zvezda, y Hikmet Hajiyev, portavoz del ministro del Exterior, habló mucho sobre el tema. «La propaganda nazi se ha convertido en política estatal en este país [Armenia]», dijo en una entrevista con News.az. «La ideología nacional de Armenia, basada en el racismo de Garegin Nzhdeh, hoy es la tendencia ideológica del Partido Republicano de Armenia gobernante y, en última instancia, del gobierno armenio».

Más allá del cinismo geopolítico, Nzhdeh en general es una figura controvertida. Los historiadores ubican su legado, y su reciente reivindicación, dentro del contexto de Ucrania y otros estados posteriores a la Unión Soviética.

«En este momento, todos los países posoviéticos están reescribiendo la historia. Quienes eran héroes ahora son enemigos. Quienes eran enemigos, incluso fascistas, ahora son héroes», dijo el historiador armenio-estadounidense Ronald Grigor Suny en una entrevista reciente. «Esto está ocurriendo en los Balcanes y en Armenia. Algunas personas que colaboraron con los nazis, como Garegin Nzhdeh, ahora se consideran héroes».

Efraim Zuroff, director de la oficina en Jerusalém del Centro Simon Wiesenthal, se opuso a la estatua erigida en Everán el año pasado.

«Es escandaloso que hayan fabricado la estatua», comentó Zuroff al Jerusalem Post luego de la instalación de la estatua. «Nos oponemos a la glorificación de personas que lucharon junto con los nazis o que asistieron de cualquier manera a las fuerzas del Tercer Reich».

Zuroff relacionó la estatua de Nzhdeh con «el fenómeno problemático que ocurre en este momento en Europa Oriental: se reescribe la historia para minimizar la colaboración local con los nazis», informó el Post.

«Por lo tanto, este es un error lamentable y un insulto a las víctimas de los nazis y a todos los que combatieron contra ellos», dijo Zuroff.

1 comentario

  • Daniel Dorumian

    En los años 30, los armenios tenían dos Estados que amenazaban su identidad, su existencia y sus perspectivas. Tras la caída de la primera República de Armenia, luego de que el generalísimo Nzhdeh se enfrentara tanto a la división militar rusa que intentó obligarlo a ceder la región de Zankezur al sur de Armenia, como al mismo Gobierno de la FRA en Yereván -que brilló por su ineficacia y debilidad política y diplomática-, está claro que Rusia actuó como un enemigo de Armenia -recordemos que los rusos no tuvieron empacho en entregar la Armenia Occidental delimitada por el presidente Wilson a Turquía y el 1º tratado de Moscú (16-03-1921), sin respetar lo firmado por los aliados en el tratado de Sevres.
    Por otra parte, es ilógico pensar que Nzhdeh tendría como opción aliarse con el país que fuera no sólo aliado histórico de los turcos -recordemos la larga hermandad durante la Alemania imperial de Guillermo II con Abdul Hamid II, que continuó hasta después de la Segunda Guerra Mundial-, sino su socio militar y comercial -ferrocarril Berlín-Bagdad, etc.-. Quienes esgrimen la teoría de la afinidad del generalísimo Nzhteh con el nacional-socialismo alemán hitleriano, deberían aportar alguna prueba fehaciente al respecto.
    No estaría en discusión el hecho de que muchos armenios de alto poder económico en la Europa ocupada por Hitler hicieran su aporte para aprovechar el creciente poder militar alemán contra Rusia, amén del progresivo viraje hacia un nacionalismo extremo mostrado por Hitler. Son asuntos diferentes que no pueden mezclarse inocentemente. Repito, el enemigo número uno de Hitler era el judaísmo. Luego de apaciguarse la amenaza turca tras las victorias armenias en Sardarabad, Pash-Aparán y Gharakilisé, el potencial enemigo de los armenios fue Rusia, que durante 70 años de sovietización intentó por todos los medios disolver, neutralizar o corromper toda forma de patriotismo expresado a través de la cultura, la religión y los reclamos territoriales a Turquía. Esa política continúa hoy, tras el ataque de Azerbaiján a la República de Artsakh, arteramente entregada por Stalin a ese país el 5 de julio de 1921 como muestra de su afinidad por el panturquismo.

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