Luego de ingresar a supermodelo a hospital mental, sanvicentinos temen que política y patriarcado estén en juego

Captura de pantalla de la exmodelo sanvicentina Yugge Farrell tomada de un video público publicado en Facebook, donde desmiente declaraciones de chantaje por el primer ministro Ralph Gonsalves y su hijo, Camillo, actual ministro de Finanzas del país.

Una joven estrella de programas de televisión en San Vicente y las Granadinas ha pasado gran parte de enero de 2018 en un hospital mental por órdenes de una corte local. Su estadía ahí fue resultado de una serie de acontecimientos que comenzaron cuando la exmodelo supuestamente llamó «perra sucia» a la esposa del ministro de Finanzas sanvicentino, Camillo Gonsalves.

Los fiscales presentaron cargos por obscenidad contra Yugge Farrell, de 22 años, finalista en la temporada de 2015 de Caribbean's Next Top Model, que afirma haber tenido una aventura con el ministro. Luego de que la modelo se declarara inocente de la acusación de lenguaje ofensivo, la corte, no convencida de su aptitud para litigar, ordenó que pasara dos semanas en un hospital mental. Ahí debía someterse a evaluación psiquiátrica.

El 6 de enero, dos días después de incidente inicial, Farrell publicó en Instagram una serie de videos donde sale vociferando –los videos han sido eliminados– y afirmando que Gonsalves tenía una relación sexual con ella.

Para complicar más las cosas, el padre de Gonsalves es Ralph Gonsalves, el primer ministro del país insular.

El primer ministro Gonsalves aconsejó a su hijo que no hiciera comentarios sobre el tema, pero la familia Gonsalves mantiene su afirmación de que Farrel tiene una enfermedad mental. También aseguran que Farrell los ha amenazado y que los «antecedentes» con el tiempo saldrán a la luz.

Luego de que Farrell completara dos semanas en el centro de salud mental de San Vicente y las Granadinas, reapareció en la corte, solo para ser enviada nuevamente a la institución psiquiátrica para observación adicional, de acuerdo a un informe clínico que decía que no está apta para hacer una declaración.

iWitness Network, medio de comunicación, informó que la fiscalía  no presentó evidencia que demostrara que Farrell estuviera mentalmente incapacitada, y ha sugerido que «todos los sanvicentinos deben estar preocupados» por la trayectoria de los eventos.

Internautas cuestionan desequilibrio de poder entre Farrell y Gonsalves

Tanto en línea como fuera de línea, la controversia política viene con el trasfondo del movimiento mundial #MeToo, etiqueta regional del Caribe similar #LifeinLeggings [La vida con mallas], y la de Jamaica #TambourineArmy [Brigada Pandereta], cuya etiqueta #SayTheirNames [di sus nombres] alentó a las víctimas de abuso sexual a romper el silencio con revelaciones públicas de los responsables y pedidos de justicia por abuso sexual.

Una declaración de solidaridad calificó la situación de Farrell de «grave violación de los derechos humanos», y condenó «la persecución y maltrato de la señorita Yugge Farrell por las autoridades legales, médicas y políticas de San Vicente y las Granadinas».

Pero la Asociación de Derechos Humanos de San Vicente y las Granadinas mencionó que la corte tiene el poder de realizar tales órdenes de evaluación psiquiátrica, y por lo tanto actuó en su derecho.

El caso presenta desigualdades concretas en reputación, normas de género y acceso a la justicia. Como se puede suponer, Gonsalves tiene mucha más influencia en la sociedad sanvicentina, y los internautas discuten si es que la familia del político ha usado su poder o no para intentar intimidar a Farrell.

Al menos un político de oposición está pintando la controversia como una versión moderna de la historia de David y Goliat. En una entrevista con iWitness, el parlamentario Daniel Cummings dijo:

This incident speaks to so many wrongs in our society […] the inability of ordinary folk to access the fairness of our judicial system, to have equal opportunity to get treatment across the board, as if for king and peasants. It demonstrates in a very clear way that those in authority feel that the laws do not apply to them and they can do as they like.

Este incidente habla de tantos errores en nuestra sociedad […] la incapacidad de una persona común y corriente para acceder a la imparcialidad de nuestro sistema judicial, para tener las mismas oportunidades de recibir tratamiento en todos lados, como un rey o campesinos. Demuestra de manera clara que aquellos con autoridad sienten que las leyes no aplican para ellos y que pueden hacer lo que quieran.

El 17 de enero, el líder de la oposición del país exigió que Camillo Gonsalves pusiera paños fríos sobre el tema o renunciara.

Posteriormente, la madre de Farrell dio una entrevista, que se publicó en Facebook, donde afirma haberse juntado con el primer ministro para discutir la supuesta relación de los hijos de ambos. iWitness también reportó que la señorita Farrell pasó un tiempo en la cárcel luego de ser condenada de causar la muerte de su hijo. La madre también afirma que, junto con el padre de Yugge, enfrenta acusaciones por incendio intencional e intento de homicidio.

Pero estos complicados argumentos secundarios no impiden que los usuarios de medios sociales se manifiesten en defensa de Yugge. En un video de YouTube, Allan P llamó la situación «un abuso de poder político». Mientras tanto, una videobloguera pensó que el tiempo que pasó Farrell en la institución mental fue un castigo «excesivo» y consideró la situación preocupante, especialmente si se tienen en cuenta las acusaciones de acoso sexual anteriores contra el primer ministro.

