Trasero de Robbie Williams provoca controversia en internet en Uzbekistán

Robbie Williams. Publicado en Flickr por MariaAndronic (CC BY-SA 2.0).

El siguiente artículo es una publicación asociada de EurasiaNet.org. Se reproduce con autorización.

El cantante británico de pop Robbie Williams creó una gran polémica en línea en Uzbekistán cuando señaló su trasero durante un concierto en la capital, Taskent.

De otro lado, quienes no dieron imporancia al gesto pícaro del cantante están enfadados por el precio de las entradas para el concierto del 15 de diciembre.

El concierto de Williams fue un acontecimiento único para Uzbekistán. Fue organizado por el multimillonario Alisher Usmanov, de origen uzbeko-ruso y copropietario de un club de fútbol londinense. Los artistas occidentales más populares no suelen actuar en Uzbekistán, y quienes han actuado ahí lo han hecho a costa de perder reputación. Este concierto estaba preparado para demostrar la apertura del país desde la muerte el año pasado del autoritario presidente Islam Karimov.

Williams entró al escenario para comenzar su concierto vestido con un khalat al estilo uzbeco, una bata, y se presentó brevemente al público con sus modales irreverentemente característicos.

«Esta es mi banda», dijo, señalando a la parte trasera del escenario

«[Y] este es mi trasero», añadió, dándose la vuelta y tirando su bata para dejar al descubierto su ropa interior. «Esta noche, el trasero de ustedes es mío» resumió, provocando así un tumulto de chillidos y risas confusas.

Estos actos se aceptan, no necesariamente se alientan, en Inglaterra, país de donde viene Williams, como una forma de mostrar exuberancia digna del artista William Hogarth, pero no tuvo el mismo recibimiento en la casta Uzbekistán.

Tras el concierto, enfadados usuarios en redes sociales pidieron que se creara de forma inmediata una campaña para eliminar las influencias extranjeras de dudosa moral.

«Necesitamos filtrar la cultura occidental, ¡si es que podemos llamarlo cultura!», manifestó Saiyora Hodjayeva.

Mukimjon Halmatov fue más allá e insinuó que el concierto conllevó que Uzbekistán se haya vuelto susceptible a una ola de destrucción potencial que puede provocar una aparición de enfermedades y terrorismo.

«Algunas personas pueden traernos enfermedades porcinas [sic], algunas personas pueden traer el sida o incluso la enfermedad [que es el estado islámico]. Ahora quieren infectar a Uzbekistán con la enfermedad de la democracia. Ese es el motivo por el que han traído a Robbie», escribió Halmatov, aparentemente de forma no irónica.

Aunque parezcan posiciones un tanto extremas, es evidente que Williams juzgó mal sus gracias y ni siquiera se informó de cómo proceder.

Uzbekistán es una sociedad mayormente conservadora y las autoridades lo han demostrado con su oposición a algunas importaciones percibidas como trastornos, como el hip-hop. Y algunos importantes artistas locales han sido catalogados como moralmente incorrectos y sus actuaciones han sido catalogadas como de excesivo contenido sexual.

Kamariddin Shaikhov, editor del sltio web de noticias en uzbeko Qalampir.uz, dijo que su página web estaba repleta de indignados mensajes tras el concierto de Williams.

«Es raro que el cantante vaya al escenario en bata sin llevar pantalones», escribió Shaiknov. «Mostró una falta de respeto a nuestra cultura cuando se levantó la bata y reveló su trasero al público. ¿Es eso una muestra de educación? ¿Eso es lo que se considera respeto a los uzbekos?».

Aun así, el uzbeko promedio no pudo permitirse asistir al concierto, ya que las entradas estaban entre USD190 y USD225, un ojo de la cara para Uzbekistán. Ciertamente, los salarios mensuales prmedio en Uzbekistán rondan los USD125.

De todas formas, el concierto estuvo completamente abarrotado.

A pesar de la polémica por enseñar el trasero, los fans de Williams le defendieron. Lo que les molestó fue el precio de las entradas.

Zarina Ubaidullayeva, habitante de Tashkent y admiradora del artista británico, dijo que el furor fue exagerado.

«Fue solamente una broma. Ni que hubiese corrido desnudo por el escenario. No existe razón para juzgarle de manera tan dura», explicó Ubaidullayeva en EurasiaNet.org. «Sin embargo, las entradas verdaderamente eran muy caras por eso no pude ir al concierto. Ya que Usmanov lo promocionaba, podría haber puesto entradas gratis o a precios simbólicos».

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