En Jordania, taxis amarillos de Amán compiten por los pasajeros luego de la llegada de Uber y Careem

Pasajero subiendo a un taxi en Amán, Jordania. Foto por Monther Hammad. Usada con autorización.

En Amán, la capital de Jordania, alrededor de 11 400 taxis amarillos prestan servicio a más de 3,5 millones de habitantes. La mayoría de los habitantes de Amán usan taxis todos los días. Por lo tanto, exigen mucho de los taxistas, quienes a menudo no satisfacen a los clientes.

Los usuarios se quejan de los que los conductores manipulan el medidor, se niegan a ir a algunas zonas y fuman en el vehículo. Por eso, para muchos habitantes de Amán, fue un alivio la llegada de empresas privadas como Uber y Careem a comienzos de 2016.

Aseel Odeh, habitante de Amán, comentó a Global Voices (GV):

I live in Jabal Al-Hussein, which is a pretty crowded place. I quit my last job because it was 30 minutes away and no one would agree to drive me back home. 

Vivo en Jabal Al-Hussein, una zona muy poblada. Renuncié a mi último empleo porque me quedaba a 30 minutos y nadie quería traerme de vuelta a casa.

Cuando sí aceptaban llevarla a casa, a menudo le cobraban precios exorbitantes. Pero Odeh no tenía muchas opciones de transporte. Hazem Zureiqat, consultor de transporte, informa que Amán solo cuenta con 350 autobuses grandes para toda la capital y que el sistema de transporte resulta insuficiente: solo cubre el 5 % de las necesidades de transporte diario.

Además, el precio del combustible es relativamente alto, en comparación con los países vecinos: llega a los US$3,44 por litro en Jordania, mientras que en Arabia Saudita solo cuesta US$0,24 por litro.

Las empresas de transporte privado prometen seguridad

Algunos habitantes de Amán, como Yacoub Lambaz, prefieren empresas como Careem y Uber en vez de los taxis amarillos:

Careem is a company, and every driver is an employee who follows rules and regulations and is confronted by the company in case the driver breaks said rules. This makes me feel safer knowing that if the driver commits an unauthorized act, he will be questioned, and I will receive compensation.

Careem es una empresa y cada conductor es un empleado que respeta reglas y normas. Si las infringe, debe responder ante la empresa. Por eso, siento seguridad al saber que si el conductor hace algo indebido, lo interrogarán, y yo recibiré una compensación.

En un país de cultura conservadora como Jordania, las familias se sienten más confiadas de que las mujeres llegarán a salvo gracias a las funciones de seguimiento de viaje de la aplicación móvil. Antes de la aparición de las aplicaciones Uber y Careem, el único medio de transporte de una mujer era con un familiar.

Aisha Azzam, habitante de Amán, dijo a GV:

Careem makes me feel safe because the drivers respect us and make us feel comfortable, and they do not complain if there is traffic on the way.

Con Careem me siento segura porque los conductores nos respetan y nos hacen sentir cómodas. Si hay tráfico, no se quejan.

Suzan, madre de cinco hijos, cuenta:

I’m the worrying kind, so I never used to let my kids go anywhere unless I personally drove them there, but with Careem, I let them go anywhere, as long as they share their ride route with me via whatsapp.

Me suelo preocupar. No dejaba ir a ningún lado a mis hijos si yo misma no los llevaba en auto. Pero con Careem, los dejo ir a cualquier parte siempre que compartan el recorrido conmigo por WhatsApp.

Heyam, fanática de Uber, afirma:

Uber is much safer at night.

Uber es mucho más seguro de noche.

Siguen críticas y batallas legales

Careem prometió crear 10 000 puestos de trabajo en el país entre 2016 y 2018. Sin embargo, hasta diciembre de 2017, la ley jordana prohibía que los vehículos particulares ofrecieran servicios de transporte, lo que hacía que Careem y Uber fueran ilegales.

El Gobierno decidió gravar estos servicios en vez de prohibirlos, pero surgieron complicaciones mayores: los conductores de taxis amarillos se opusieron en masa, ya que su actividad se redujo en 80 % desde la llegada de Uber y Careem.

Los taxistas reaccionaron con varias manifestaciones en los meses siguientes. Reclamaron reiteradas veces que el Gobierno no tomó medidas para defenderlos.

Las protestas comenzaron en noviembre de 2016 cuando, a medida que Uber y Careem empezaron a ser populares, los taxistas decidieron unirse y expresar públicamente sus quejas.

En consecuencia, el Gobierno adoptó nuevas medidas: incautar los vehículos de Uber y Careem, multar a los conductores, dar de baja las aplicaciones y hasta dedicar toda una unidad de la Policía de Tránsito a perseguirlos.

