Defensores de derechos LGBTQI dan señal de alarma de cara a las elecciones presidenciales en Costa Rica

Fotografía de Julieth Méndez. Usada con permiso.

Dos periodistas, dos Alvarados, se disputarán la presidencia de Costa Rica en las urnas el próximo 1ro de abril. La competencia en las urnas es estrecha y para los defensores de los derechos humanos y de la comunidad LGBTIQ, los riesgos ligados a una presidencia liderada por una figura religiosa, que sería el caso de ganar Fabricio Alvarado, son muchos.

Fabricio Alvarado, del Partido de Restauración Nacional (PRN), quien además es salmista y cantante de música cristiana, consiguió pasar a la segunda ronda, para sorpresa de muchos, con un 24,91%​ de los votos válidos emitidos.

Alvarado representa la vertiente más conservadora en el escenario político costarricense. En la campaña para la primera vuelta centró su programa de gobierno, entre otras cuestiones, en el rechazo a la educación sexual vigente en instituciones escolares del Estado y en general a la llamada «ideología de género«, un concepto que circula entre los círculos políticos más conservadores y que rechaza la idea de que el género sea socialmente construido.

Una de las propuestas de la campaña de Alvarado que más alarma a las redes de grupos feministas de Costa Rica es, por ejemplo, la de convertir el Instituto de la Mujer, de corte ministerial, en el «Instituto de la Familia».

¿Una amenaza a los derechos de la comunidad LGBTQI?

La contienda electoral costarricense tuvo además como contexto los resultados de la Opinión Cosultiva (OC 24/17) a la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 2016. La OC 24/17 arrojó que el Estado tiene la obligación de garantizar ciertos derechos individuales vinculados con las parejas del mismo sexo y la construcción personal de la identidad de género.

Como parte de su campaña Fabricio Alvarado se habría pronunciado en contra de la Opinión Consultiva, lo que le ganó el apoyo de los grupos más conservadores y religiosos del país.

Las consecuencias del debate tienen ya efectos reales para la comunidad LGBTI. De acuerdo con la organización Frente por los Derechos Igualitarios, las denuncias por agresiones verbales y físicas a personas sexo-diversas se han multiplicado a partir de la pugna electoral.

En la edición dominical del 3 de febrero, el periodista independiente Diego Delfino alertó en su medio en línea la gravedad de la propuesta de Fabricio Alvarado de sugerir la posibilidad de desconocer a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (o Corte IDH) sobre la base de los derechos que busca proteger. Para Delfino, la posición de Fabricio Alvarado constituye una amenaza a los avances en materia de derechos humanos

Todo lo que se nos aplaude y reconoce en el exterior por la abolición del ejército se vendría al suelo si nos convirtiéramos en un país que desconoce la Convención Americana sobre Derechos Humanos firmada en 1969 [… Imaginen aquel escenario de bochorno global, Costa Rica, coqueteando con la Edad Media y pidiendo entrada en los rincones más oscuros del fundamentalismo que aún subsisten en el planeta.

Fabricio Álvarado, quien comenzara su vida pública dentro de la comunidad evangélica y afirmara querer un gobierno laico «pero no sin Dios» está también al centro de varias polémicas, entre ellas prohibir a sus diputados electos dar declaraciones a los medios de comunicación y evitar él mismo debates y entrevistas con la prensa. Así lo relata la activista Julia Ardón en comunicación directa con Global Voices:

Fabricio deja de asistir a los debates donde estaba confirmada su asistencia y anuncia un equipo económico «de lujo», un «dream team» con lo más selecto de la banca privada, economistas neoliberales, sin una propuesta sólida pero claramente comprometido con privatizaciones y el desmantelamiento del Estado de Bienestar, al mismo tiempo que denota un desdén absoluto por el respeto de los derechos humanos y los compromisos sociales del gobierno.

Alianzas políticas y ciudadanas que buscan hacer contrapeso

Ante lo que muchos ven como la posibilidad de que grupos considerados como fundamentalistas lleguen al poder, y a tan solo una semana de la primera ronda, surgieron distintas iniciativas que no habían tenido lugar antes en el país. De esta manera, el primer encuentro de la «Coalición por Costa Rica» aconteció el 10 de febrero y fue convocado por estudiantes y jóvenes de diferentes partidos, así como participantes sin afiliación política alguna.

El objetivo común de la Coalición es el de apoyar la candidatura del PAC y a Carlos Alvarado, cuyo programa de gobierno toma en cuenta los derechos humanos referidos referidos a las personas LGBTQI a pesar de que un número importante de la población en Costa Rica rechace la idea del matrimonio igualitario.

Por su parte, el partido de izquierda Frente Amplio llamó, el 5 de febrero, a votar contra el candidato del PRN. A lo anterior se suma que varias personalidades de la política costarricense, como el exministro de Educación liberacionista, Leonardo Garnier, se hayan pronunciado a favor de manera explícita al programa de gobierno de Carlos Alvarado.

La también liberacionista, exministra de Salud, María Luisa Ávila, sin querer adherirse al Partido de Acción Ciudadana, confirmó que votará por Carlos Alvarado para apoyar su candidatura en la segunda vuelta:

Es que lo que tenemos es una balanza y hay que decidirse. En mi caso, lo hice por Carlos, que tiene experiencia y una postura moderna en derechos humanos. Creo que es un muchacho que tiene la oportunidad de demostrar que aprendió de errores de su propio partido. […] Además, esto no es una adhesión al PAC, es solo apoyo para esta segunda ronda.

El fundador del Partido de Liberación Nacional Enrique Obregón expresó su preocupación por el nivel de la contienda y lo estrecho de la decisión a la que se enfrentan los votantes:

Tenemos un pastor protestante que emergió de la nada, con un partido político inexistente y que, de pronto (pretendiendo gobernar desde la religiosidad) cuenta con un apoyo popular inesperado. Y del otro lado, a un joven que apenas ha comenzado a hacer pinitos en la política, con un partido de cierta tradición pero con un gobierno sumamente cuestionado, presidido por un señor que nunca había sido de ese partido y a quién le cayó del cielo el cetro de presidente. Este es el hecho concreto al que se aboca la ciudadanía costarricense sin otra alternativa, sin otra posibilidad.

De todas las alianzas y adhesiones, la más sonada ha sido la del excandidato presidencial Rodolfo Piza, del Partido Unión Social Cristiana. Piza firmó, el jueves 8 de marzo, un acuerdo para establecer un gobierno nacional con el PAC, según informa el diario La Nación:

Carlos Alvarado puede ayudarnos a garantizar un gobierno para todos los costarricenses y a garantizar el respeto a sus derechos y el respeto a la igualdad y a la equidad (…). Pude haber dejado que todo siguiera su curso, pero mi participación en política es un ejercicio de responsabilidad»,

Varias encuestas han revelado que Fabricio Alvarado podría ganar las urnas el próximo primero de abril. Sin embargo, el último análisis venido de la Universidad de Costa Rica da empate técnico: Carlos Alvarado 41%, Fabricio Alvarado 39%.

Los esfuerzos actuales, en particular dentro de los sectores jóvenes y progresistas, se concentran en combatir la abstención que durante la primera ronda alcanzó un 34%.

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