En Sri Lanka, familias de desaparecidos atesoran artículos cotidianos que sus seres queridos dejaron – segunda parte

Los parientes de los desaparecidos viven rodeados de posesiones atesoradas, como recordatorio de la ausencia de sus seres queridos. Imagen vía Maatram. Usada con autorización.

Este artículo de Selvaraja Rajasegar apareció originalmente en Groundviews, galardonado sitio web de periodismo ciudadano de Sri Lanka. Una versión traducida y editada se publica acá como parte de un acuerdo con Global Voices para compartir contenido. Lee la primera parte acá.

En febrero de 2017, un grupo de ceilandeses empezó a protestar por el norte (en lugares como Vavuniya, Kilinochchi, Mullaitivu) para pedir la publicación de listas de campos de detención secretos, listas de detenidos o simplemente información sobre qué pasó con sus seres queridos. Aunque el presidente ceilandés Maithripala Sirisena prometió dar a conocer esta información en junio, hasta la fecha no ha cumplido.

Sri Lanka emergió de 30 años de guerra civil en mayo de 2009, cuando el Ejército ceilandés derrotó a los Tigres de Liberación del Eelam Tamil, o LTTE, conocidos como los tigres tamiles. Lucharon casi tres décadas para crear un estado tamil independiente llamado Tamil Eelam en el norte y este de Sri Lanka. En el proceso del conflicto, muchos desaparecieron, no solamente en el norte y el este, donde se lucharon las últimas etapas de la guerra, sino también en el sur de mayoría cingalesa, donde hubo insurrecciones que datan de la década de 1980.

Sin embargo, es perturbador que muchos también desaparecieron después del final de la guerra, cuando las personas entregaron a sus familiares al Ejército (en algunos casos, eran presuntos miembros de LTTE).

Imagen vía Maatram. Usada con autorización.

Los parientes de los desaparecidos se las arreglan. Viven rodeados de atesoradas posesiones, cada una es un recordatorio de la ausencia de su ser querido. Pasan por lugares por los que alguna vez caminaron y se encuentran con personas que sus seres queridos amaron.

Recientemente, Maatram, sitio web de periodismo ciudadano que publica contenido en tamil, visitó a estas familias para hacerles una pregunta difícil: si permitirían que se fotografiaran las posesiones de sus seres queridos. Al hacer esta pregunta, lloraron amargamente. Es difícil describir su dolor con palabras.

Aun así, se presentaron con estos apreciados tesoros, mojados de lágrimas. Creen que sus seres queridos volverán. Su tristeza es enorme.

Esta es la segunda parte de su historia. Como en la primera parte, se han reservado todos los nombres para preservar la privacidad de los entrevistados.

‘Cuando miro su ropa, siento que está vivo’

On April 28, 2009, we were in a bunker. The army came and took us away. One of our sons passed away, and it was our other son who made all the funeral arrangements. After the funeral, he put his brother’s wife and children onto the last ship, but he stayed behind. At that time, he was 23 years old. I still don’t know where he is. On April 12, 2009, he came and left his sarong and shirt at home. To this day, I keep them to remember him. When I look at his clothes, I feel that he is alive. No one can tell me he is not alive. I know that he is.

Él 28 de abril de 2009, estábamos en un refugio subterráneo. El Ejército vino y nos llevó. Uno de nuestros hijos murió, y fue nuestro otro hijo el que hizo todos los arreglos del funeral. Después del funeral, embarcó a la esposa e hijo de su hermano en el último barco, pero él se quedó. En ese tiempo, tenía 23 años. Hasta ahora, no sé dónde está. El 12 de abril de 2009, llegó y dejó su sarong y su camisa en casa. Hasta ahora, los guardo para recordarlo. Cuando miro su ropa, siento que está vivo. Nadie me puede decir que no está vivo. Sé que sí.

Imagen vía Maatram. Usada con autorización.

‘Hemos presentado reclamos por todas partes… Quiero saber si está vivo o muerto’

My son disappeared during the last stage of the war in 2009. So far, we have not heard any information about his whereabouts. He was just 17 years old and was sitting for his Advanced Level examinations. We have lodged complaints everywhere — with the ICRC, numerous commissions, the police and CID. I want to know if he is alive or dead. We have all his possessions, his clothes in a box. When we look at them, we remember him.

