Sri Lanka declara estado de emergencia luego de violencia contra los mulsumanes

Casas de familias musulmanas quemadas supuestamente por una multitud budista en Aluthgama, Sri Lanka, en junio de 2014. Imagen vía Flickr de Vikalpa|Groundviews|Maatram. CC BY 2.0.

El miércoles 7 de marzo de 2018, el Gobierno de Sri Lanka declaró diez días de estado de emergencia en todo el país para detener la violencia comunitaria entre budistas y musulmanes en el centro de Sri Lanka y llevar a los culpables ante la justicia:

Sri Lanka, obligada a declarar 10 días de estado de emergencia tras la violencia contra los musulmanes.

Sinhala Azzam Ameen, reportero y productor de la BBC, tuiteó:

Violencia en Sri Lanka: Declaran estado de emergencia por ataques
Las autoridades tratan de detener la difusión de enfrentamientos violentos entre budistas y musulmanes
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Sri Lanka declara su primer estado de emergencia en siete años. Bajo estado de emergencia, las autoridades pueden arrestar y detener a sospechosos durante largos períodos y desplegar fuerzas donde sea necesario.

La violencia comenzó la noche del domingo 4 de marzo en varias localidades del distrito de Kandy, en la provincia central de Sri Lanka, con ataques de multitudes budistas a docenas de negocios musulmanes, algunas mezquitas y casas.

El origen de la violencia está en un altercado entre tres o cuatro jóvenes supuestamente ebrios en un motocarro y Heepitiyegedara Kumarasinghe, camionero cingalés de 41 años. El incidente tuvo lugar el 22 de febrero en Teldeniya, localidad cercana a la ciudad de Kandy.

Aparentemente, el altercado se debió a un accidente de tráfico y no por cuestiones raciales o étnicas. Kumarasinghe y su ayudante fueron apaleados por el grupo de jóvenes y llevados al hospital. Hasta la fecha, la policía ha arrestado a tres sospechosos que guardan conexión con el crimen. Los tres son jóvenes musulmanes de Digana, Kandy.

¿Qué desató los disturbios?

Ubicación de Kandy en Sri Lanka. Imagen de Wikimedia Commons por el usuario NordNordWest,. CC BY-SA 3.0.

La noche del viernes del 2 de marzo, Kumarasinghe falleció por las heridas mientras recibía tratamiento en el Hospital General de Kandy, un hecho que provocó protestas locales. Según se informó, la familia de Kumarasinghe fue indemnizada y el asunto se resolvió amistosamente entre las comunidades locales budistas y musulmanas para así aliviar cualquier tensión entre ambos grupos.

Sin embargo, la violencia se desató la noche del domingo al lunes 5 de marzo en lugares como Teldeniya y Digana, distrito de Kandy, con el incendio de muchas tiendas y casas de musulmanes por radicales cingaleses budistas.

Las escuelas de la región permanecieron cerradas tras los altercados. Los líderes locales dicen que la multitud llegó de otras partes del país para instigar los disturbios y que la policía no hizo lo suficiente. Tisaranee Gunasekara escribió en Groundviews:

If the anti-Muslim riot in Teldeniya was a spontaneous explosion of anger, it should have happened either on the day of the assault or on the day the victim died. But up to the evening of March 4th, Teldeniya didn’t explode.

On the evening of March 4th Bhikku (Monk) Galagoda-Atte Gnanasara (Secretary General of Bodu Bala Sena, a Sinhalese Buddhist nationalist organisation) visited the funeral house. A couple of hours later the first attacks began.

Si los disturbios contra los musulmanes en Teldeniya fue una explosión repentina de odio, debería haber ocurrido o en el día de la agresión o en el que falleció la víctima. Sin embargo, hasta la tarde del 4 de marzo, Teldeniya no explotó.

La tarde del 4 de marzo, Bhikku (monje) Galagoda-Atte Gnanasara (secretario general del Bodu Bala Sena, organización nacionalista cingalesa y budista) fue al velorio. Un par de horas después los ataques comenzaron.

En Teldeniya, las redes sociales movilizaron a los budistas cingaleses para que se reunieran el 5 de marzo de 2018 a las 10:00 horas. A las 13:00 aproximadamente comenzó la destrucción de propiedades musulmanas.

