La criminalización contra los defensores de derechos humanos se pone de manifiesto en el juicio contra Helena Maleno

Captura de pantalla de la entrevista hecha a Helena Maleno por Javier Sánchez Salcedo para el medio Mundo Negro. Disponible en YouTube y en su versión completa en el sitio de Mundo Negro.

El 31 de enero deberá comparecer por segunda vez frente a las autoridades marroquíes la activista de derechos humanos e investigadora española Helena Maleno, acusada de participar en una red de tráfico de personas desde el Mediterráneo. La citación será un capítulo más en una lista de encuentros con representantes gubernamentales que empezaría en España y que continúa en Marruecos, donde Maleno trabaja desde hace 16 años para asistir a los migrantes en peligro a la deriva.

Maleno es miembro de la ONG Caminando Fronteras, una organización dedicada al apoyo de las redes migrantes provenientes, en su mayoría, de África Subsahariana. La acusación viene, en concreto, por las llamadas hechas a Salvamento Marítimo para avisar de la presencia de pateras en peligro.

Los numerosos medios que la han entrevistado en los últimos días destacan con frecuencia cómo Maleno está siempre pegada al móvil, recibiendo constantemente llamadas de emergencia provenientes de personas en situación de alto riesgo en el mar. «Mi teléfono está a disposición de ellos. A muchos de los que me llaman no los conozco, se pasan el número de unos a otros y me llaman en casos de emergencia» explica Maleno durante una entrevista con el diario español El País.

El caso tuvo su origen en España, donde el tribunal concluyó que no había delito en el trabajo de Maleno en abril de 2017. No obstante, el gobierno marroquí retomó el caso a partir de una denuncia hecha por una unidad de la policía española: la Unidad Central contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) que estuvo también tras la denuncia que se hizo en España.

En entrevista con El País, Maleno expuso su confianza en el sistema judicial de Marruecos, pero también su preocupación por la criminalización del trabajo humanitario y su sorpresa por la estrategia de las autoridades españolas:

Lo que no entiendo es por qué la policía española envió a Marruecos un expediente donde se me acusa de tráfico de seres humanos cuando un fiscal en España ya ha dicho que el caso está cerrado. No podemos abrir un precedente donde se persiga a quienes hacen un trabajo humanitario.

Criminalización de la migración y de la labor humanitaria

Esta misma preocupación ha sido compartida por varios activistas y organizaciones que apoyan la labor de Maleno, como los miembros del equipo directivo de la Fundación porCausa, una organización de periodistas e investigadores dedicados a la representación de la migración en los medios de comunicación.

En un artículo firmado de modo conjunto en El País los miembros destacan que, de prosperar el proceso judicial, los perjuicios podrían ser graves no solo para Maleno y para Caminando Fronteras, sino también para quienes trabajan en la protección de los derechos humanos de quienes toman la ruta del Mediterráneo:

…la personificación de una ofensiva política como la que realiza Marruecos contra Helena Maleno es un modo de amedrentar a todos aquellos que quieran hacer algo parecido. Esto debilitará aún más las escasas redes de protección de los migrantes que utilizan esta ruta […] La posibilidad de que el Ministerio del Interior español –o algunos de sus miembros- haya trasladado a Marruecos la ofensiva que no tuvo éxito aquí [en España] reviste una gravedad tan extraordinaria que debe ser aclarada cuanto antes.

Y continúan:

…la frontera Sur de España es el escenario de muchas ilegalidades, ninguna de ellas relacionada con la actividad de Maleno: devoluciones en caliente (sancionadas por el Tribunal de Estrasburgo), vulneración de otras garantías de protección internacional, detenciones arbitrariasmalos tratos e ignorancia de los derechos de los menores, por citar solo los delitos más gruesos. Pero la involucración en un hostigamiento tan feroz a los defensores de derechos humanos sería cruzar un punto de no retorno.

Las «devoluciones en caliente» a las que se hace referencia comprenden la deportación a la fuerza hecha a los migrantes que logran cruzar la frontera en España. Esta deportación tiene lugar sin aplicación alguna de las protecciones que contempla la legislación internacional de extranjería.

El caso de Maleno no es único. Otro ejemplo lo constituye José Palazón, presidente de la ONG Pro Derechos de la Infancia, quien de acuerdo con Amnistía Internacional fue atacado injustamente por algunos de los medios de la ciudad de Melilla. Los ataques vinieron también de parte del Consejero del Bienestar Social y buscaron estigmatizar la labor de Palazón al decir que no era más que «una lucha personal» sin beneficiarios.

Con la criminalización y la estigmatización de la labor humanitaria se normaliza también el clima de rechazo a los migrantes que llegan a Europa. Este clima se ha expandido en la Unión y se conecta con la trágica cifra que suma más de 14.000 fallecidos en el Mediterráneo desde el inicio de la crisis en 2014 .

#DefenderAQuienDefiende

Las muestras de solidaridad han sido abundantes y visibles en las redes. En una de las etiquetas que reúne estas muestras, #DefenderAQuienDefiendecircula también una petición hecha en la plataforma de Oxfam Intermón para exigir al gobierno español que ayude a Maleno. Con la petición se ven al mismo tiempo muestras de solidaridad como la que tuvo lugar en la ciudad española de Granada, donde miembros de más de 20 organizaciones se mostraron solidarias con Helena Maleno y su labor:

Con su sistema de alertas, Maleno y Caminando Fronteras han colaborado con el rescate de cientos de personas que se han embarcado hacia el Mediterráneo en situaciones de alta vulnerabilidad. Su trabajo ha colaborado también con la calidad de vida de los migrantes y con el reconocimiento de sus derechos fundamentales.

Por este trabajo de activismo y de denuncia social Maleno fue premiada en 2015 por Consejo General de la Abogacía Española.

La base del trabajo de Maleno y de Caminando Fronteras se entiende también desde un esfuerzo por la humanización de las personas que se embarcan hacia Europa. Parte de este esfuerzo es visible también en los trabajos de sensibilización hechos por la activista y por la organización que buscan hacer entender a los ciudadanos europeos las circunstancias y la resiliencia de las poblaciones que llegan a sus fronteras:

No quiero que haya devoluciones en caliente […] No porque tú seas de Guinea Bissau, no porque seas negro;es porque no quiero que el mundo haya devoluciones en caliente […] porque hoy eres tú y mañana seremos nosotros […] Esto puede cambiar puede dar la vuelta en cualquier momento […] Todos estamos en la misma patera […] si esto se hunde nos hundimos todos.

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