Se acercan las elecciones, el Parlamento está disuelto, ¿la ley de noticias se convertirá en un «arma política» en Malasia?

Periodistas, activistas y políticos protestan contra la suspensión de una revista que publicó sobre un escándalo de corrupción que involucraba a importantes funcionarios gubernamentales en 2015. Imagen de Sham Hardy en Flickr (CC BY-SA 2.0)

El Parlamento de Malasia aprobó la ley “contra las noticias falsas” el 3 de abril, a pesar de la preocupación de que la ley se usará para silenciar a la oposición y los críticos antes de las elecciones generales (GE14), a realizarse el 9 de mayo.

Tras la aprobación de la ley, el primer ministro, Najib Razak, disolvió el Parlamento el 6 de abril, otra acción vista como parte de una estrategia para asegurar su propia reelección.

La coalición gobernante de Malasia se encuentra en el poder desde la década de 1950. Sin embargo, hechos recientes despertaron la duda sobre su permanencia en el poder. El primer ministro se vio relacionado con varios casos de corrupción que podrían disminuir las oportunidades electorales de su partido. Entre estos se incluyen acusaciones de haber tranferido mas de dos mil millones de ringgit malasios (aproximadamente USD $700 millones) desde la empresa estatal de desarrollo económico 1MBD a su cuenta bancaria personal, noticia muy difundida por los medios locales y denunciada por el partido gobernante.

Malasia es el primer país de Asia en aprobar una ley contra noticias falsas, aunque ya se han considerado leyes similares en Filipinas y Camboya. Más de 11 000 personas firmaron peticiones en línea en contra de la ley malasia.

El Gobierno insiste en que la nueva ley es necesaria para combatir las noticias falsas y proteger la reputación de personas inocentes. Sin embargo, varios grupos sostienen que la ley podría poner en peligro a la libertad de expresión y otras libertades civiles.

La ley define las noticias falsas como «noticias, información, datos e informes total o parcialmente falsos, ya sea en forma de artículos, elementos visuales, audios o cualquier otra forma posible de expresar palabras o ideas».

Para críticos de la ley, esta definición es muy imprecisa y las autoridades fácilmente pueden abusar.

A quienes se declare culpables de publicar noticias falsas podrían enfrentar una pena de hasta seis años y una multa de hasta 500 000 ringgit malasios (USD $129 000).

Aplicaciones de terceros, administradores de sitios web y moderadores de foros en línea también son considerados responsables si no eliminan rápidamente noticias falsas que se suban y distribuyan en sus plataformas.

La ley permite que cualquiera solicite a un tribunal local que se elimine contenido falso. Si el tribunal falla a favor del demandante, la orden se notificará por medio de su publicación en las redes sociales del acusado.

El Gobierno puede acelerar la solicitud para eliminar contenido falso si este involucra un asunto de orden público o seguridad nacional.

Incitar y financiar la publicación de noticias falsas también está penado por la ley. La redacción de esta parte de la ley puede estar sujeta a extensas interpretaciones, para incluir la suscripción a sitios web de noticias e incluso iniciativas colaboración colectiva.

Además, la ley pretende procesar a personas y empresas que promuevan noticias falsas sobre Malasia, aunque el acusado se encuentre dentro o fuera del país.

Eric Paulsen del grupo local Abogados por la Libertad describió la ley como «el fin de la libertad de expresión y los medios en Malasia»:

It is an extremely vague Bill: it does not clearly define the malicious falsehood required for the offence, the severity of the ‘fake news’ required before attracting criminal culpability, or the defences that are open to persons accused of publishing ‘fake news’.

Es un proyecto de ley extremadamente impreciso: no define de forma clara la falsedad maliciosa que se requiere para la ofensa, la gravedad de las «noticias falsas» que se requiere antes de culpar a alguien o la defensa que se permite a una persona acusada de publicar «noticias falsas».

Le preocupa que la definición demasiado imprecisa de noticias falsas que estipula la ley podría penalizar completamente el trabajo de periodistas e investigadores:

This Bill threatens to make a mockery of this cornerstone of our democratic rights by declaring all news regardless of the content, whether it is serious or trivial, that are wholly or partly false as a crime, unless of course the authorities determine otherwise.

Este proyecto de ley amenaza con transformar en objeto de burla a este pilar de nuestros derechos democráticos al declarar deilto a todas las noticias, independientemente de su contenido, ya sea serio o trivial, que sean total o parcialmente falsas, a menos que las autoridades determinen lo contrario.