Dharisha, periodista, tuiteó:

En otro comunicado de esta noche, el Gobierno condena las campañas de odio y de desinformación organizadas especialmente en las redes sociales, en particular contra la comunidad musulmana.

Se ha informado de al menos un fallecido en las revueltas. El cuerpo de Abdul Basith, joven musulmán de 24 años, fue retirado de entre los escombros después de que un incendio destruyera su hogar. La policía arrestó a muchas personas relacionadas con ese incidente. La policía lanzó gas lacrimógeno para dispersar a la multitud en la comisaría de Teldeniya, donde se reunió para pedir la libertad de los arrestados. Al ver que no podían controlar la situación, tuvieron que llamar al Ejército e imponer el toque de queda local.

El 7 de marzo un total de cuatro mezquitas, 37 casas, 46 tiendas y decenas de vehículos estaban dañados o destruidos como resultado de los disturbios tanto en Digana como en otras localidades del distrito de Kandy. Un grupo de ciudadanos y clérigos budistas se manifestaron para pedir la liberación de todos los sospechosos budistas arrestados por su participación en las revueltas.

«Cuatro mezquitas, 37 casas, 46 tiendas y 35 vehículos dañados en Digana y Teldeniya debido a los ataques», Hidaayath Satthar, concejal de la Provincia Central.

Este video muestra aprte de los daños resultantes de la violencia en Teldenya:

Las tensiones siguen en aumento

Los musulmanes conforman un 10 % de la población de Sri Lanka, de unos 21 millones. Un 70 % de la población profesa el budismo (sobre todo la escuela Theravada), mientras que el resto sigue la tradición hindú. Desde el punto de vista étnico, el 75 % de los habitantes del país son cingaleses, un 10 % son moros de Sri Lanka (musulmán en tamil) y casi un 15 % son tamiles (de Sri Lanka e India).

Distribución de los grupos étnicos en Sri Lanka según el censo de 2012. Imagen de Wikimedia Commons por el usuario BishkekRocks. CC BY-SA 4.0

Los musulmanes y los budistas han vivido en paz conjuntamente en Sri Lanka durante décadas. Aun así, en los últimos han aumentado las tensiones entre ambas comunidades. En 2014, al menos tres musulmanes murieron asesinados y otros 74 acabaron heridos tras la violencia sectaria en Aluthgama, localidad costera el distrito de Kalutara, Provincia Oeste de Sri Lanka. El grupo de opositores budistas Bodhu Bala Sena (BBS) jugó un papel esencial en los disturbios contra los musulmanes.

El pasado año hubo en el país ataques contra musulmanes, incluidas agresiones a negocios de musulmanes y ataques con cócteles molotov a mezquitas. En algunos casos, los budistas de l{inea dura atacaron a la comunidad musulmana y la acusaron de obligar a la gente a convertirse al islam y de destrozar restos arqueológicos budistas. En noviembre de 2017, tuvieron lugar enfrentamientos entre ambas comunidades en la ciudad costera de Gintota, estado de Galle.

A principios de marzo hubo violencia de origen étnico en Ampara, en la Provincia Este. Muchas organizaciones budistas opositoras vinculadas a estos últimos episodios de violencia son partidarias del expresidente Mahinda Rajapakse, cuyo partido político Sri Lanka Podujana Peramuna (Partido de la Libertad de Sri Lanka) obtuvo un buen resultado en las últimas elecciones locales.

Aman Ashraff, director creativo y consultor, advierte:

Durante 30 años, Sri Lanka vio cómo sus calles se vuelven rojas por la sangre de sus niños. ¿Han olvidado las pérdidas? ¿El miedo? ¿El dolor? ¿El sufrimiento? ¿Han aprendido algo? ¿Cuándo entrarán en razón? ¿Cuándo actuarán?

No obstante, hay una novedad alentadora sobre la situación en Dingana:

Pese a muchos incidentes durante el toque de queda, un vecino de Muruthalawa dice que un monje budista y unos niños sinhala pasan la noche en una mezquita para garantizar su seguridad.

Maithripala Sirisena, presidente de Sri Lanka, ha pedido una investigación imparcial e independiente sobre el incidente. El líder de la oposición, R. Sampanthan, dijo que los ataques contra los musulmanes son indicadores de una sensación de impunidad entre los culpables, quienes creen que podrán salirse con la suya.

Queda por ver si los que provocaron los disturbios comparecen ante la justicia.

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