Desde entonces, el primer ministro Gonsalves ha declarado que las «cartas de chantaje» –supuestamente de Yugge– amenazaban a la familia Gonsalves, pero Farrell desmintió esta declaración.

En Facebook, Holly Bynoe describió el lío de la siguiente manera:

HUMANITARIAN CRISIS going on in St. Vincent and the Grenadines, via the ABUSE OF POWER, dictatorial politics, misogyny and patriarchal allowance that permits these men in power to obliterate the life of a young woman.

Hay una CRISIS HUMANITARIA en San Vicente y las Granadinas, a través del ABUSO DEL PODER, políticas dictatoriales, misoginia y el permiso patriarcal que permite a estos hombres al poder destruir la vida de una joven.

Agregó que era hora de que las mujeres se pronunciaran:

I am beyond SICK to my stomach, disgusted, and angry about how they are dealing with Yugge Farrell’s case. And, of course, wondering who’s next, which one of us- ‘unstable, hysterical, mentally challenged, irrational, crazy, deranged women’ – are going to be the next on the chopping block? […]

It isn’t hard to do the right thing. It is however hard to resist against this violence, hatred and continuous betrayal and oppression. But like every season, the times are changing and it is time for us to speak our truths. It is time to RESIST and revolt against this abuse. […] we aren’t chattel, we are not your property. We are not here for your pleasure. We are not here for your good time.

We are not here for be a repository for your anger and disappointment. We don’t exist to support your fragile egos. We are not here to make you feel better. We aren’t here to protect your vulnerability.

We will not disappear.

If Yugge doesn’t have access to justice, what makes us think that any of us are protected?

#yuggefarrell#iamcrazytoo#resist#endgenderviolence

Estoy más que ASQUEADA, disgustada y enojada por la forma que se está lidiando con el caso de Yugge Farrell. Y, por supuesto, me pregunto quién sigue, ¿cuál de nosotras –«mujeres inestables, histéricas, con capacidades diferentes, irracionales, locas, trastornadas»– será la siguiente en el patíbulo? […]

No es difícil hacer lo correcto. Sin embargo, es difícil resistirse a esta violencia, odio y traición y opresión continua. Pero como en cada temporada, los tiempos están cambiando y es hora de que digamos nuestras verdades. Es hora de RESISTIR y rebelarse contra este abuso. […] no somos esclavas, no somos de tu propiedad. No estamos aquí para darte placer. No estamos aquí para que pases un buen rato.

No estamos aquí para ser un depósito de tu rabia y decepción. No existimos para apoyar tu frágil ego. No estamos aquí para que te sientas mejor. No estamos aquí para proteger tu vulnerabilidad.

No vamos a desaparecer.

Si Yugge no tiene acceso a la justicia, ¿qué nos hace creer que estamos protegidas?

La imagen de Yugge y la etiqueta #IAmCrazyToo [también estoy loca] han sido estampadas en camisetas e imágenes en apoyo a la causa de Farrell, los activistas se están pronunciando en su nombre y algunos sanvicentinos están preguntando si se está pisoteando la Constitución del país.

¿Presentarán la ley de cibercrimen para resistir?

Aunque no se ha citado en el caso contra Farrell, la ley de cibercrimen del país ha sido prioridad para los internautas en medio de controversias como esta. El 12 de agosto de 2016, el gobierno de Gonsalves aprobó la Ley en el Parlamento –concede hasta dos años de cárcel para internautas encontrados culpables de difamación en línea. En ese entonces, la ley causó preocupación entre políticos de oposición y organizaciones de derechos humanos, que citaban amenazas a la libertad de expresión.

Por ejemplo, la sección 16 (3) de la ley manifiesta: «Una persona que, intencional o imprudentemente use un sistema computarizado para difundir cualquier información, declaración o imagen; y exponga asuntos privados de otra persona, y someta así a la otra persona al ridículo, desprecio, odio o vergüenza, comete una infracción», por la que se le puede otorgar una sentencia a cárcel de hasta cinco años o una multa de $200.000 dólares del Caribe Oriental (poco más de US$74.000).

La directora de Reporteros Sin Fronteras (RSF) en Estados Unidos, Delphine Halgand, discrepó con algunas cláusulas de la ley, a las que llamó «extremadamente dañinas para el flujo libre de noticias e información y para el debate público».

Sin embargo, la Asociación de Derechos Humanos de San Vicente y las Granadinas hizo alusión a la ley de cibercrimen, en una declaración sobre el caso de Farrell, donde menciona que «el público general se abstiene de publicar y reproducir material que probablemente pueda ser objeto de responsabilidad criminal, bajo la ley de cibercrimen o civilmente, sujeta a las leyes de difamación».

La siguiente comparecencia de Yugge Farrell en la corte ha sido programada para dentro de casi un año, el 17 de diciembre de 2018. No está claro por qué la fecha de audiencia ha sido pospuesta de tal manera.

Mucho de lo que se ha informado acerca del caso de Yugge, las respuestas de la familia Gonsalves y las consecuencias legales de las acciones por ambos lados han sido difíciles de confirmar. Sin embargo, lo que está completamente claro es que la historia ha tocado profundamente a la sociedad sanvicentina.

CORRECCIÓN: La versión original de este artículo describió la Asociación de Derechos Humanos de San Vicente y las Granadinas como «establecida y regulada por la Constitución del país». La asociación se rige por su propia constitución, no por la del Gobierno nacional.

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