Millones de personas paran y toman las calles en la mayor huelga feminista de la historia de España

Manifestaciones del 8-M en Madrid, Barcelona, Sevilla y Vigo. Fotos tomadas de eldiario.es, con licencia CC-BY-SA

Más de cinco millones de personas han parado hoy en España para reivindicar la lucha feminista, cifra que según los sindicatos, podría acercarse a los seis millones.

El éxito de esta convocatoria ha sido tal, que incluso los medios internacionales le han dedicado numerosas páginas. Las mujeres han parado en el ámbito laboral y en el hogar: los delantales colgados en los balcones daban fe de la huelga menos evidente, la de miles de mujeres con personas a su cargo que se han unido al paro, o mostraban el apoyo de aquellas cuyas cargas no se lo han permitido. Cientos de miles de personas han tomado las calles en todas las ciudades del país en una marea que muchos consideran un momento histórico, un punto de inflexión de la lucha por la igualdad de género.

Este éxito se debe a varios factores. Indudablemente, pesan los efecto de la crisis, que ha golpeado más duramente a las mujeres que a los hombres. El paro femenino es un 3,4% mayor  que el masculino, y su precariedad laboral triplica la de los hombres, mientras que la brecha salarial, según el último informe de eurostat, se sitúa en el 14,9%, lo que después se traduce también en pensiones más bajas y en un mayor porcentaje de mujeres en situación de desamparo.

También los medios tradicionales y sociales han contribuido a que la convocatoria se convirtiera en una acción masiva. En los últimos días, la prensa no ha dejado de indagar las opiniones de los políticos más influyentes sobre esta huelga feminista. Las respuestas han ido del apoyo incondicional de los líderes de Unidos Podemos, pasando por una reacción más tibia del PSOE y el apoyo a las reivindicaciones pero no a la huelga de Ciudadanos, al rechazo frontal del Partido Popular que gobierna el país.

Mención especial merece el radical cambio de postura este último partido, cuyos miembros comenzaron la semana con un argumentario que acusaba la huelga de apostar «por el enfrentamiento entre hombres y mujeres» y de pretender «romper nuestro modelo de sociedad occidental» y la tachaba de «irresponsable, elitista e insolidaria». A un día de la convocatoria, el presidente Mariano Rajoy sorprendió a todos apoyando las acciones feministas y desautorizando las palabras de varias líderes de su partido, algunas de las cuales llegaron a preguntarse «¿quién va a cuidar a los mayores y menores?»:

¿No pueden esas mujeres ir a la huelga? ¿No pueden las autónomas ir a la huelga? Esa huelga es para las élites feministas y no para las mujeres reales que tienen obligaciones.

Posturas que no se suman: la discusión sobre el racismo dentro del movimiento feminista español

El colectivo Afroféminas informó hace unos días de que no pensaba sumarse a la huelga por considerarla producto de un «feminismo mainstream expresamente blanco»:

No hay representación, ni visibilización de nuestras posturas, y nuestra principal reivindicación como mujeres racializadas [es que] el racismo se obvia, ya que en realidad, no se le da ninguna importancia. La brecha más grande es entre blancxs y racializadxs.

Esta postura ha provocado que algunas feministas se soliviantasen, como «qwerty», que dejó este comentario en el sitio:

Vamos, el problema es que no os victimizan lo suficiente. En lugar de pelear por salir adelante, a llorar para dar pena. Claro que sí, guapis.

Aunque la mayor parte ha comprendido las razones del colectivo, como Carolina, que también participó en la discusión dentro del sitio:

Gracias por vuestro testimonio, de este nos queda reflexionar y trabajar todo lo posible para incluir a todas. No hay excusas que valgan, hay que trabajar esto ya. Gracias.

Las posiciones de la Iglesia y las respuestas en las redes

También la Iglesia católica se pronunció sobre el movimiento feminista que ha desembocado en esta jornada, aunque las opiniones han sido muy dispares. Por una parte, el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, afirmó que comprendía a las mujeres que secundarán la huelga, porque deben «defender sus derechos», y remató: «Lo haría también, lo hace también de hecho, la Santísima Virgen María». Sin embargo, el obispo de San Sebastián, Ignacio Munilla, bien conocido por sus controvertidas opiniones ultraconservadoras, dijo en un programa de la emisora Radio María:

Es curioso cómo el demonio puede meter un gol desde las propias filas. El feminismo, al haber asumido la ideología de género, se ha hecho una especie de ‘hara kiri’

Eso ha ocasionado que Filosofía Perdida haya contestado así en Twitter:

Precisamente la etiqueta #EsMachismoCuando ha sido tendencia durante los últimos días en la red social, donde se ha producido un encendido debate:

Otros utilizaban la misma etiqueta para expresar opiniones totalmente contrarias:

Sea como sea, está claro que el 8-M de 2018 pasará a la historia como un día clave de las reivindicaciones feministas en España.

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