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En Corea, el derecho, el entretenimiento y la política sienten la furia del #MeToo

Categorías: Asia Oriental, Corea del Sur, Derecho, Medios ciudadanos, Mujer y género, Política, The Bridge
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Captura de pantalla de la emisión de la JTBC donde la fiscal Seo Ji-Hyun (en la imagen) habló sobre la conducta sexual inapropiada en el sistema legal surcoreano, unida a la etiqueta #MeToo (patrón de texto digital en una versión 25 de pantalla RGB) por Wolfmann (CC BY-SA 4.0). Edición de imagen de Georgia Popplewell.

El mes de febrero fue complicado para Corea. En tres ciudades del este, incluida Pyeongchang, se celebró el mayor acontecimiento de deportes de invierno en el mundo [2], que unió a atletas de todos los países para reír y llorar por sus bien libradas batallas. Sin embargo, en todo el país, muchos coreanos luchaban en una batalla diferente –una más larga, ardua y solitaria.

Cuando el movimiento #MeToo [3] [Yo también] empezó a difundirse, los medios coreanos prácticamente no lo mencionaron en sus secciones de «noticias internacionales». Algunos alabaron y envidiaron estos avances «extranjeros», mientras que otros lo vieron como externos. Sin embargo, todo cambió el 29 de enero.

Ese día, la fiscal Seo Ji-hyun apareció [4] en la cadena coreana de cable JTBC News Room y anunció que había sufrido acoso sexual [5] por parte de un importante fiscal durante un funeral en 2010. Seo destacó que hacía público el incidente ocho años después tras darse cuenta de que nada cambia si una víctima permanece callada. También reveló otro caso de violación de este fiscal, y añadió que no le correspondía a ella discutir sobre los detalles. El relato tranquilo y firme de Seo, que ha sido reconocida dos veces durante los 15 años de su carrera como fiscal, enfureció al país.

Mientras las revelaciones de los detalles y la información resultante del testimonio de Seo impactaban al país, un poema publicado en diciembre de 2017 [6] logró captar la atención de la población.

El Goemul («monstruo» en coreano), de la poetisa Choi Young-mi [7], describe el acoso sexual de un escritor llamado «En» a jóvenes escritores. Hacia el final del poema, el narrador insinúa que En fue un nominado al Premio Nobel de Literatura. El público llevó su mirada automáticamente hacia el poeta Ko Un [8], nominado al Nobel de Literatura durante 15 años seguidos. Si bien Choi insistió en que Goemul es un trabajo literario, muchas mujeres de la comunidad literaria surcoreana se han presentado y acusado a Ko de conducta sexual inapropiada durante décadas.

#MeToo se extiende como el fuego
El movimiento empezó a propagarse como el fuego. Después llegó el testimonio de una actriz, que acusó al conocido director de cine Kim Ku-duk de violarla [9]. Luego, siguieron acusaciones semejantes de otras dos mujeres contra el mismo Kin.

Otro relato acusó de conducta sexual no apropiada a Lee Yoon-taek [10], director artístico de Yeonheedan, uno de los grupos de teatro más importantes de Corea del Sur. Tal como señalaron declaraciones posteriores, Lee se disculpó por su comportamiento pero negó los casos de violación.

Después, Oh Dal-su [11], denominado «el coreano de 100 millones de visitas [12]«, negó primero, y luego admitió [13], acusaciones de acoso sexual.

Veinte víctimas testificaron contra el actor Jo Min-ki [14], también profesor de la Universidad de Cheongju, con acusaciones de acoso sexual. El 9 de marzo Jo fue hallado muerto [15] en su apartamento de Seúl.

El actor Choi Yul también mencionó [16] a su homólogo Jo Jae-hyun en su cuenta de Instagram [17] con los siguientes términos: «Estaba esperando a que te denunciaran». Jo Jae-hyun también admitió su culpa [18] y renunció a su cargo de profesor en la Universidad de Kyungsung

La proliferación de los testimonios #MeToo también llevaron a Choi Il-hwa [19], director de la asociación de actores coreanos, a confesar su infracción –en la primera vez en Corea que un agresor hablaba antes de ser acusado. A continuación, los periodistas de la emisora pública KBS expresaron su opinión y contaron sus propias historias. Las historias #MeToo siguen surgiendo de todas partes, señalando a agresores de todos los sectores de Corea.