Mi hijo desapareció durante la última etapa de la guerra en 2009. Hasta ahora, no hemos tenido ninguna información de su paradero. Solamente tenía 17 años y esta por rendir sus exámanes de nivel avanzado. Hemos presentado reclamos por todas partes –con el Comité Internacional de la Cruz Roja, numerosas comisiones, la policía y el Departamento de Investigación Penal. Quiero saber si está vivo o muerto. Tenemos todas sus pertenencias, su ropa en una caja. Cuando miramos, lo recordamos.

‘Solamente Dios sabe si el Gobierno dará alguna información’

During the last stage of the war, I was injured when we were crossing to the army side. They took the injured people separately, so I got separated from my son. I begged them to let me travel to the hospital with my son. Since that day, I don’t know where he is. Someone said he was in the detention camps. I went to eight camps and looked for him, but he wasn’t at any of them. He was sitting for his Advanced Level examinations at that time. My son isn’t a member of the LTTE, so he has to be alive, I believe that. Only God knows whether the government would give any information.

En la última etapa de la guerra, me lesioné cuando cruzábamos al lado del Ejército. Llevaron a los heridos por separado, así que me separé de mi hijo. Les rogué que me dejaran viajar al hospital con mi hijo. Desde ese día, no sé dónde está. Alguien dijo que estaba en campos de detención. Fui a ocho campos y lo busqué, pero no estaba en ninguno. Estaba rindiendo sus exámenes para el nivel avanzado en esa época. Mi hijo no es miembro del LTTE, así que debe estar vivo, creo eso. Solamente Dios sabe si el Gobierno dará alguna información.

Imagen vía Maatram. Usada con autorización.

‘Fue con un amigo a la playa. Nunca volvió a casa’

My son sat for his Advanced Level examinations in 2006. In 2008, he was forcibly recruited by the LTTE. That same year, in Manalaru, the LTTE sent him to dig for an underground bunker. That area was shelled and he lost a leg. After that, the LTTE released him, and he was with us. Our son went missing during the battle of Mullivaikkal. On that day, he went with a friend to the beach. He never came home after that.

Two of my granddaughters were in the Sencholai Children’s Home, which is in Puthukudiyiruppu. When the army surrounded the area, they were displaced. One of them went missing in the chaos. We have yet to find her as well.

Mi hijo dio sus exámenes de nivel avanzado en 2006. En 2008, fue reclutado a la fuerza por el LTTE. Ese mismo año, en Manalaru, el LTTE lo envió a excavar para un refugio subterráneo. Esa zona fue bombardeada y perdió una pierna. Después de eso, el LTTE lo liberó, y estuvo no nosotros. Nuestro hijo desapareció durante la batalla de Mullivaikkal. Ese día, fue con un amigo a la playa. Nunca volvió a casa.

Dos nietas mías estaba en el hogar de niños de Sencholai, que está en Puthukudiyiruppu. Cuando el Ejército rodeó la zona, los desplazaron. Una se perdió en el caos. Tampoco la hemos encontrado hasta ahora.

‘Mi esposo es miembro del LTTE. Lo entregué al Ejército’

My husband is a member of the LTTE. I handed him over to the army. My husband said, ‘If I go, I won’t return.’ I told him, ‘If everyone is surrendering to the army, why do you think only you won’t come back?’ I have guilt because I am the one who convinced him to surrender although he didn’t want to. Virakesari published a photo, and I recognized my husband, who was fourth in a row of people. I took the photo and lodged complaints everywhere, including the ICRC. I too am an LTTE member but was released from the camp because I have two young children. After being released, the CID continuously harassed me. I told them, ‘I have registered everywhere as a member of the LTTE. If you want to arrest me, then please find my husband and bring him so that he can look after the children. Then you can arrest me.’

Once you hand over someone to the army, they should give details about what happened to them. Though I am a member of the LTTE, I didn’t hide anywhere. I stayed in my house because my husband would know to find me there. If I leave, he wouldn’t be able to find me. So until the government releases him, I will stay here. When my daughter thinks of him, she uses his bedsheet to cover herself.

Mi esposo es miembro del LTTE. Lo entregué al Ejército. Mi esposo dijo: ‘Si voy, no volveré’. Yo le dije: ‘si todos se rinden ante el Ejército, ¿por qué crees que solamente tú no volverás?’. Siento culpa porque yo lo convencí de rendirse aunque él no quería. Virakesari publicó una foto, reconocí a mi esposo, que era el cuarto de una fila de personas. Tomé la foto y persenté reclamos en todas partes, incluido el Comité Internacional de la Cruz Roja. También soy miembro del LTTE, pero me liberaron del campo porque tengo dos hijos pequeños. Tras ser liberada, el Departamento de Investigación Penal siguió acosándome. Les dije: ‘he registrado en todos los lugares como miembro del LTTE. Si quieren arrestarme, entonces, por favor encuentren a mi esposo y tráiganlo para que pueda ciudar a sus hijos. Después pueden venir a arrestarme’.

