¿Trinidad y Tobago «justifica» a quienes incurren en violencia de género?

Captura de pantalla del anuncio de servicio público de la cantante, actriz y activista estadounidense Mandy Moore, para PSI Caribbean (campaña «Ponle un alto» sobre la violencia de género, Trinidad y Tobago.

El 17 de diciembre de 2017 surgió la noticia en Trinidad y Tobago sobre el asesinato de Samantha Isaacs a manos de Kahriym García, padre de su hijo. Luego, el autor del suceso se suicidó.

La violencia de género se ha convertido en un asunto cada vez más complicado de combatir para la región caribeña, aunque Trinidad y Tobago en especial se ha visto afectado por un número considerable de feminicidios.

Este último asesinato ha conmovido a muchas cibernautas, en parte porque (como quedó demostrado en las etiquetas global y regionalmente virales #YoTambién y #LifeInLeggings) las mujeres tienen la sensación de hallarse bajo constante amenaza, y en parte también porque los asesinatos como los de Isaacs podrían haberse evitado.

Kahriym García, expareja de Isaacs, tenía una historia que debió haber sido una bandera roja para las autoridades: supuestamente, su propia abuela había solicitado una orden de alejamiento contra él porque intentó matarla. En una ocasión, le puso un cuchillo en la garganta a la madre de Isaacs; y amenazaba continuamente en matar a Isaacs y a su familia. Isaacs intentó llevar a juicio a García para lograr la manutención de su hijo, solicitó una orden de alejamiento contra él, pero el magistrado siguió retrasando el proceso.

En Twitter, el movimiento #LifeInLeggings (La vida en mallas) lamentó la muerte de Isaacs:

Lamentamos la pérdida de Samantha Isaacs, de 27 años.

A Samantha la disparó el abusador de su exnovio en Trinidad y Tobago.

Deja a un niño de 4 años.

Nuestros pensamientos y condolencias van a su hijo y familia. Que se haga justicia…

En un editorial publicado el día después de la muerte de Isaacs, el Sunday Express escribió:

Every murder is gut-wrenching but there is something particularly awful about a victim being pursued to a preventable death despite seeking the protection of the police and the courts. […]

No one can plead innocent to the risks faced by women desperately trying to escape an abusive relationship. Yet, such cases continue to be treated with a certain casualness by institutions and by individuals for whom victim protection is never highest priority. […]

With close to 50 women already murdered this year, the issue of violence against women is no theoretical matter. […]

Counselling, policing, protection, detection—policies and programmes for all of these and more have been discussed ad nauseum. What remains to be done is implementation.

Cada asesinato es desgarrador, pero hay algo especialmente terrible cuando se trata de una víctima perseguida hasta una muerte evitable, a pesar de haber solicitado protección de la policía y de la justicia. […]

Nadie puede declararse inocente ante los riesgos de una mujer desesperada por intentar escapar de una relación abusiva. Sin embargo, las instituciones siguen considerando estos casos como casualidades, al igual que algunos para quienes la protección de la víctima no es nunca una prioridad. […]

Con ya casi 50 mujeres asesinadas este año, el asunto de la violencia contra la mujer no es algo teórico. […]

Asesoramiento, vigilancia policial, protección, detección, se han discutido hasta la saciedad políticas y programas para todo. Lo que falta es implementarlos.

La activista Tillah Willah, que publicó en Facebook el enlace a un servicio de asesoramiento, dijo:

For many of us this is another Sunday of re-living our own traumas at the hands of lovers, relatives, friends. For many of us this is another Sunday of opening old wounds, past hurts and wondering if we are next. People are sharing stories and crying out for help and most of us, especially those of us who do this work every day, cannot bear the burden of another story. What happens after the story of is shared and we are submitted to the anonymous violence of online shaming?
If it's too much, please switch off. Disconnecting from this is an act of radical self care and survival. We are all angry and we are all terrified and we are all hurt. But we are still here. We owe it to those who are no longer with us to seek help and healing.

Para muchos, este es otro domingo de revivir nuestros propios traumas en manos de amantes, familiares, amigos. Para muchos, este es otro domingo de abrir viejas heridas, dolores del pasado y preguntarnos si somos la siguiente. La gente publica historias y pide ayuda a gritos y la mayoría, sobre todo las que hacemos este trabajo cada día, no podemos cargar con el peso de otra historia. ¿Qué sucede tras la historia publicada y después de que nos presenten ante la violencia anónima de la humillación en la red?
Si es demasiado, apaga, por favor. Desconectarse es un acto de autoayuda radical y de supervivencia. Estamos enfadadas, tenemos miedo y a todas nos duele. Pero seguimos aquí. Le debemos a quienes ya no están solicitar ayuda y alivio.

La «humillación en la red» de la que habla hace referencia al curioso fenómeno que se da entre algunos usuarios de redes sociales, mujeres incluidas, de humillar a la víctima y mostrar solidaridad con el padre, a quien supuestamente Isaacs prohibió ver a su hijo.

La humorista Simmy Behave, quien sufrió abusos en una relación, no quiso saber nada del asunto. Mediante la poderosa etiqueta #NoMoreSilence [no más silencio], empezó a organizar historias de violencia doméstica de mujeres y explicó sus razones:

From my experience, that's what it felt like. Silence. You lose your voice in an abusive relationship. You feel like you can't say anything or you have to choose your words more carefully.