La campaña se expande del ámbito del entretenimiento al político
Finalmente, las confesiones del #MeToo llegaron al ámbito político, y comenzaron con un testimonio contra el exgobernador de la provincia de Chungcheongnam, Ahn Hee-jung, nada menos que de su propia secretaria. Ahn, a quien se consideraba candidato presidencial del partido gobernante en las próximas elecciones, se apresuró a renunciar [20]. El exparlamentario Jeong Bong-ju postergó sus planes de postular a la alcaldía de Seúl tras recibir también acusaciones [21].

La velocidad y el acance de las revelaciones también destacaron cómo una desprevenida Corea iba a abordar una situación así.

Tal como la fiscal Seo señaló, las víctimas no se ven libres de limitaciones legales. El delito del artículo 307 en Corea [22] (difamación) determina que «una persona que difama a otra cuando alegando hechos públicamente– no necesariamente falsos –será penada con prisión… no mayor de dos años o con una multa que no exceda de los cinco millones de won (unos 4,600 dólares)». El apoyo de la sociedad tampoco ofrecía mucho mediante la protección.

De los 556 casos de acoso sexual en el trabajo denunciados en 2016, solo uno fue procesado por la fiscalía, y 7 de cada 10 víctimas dejaron su trabajo tras denunciarlo. Entre 2012 y 2016, solo 9 de 2.109 casos de delitos sexuales [23] conllevaron  enjuiciamiento, estadística que también destacó el Comité de Eliminación de Discriminación a la mujer (CEDAW) durante la sesión para el ocatvo informe periódico de la nación.

#MeToo está llevando cambios a Corea del Sur
Aunque de forma lenta pero segura, #MeToo está llevando cambios a Corea del Sur.

El aumento de las revelaciones «MeToo» ha arrojado luz sobre la gravedad de un asunto que ha permanecido en la sombra durante décadas. En la sociedad surcoreana, ajena en el pasado a las declaraciones de las víctimas, las revelaciones mostraron lo difundido que está el problema. También el enorme papel que juega el poder en la conducta sexual inapropiada, y lo inaceptable de esta situación –a pesar de la mentalidad jerárquica y centrada en la edad de la sociedad.

Apoyo y educación social
Junto con el clamor de las víctimas de #MeToo, otros mostraron su apoyo con expresiones de #WithYou (Contigo), tanto en la red como en las calles. Los actores también expresaron su apoyo [24], y los líderes políticos siguieron el ejemplo.

El 26 de febrero, cuando la policía llevó a cabo la primera detención de un agresor señalado por el movimiento, el presidente Moon Jae-in pidió a las fuerzas de seguridad [25] que «investigaran activamente» las acusaciones de acoso sexual.

Aproximadamente una semana después, el 7 de marzo, un día antes del 110º Día Internacional de la Mujer [26], Lee Sung-ho, presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Corea, realizó una declaración #WithYou [27], a la que añadió que la comisión aumentaría las investigaciones de anteriores miembros por acoso sexual basado en el desequilibrio de poder.

Mientras tanto, el movimiento #MeToo también está educando al pueblo. Los debates públicos han destacado que las víctimas cuyas identidades fueron reveladas no deberían estar sujetas a abusos secundarios o terciarios. Se han propuesto [28] pautas para la cobertura mediática de estos asuntos. Después de todo, estos testimonios no son historias para contar, se trata de experiencias de la vida sufridas por seres humanos reales.

Ha pasado más de un mes desde que el testimonio de Seo Ji-hyun desencadenara el #MeToo en Corea. El volumen de relatos explosivos ha sentado las bases y creado un momento para el cambio. Queda por ver cómo actuará el movimiento, pero hay motivos para la esperanza. Los coreanos han visto el poder del pueblo. El recuerdo de la vigilia en la plaza Gwanghwamun de Seúl [29] durante muchos sábados y la reciente destitución de la presidenta Park Geun-hye [30] en marzo de 2017 permanecen frescas en la mente del pueblo.

El mensaje, tanto entonces como ahora, era un llamamiento por una Corea mejor. Solo que esta vez tiene la forma de #MeToo y #WithYou.