A lo largo de 2017 también hubo protestas: empezaron como una forma de demostrar el descontento con la situación, pero se intensificaron al punto que algunos taxistas amenazaron con incendiar sus taxis. 

Se realizaron protestas en enero, abril, julio, agosto, septiembre y noviembre de 2017. 

Esto no les agradó a quienes están satisfechos con Careem y Uber, quienes se habían acostumbrado a vehículos seguros y sin humo de cigarrillo.

Farah Mohammed, de Amán, contó a GV:

When both the Uber and Careem apps were taken down for a couple of days, I went insane. I couldn’t go anywhere. There would be yellow taxi cabs right outside my house, but I still wouldn’t get into them. I let my dad drive me around until the apps were back up.

Cuando dieron de baja a las aplicaciones de Uber y Careem durante unos días, enloquecí. No podía ir a ninguna parte. Había taxis amarillos fuera de mi casa, pero no quería subirme. Mi papá me llevó en su auto hasta que volvieron las aplicaciones.

Si bien estas aplicaciones son técnicamente ilegales, nadie dejó de usar Careem o Uber por ese motivo, sobre todo en condiciones climáticas severas.

Lambaz explica:

I used Careem even when it was illegal, and once, a taxi driver ratted us out to a police officer. The driver and I managed to squeeze out of that situation. I gave him a 5 star rating for the action pack ride!

Usé Careem incluso cuando era ilegal. Una vez, un taxista nos denunció con un policía. El conductor y yo logramos escapar de la situación. ¡Lo califiqué con 5 estrellas por un viaje emocionante!

Finalmente, el Gobierno permitió que Careem solicitara una licencia, pero con la condición de que agregara un servicio de taxis amarillos a la aplicación. Careem aceptó la condición, siempre que los nuevos taxistas se capacitaran para cumplir con las normas de la empresa. El proceso de legalización comenzó en agosto de 2017 y se completó en diciembre de 2017.

En respuesta a la aprobación, hubo otra protesta.  

Continúan las acusaciones de competencia desleal

Los taxistas siguen opinando que la competencia es desleal porque Careem aceptó incorporar solo 5000 taxis amarillos y dejó desamparados al resto.

Abu Mahmoud, taxista de 55 años, explica:

I worked as a taxi driver for most of my life, and saved up in the hope to buy my own taxi someday. When I finally did spend my whole life savings to buy a cab, we are no longer needed! I cannot work, as no one uses us yellow taxi cabs anymore, and no one wants to buy the taxi, since it is no longer a lucrative business.

Trabajé de taxista la mayor parte de mi vida. Ahorré para poder comprar mi propio taxi algún día. Cuando finalmente gasté todos los ahorros de mi vida y lo compré, ya no nos necesitan. No puedo trabajar porque ya nadie usa los taxis amarillos, y nadie quiere comprarme el taxi, porque ya no es un negocio rentable.

Abu Al-Abed, quien trabaja de taxista hace 13 años junto con Abu Mahmoud, aporta:

I have to pay 25 Jordanian Dinars (35 USD) to the man I rent the taxi from, of late, I have to pay most of that from my own money, as I do not even make it to 15 Jordanian Dinars (21 USD) on most days.

Tengo que pagar 25 dinares jordanos (US$35) al hombre a quien le alquilo el taxi. Últimamente, pago la mayor parte de ese monto de mi propio bolsillo, ya que la mayoría de los días no gano ni 15 dinares jordanos (US$21).

Los conductores de taxis amarillos se lamentan de que muchos jordanos no se compadecen de ellos.

Mariam, habitante de Amán, dice:

Taxis were constantly charging us more for certain places, making unnecessary small talk, and sometimes asking inappropriate questions. I will never go back to using them after I have started using Uber.

Los taxistas siempre nos cobraban más por ir a algunos lugares, charlaban demasiado sin necesidad y a veces hacían preguntas incómodas. Después de que empecé a usar Uber, no pienso volver a usar los taxis amarillos nunca más.

El Sindicato de Servicios de Transporte y Propietarios de Taxis no presentó una declaración oficial sobre la decisión del Gobierno. Está esperando una copia de las normas para comentar.

La lucha por los pasajeros es real para los conductores de taxis amarillos. Antes eran la única opción de transporte privado de Jordania, ahora se encuentran totalmente abrumados por la nueva competencia.

Zureiqat dijo a Al-Monitor que el problema se origina en que el Gobierno no brinda un buen sistema de transporte público:

The reasons why these services are successful here is because the government has failed to provide a decent public transport system.

Estos servicios tienen éxito aquí porque el Gobierno no proporcionó un sistema de transporte público decente.

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