Cuando entregas a alguien al Ejército, deberían dar detalles de lo que ocurrió con las personas. Aunque soy miembro de LTTE, no me escondí. Me quedé en casa porque mi esposo hubiera podido encontrarme ahí. Si me voy, no podrá encontrarme. Así que hasta que el Gobierno lo libere, me quedaré. Cuando mi hija piensa en su padre, usa su cubrecama para cubrirse.

Imagen vía Maatram. Usada con autorización.

‘La busqué en muchos campos después de la guerra’

I have one son. The LTTE continually asked us to give him to them. The last time, instead of taking my son, they took my daughter. She was in Grade 9. During the final stages of the war, I saw her but once the fighting intensified, I lost track of her. I searched for her in many camps after the war, including the Ambepussa camp. I went to Colombo as well but did not find her there. I don’t know what happened to her.

Tengo un hijo. El LTTE nos pedía continuamente que se lo diéramos. La última vez, en vez de llevarse a mi hijo, se llevaron a mi hija. Estaba en noveno grado. En las últimas etapas de la guerra, la vi, pero una vez que la lucha se intensificó, la perdí la písta. La busqué en muchos campos después de la guerra, hasta en el campo Ambepussa. Fui a Colombo también, pero no la encontré. No sé qué le ocurrió.

‘Aún creo que está viva en algún campo de detención’

I have four daughters. It was the eldest who disappeared. She used to support the family with her income. She went missing during one of the more intense battles near the end of the war when shellfire was heavy. Many people said that they saw her near Vattuvaagal. Since it was a border area between the LTTE and the army, I still believe she is alive and in a detention camp somewhere. My husband is now paralyzed, suffering from depression because of the loss of our daughter.

Tengo cuatro hijas. La mayor es la que ha desaparecido. Ayudaba a la familia con su sueldo. Desapareció durante una de las batallas más intensas cerca del final de la guerra, cuando los bombardeos eran duros. Muchos dicen que la vieron cerca de Vattuvaagal. Como era zona de frontera entre el LTTE y el Ejército, aún creo que está viva en algún campo de detención. Mi esposo está paralizado ahora, sufre de depresión por la pérdida de nuestra hija.

Imagen vía Maatram. Usada con autorización.

‘Entregamos a nuestro hijo al Ejército’

My son worked as a tailor for 15 years. This is a shirt he made himself. He used to make clothes for me and even my daughter’s children. May 17, 2009, we crossed to the army-controlled area and handed our son over to the army. We did so, believing that they would release my son. After that, we never saw him.

Mi hijo trabajó como sastre durante 15 años. Esta es una camisa que hizo para él. Hacía ropa para mí y los hijos de mi hija. El 17 de mayo de 2009, cruzamos a la zona controlada por el Ejército y entregamos a nuestro hijo al Ejército. Lo hicimos porque creíamos que lo liberarían pronto. Después de eso, no lo vimos más.

El temor de que se olviden sus historias es lo que lleva a estas familias a continuar su protesta. Para muchas familias, el dolor sigue tan fuerte como el día que descubrieron que sus seres querridos no volverían a casa. Están dispuestos a llegar hasta el final.

Ruki Fernando, activista de derechos humanos, comentó:

It’s the lack of progress on the part of the government that has led to a series of protests highlighting, among other issues, the plight of families of the disappeared, political prisoners, militarisation and land occupation.

Es la falta de progreso por parte del Gobierno lo que llevó a una serie de protestas que pusieron de relieve, entre otras cosas, las dificultades de las familias de desaparecidos, prisioneros políticos, militarización y ocupación de tierras.

El gobierno de Sirisena prometió crear la Oficina de Personas Desaparecidas de Sri Lanka, que debía empezar a funcionar en septiembre de 2017 para indagar sobre la desaparición de miles de personas durante la guerra civil –pero el lanzamiento se pospuso hasta 2018. Mientras, las familias de los desaparecidos siguen esperando respuestas.

Este video publicado por el Centro para Políticas Alternativas (CPA), a donde pertenece Maatram institucionalmente, muestra algunos testimonios en tamil:

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