So you stop speaking up. You hide from friends and family or you get isolated from them.

Sometimes you will make all the steps needed to get out and you will be successful but there are some who don't make it out of physically abusive relationships alive.

It's not about choosing your partner carefully. [The country's prime minister recently faced a backlash for suggesting women needed to be more vigilant.]

Por experiencia, así se sentía. Silencio. Pierdes la voz en una relación abusiva. Sientes que no puedes decir nada o que debes escoger tus palabras con más cuidado.

Por lo que dejas de hablar. Te escondes o te aíslas de amigos y familiares.

A veces darás todos los pasos necesarios para salir, y lo lograrás éxito, pero hay quienes no salen vivas de una relación físicamente abusiva.

No se trata de escoger a tu pareja cuidadosamente [hace poco, el primer ministro del país provocó reacciones violentas por sugerir que las mujeres debían estar m{as alerta].

Llamó a Trinidad y Tobago una «sociedad basada en licks» (licks es un término local para referirse a golpes y castigo corporal como medio típico para «disciplinar» a los niños), también animó a los hombres a que compartieran su punto de vista con la etiqueta mencionada.

Los cibernautas respondieron de inmediato al llamad, muchos de manera anónima por miedo a las consecuencias. La humorista publicó decenas de relatos horrorosos en su página de Facebook que incluían cuentos de un sentido distorsionado de la propiedad, un peligroso síndrome de dependencia, golpes durante el embarazo y acoso sexual, donde algunos tuvieron lugar cuando las mujeres eran menores.

Algunas mujeres estaban desesperadas por librarse de sus abusadores en el nuevo año, mientras otras querían ayudarlos. Una superviviente lamentó el estado del sistema judicial del país, y otras admitieron que ya no iban a ningún lugar solas. Una mujer siguió durante décadas en un matrimonio abusivo, y de modo desgarrador, una niña víctima de los abusos contó cómo repitió los mismos patrones en su propia vida.

La etiqueta planteó preguntas que muchos usuarios de redes sociales han hecho desde hace tiempo, sobre la hipermasculinidad y sobre cómo se socializa a los chicos, sobre la agresión de los hombres y sobre la imposibilidad de las mujeres por abandonar relaciones abusivas; sin duda ligadas al fracaso de los sistemas e instituciones del estado para protegerlas.

En su página de Facebook, la criminóloga Renne Cummings ha publicado sin cesar consejos y recursos sobre este tema y sobre otros relacionados con la violencia. En febrero de 2017, destacó:

There seems to be a growing misconception that interpersonal violence, intimate partner violence or domestic violence that ends in homicide (man murders woman) is a crime of passion. It is not. If anything IPV and DV are more akin to acts of terrorism than crimes of passion. An intimate partner/ex-intimate partner leaves where ever he is or lives and comes down to a victim's job with a knife hidden, calls her on the job and asks her to come outside to talk, and then slashes her throat when she turns around to walk off is not a crime of passion; seems a lot of thought went into that? No passion there!

Parece haber un creciente concepto erróneo de que la violencia interpersonal, la violencia hacia la pareja o la violencia doméstica que finaliza en homicidio (el hombre mata a la mujer) es un crimen de pasión. No lo es. La violencia contra la pareja y la violencia doméstica son más similares a actos terroristas que a delitos de pasión. Que una pareja o expareja íntima sale de donde está o vive y va al trabajo de la víctima con un cuchillo escondido, la llama al trabajo y le pide salir para hablar y entonces le corta el cuello cuando ella se da la vuelta para irse no es un crimen de pasión; parece que hubo mucha reflexión. ¡No hay nada de pasión!

Cummings también destacó que «¡el acoso es un delito serio en todo el mundo y también en Trinidad y Tobago!» y se centró en «la respuesta mediocre de la ley y del sistema judicial penal».

La mayoría de cibernautas coinciden en que, aunque la violencia de género es un tema complejo, las soluciones inmediatas incluyen aplicar la ley y hacer más para proteger a las víctimas. Hoy en día, parece que sucede lo contrario, lo que hizo que conocido activista Brendon O'Brien resumiera la situación en Instagram con un poema que escribió en honor a Samantha Isaacs:

«Cómo reivindicar un asesinato: por ejemplo, un niño. Que llamen monstruo a su madre fallecida por ser fría y lo suficientemente egoísta como para pedir a la justicia que frene a un hombre. de perturbar un hogar sagrado Bendiciendo la zona para repudiar puñetazos «¿Quién es la malvada que reclama que su vida le pide vivirla? Díganle a una mujer muerta que no tiene derecho de hablar y defender la vida que tuvo cuando quien creó al lado de su corazón tiene derecho a suplantar su lado oscuro». Publicación en Instagram de Brendon J. O'Brien sobre el asesinato de Samantha Isaacs.

Las víctimas de violencia doméstica y de género en Trinidad y Tobago pueden contactar con estas organizaciones para consejo y apoyo:

  • Línea directa Violencia Doméstica: 800-SAVE
  • Familias en acción: 628-2333
  • Organización para personas acosadas y maltratadas: 798-6185
  • Sociedad de crisis de violaciones de Trinidad y Tobago: 622.7273
  • El Refugio: 628-0861
  • Coalición de Trinidad y Tobago contra la violencia doméstica (en el marco de United Way): 625-8286
  • Unidad de apoyo a víctimas y testigos (Sede central): 628-4277, anexo 8

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