George Varughese del Colegio de Abogados de Malasia compara el amplio alcance de la ley con leyes relacionadas con el terrorismo y la cataloga como «exageración legislativa»:

Sensitivities about the reputation of Malaysia by way of negative comments and criticisms can now be attacked through an extremely wide extra-territorial application of the proposed legislation, putting this in the same category as international terrorism, cross-border corruption, money-laundering, and trafficking in persons. While this issue should not be ignored, the proposed broad-based law to criminalise the dissemination of news amounts to legislative overkill.

La sensibilidad sobre la reputación de Malasia por comentarios negativos y críticas ahora se puede atacar por medio de una aplicación extraterritorial extremadamente amplia de la legislación propuesta, lo que pone en la misma categoría del terrorismo internacional, corrupción transfronteriza, lavado de dinero y la trata de personas. Aunque este asunto no se debe ignorar, la amplia ley propuesta para penalizar la difusión de noticias equivale a una exageración legislativa.

Varios analistas también aseguran que el Gobierno puede abordar el problema de noticias falsas por medio de la revisión de sus leyes de calumnia, injuria y difamación.

Maria Chin Abdullah, anterior presidenta del movimiento Bersih («Reforma») y candidata independiente de las próximas elecciones generales, advirtió que se podría usar la ley como un «arma política» del partido gobernante contra la oposición:

With GE14 looming, the passing of the bill becomes even more harmful as it aims to put fear into members of the opposition whose role in politics is to question the government on issues of policy and governance.

[…]

It does appear however that the Anti-Fake News Bill is yet another dressed-up political weapon to pacify dissenting voices and it should be retracted if Malaysia is ever to become a model of a democratic nation.

Con las inminentes GE14, la aprobación de la ley se hace más peligrosa, ya que pretende atemorizar a los miembros de la oposición, cuyo rol en la política es cuestionar al gobierno en temas de leyes y gobernabilidad.

[…]

Sin embargo, pareciera que la propuesta de ley contra las noticias falsas es otra arma política más disfrazada para calmar a las voces en contra y se debería retractar si Malasia pretende convertirse en un modelo de nación democrática.

La ONG Suaram cree que la urgencia por aprobar la ley refleja la desesperación del partido gobernante:

The ruling party was rendered powerless to defend itself against legitimate criticism and news detrimental to its political survival and seek to have a new law with arbitrary reach to clamp down on freedom of expression with the guise of criminalizing ‘fake news’.

El partido gobernante fue despojado de todo poder para defenderse contra las legítimas críticas y noticias perjudiciales para su supervivencia política y trata de tener una nueva ley con alcance arbitrario para tomar medidas drásticas contra la libertad de expresión disfrazado de medida para penalizar las «noticias falsas».

Grupos de sociedad civil lamentaron la falta de participación pública en la elaboración de la ley:

Any efforts to genuinely tackle the spread of misinformation online must be approached in a transparent, consultative manner and avoid broad criminal restrictions on speech.

Cualquier esfuerzo por detener realmente la difusión de información errónea en línea debe abordarse de forma transparente y consultativa y evitar amplias restricciones criminales a la expresión.

La Organización para Combatir la Corrupción y el Favoritismo le recordó al Gobierno que promover la transparencia es un factor importante para derrotar a las noticias falsas:

…the bedrock that dispels disinformation is government transparency. If the government operates on an information framework, instead of one premised on secrecy, and produces information proactively according to open data principles, fake news itself will be greatly mitigated.

…los cimientos que dispersan la desinformación es la transparencia del Gobierno. Si el Gobierno actúa en un marco de información, en vez de uno en el que prime el secretismo, y genera información de forma proactiva de acuerdo a los principios de datos abiertos, las mismas noticias falsas se mitigaran en gran cantidad.

La Alianza de la Prensa del Sureste Asiático (SEAPA, por sus siglas en inglés) asegura que la ley amenaza tanto a los medios masivos de comunicación como al periodismo independiente:

It’s a bit sad that the issue of fake news is now being used by politicians in the region against the media to target independent journalism. At its core, ‘fake news’ is a governance problem, as these are produced to mislead the public by pretending to be real news. Real journalists do not produce fake news. They do, however, make mistakes, and they correct these mistakes as part of responsible journalism.

Es un poco triste que el tema de las noticias falsas ahora lo utilicen los políticos de la región contra los medios para amenazar al periodismo independiente. En esencia, las «noticias falsas» son un problema del Gobierno, ya que se producen para engañar al público al hacerse pasar por noticias reales. Los verdaderos periodistas no crean noticias falsas. Sin embargo, sí cometen errores y los corrigen como parte del periodismo responsable.

Pero no todos están preocupados por la aprobación de la ley.

Salleh Said Keruak, ministro de Comunicaciones y Multimedia de Malasia, escribió en su blog sobre la importancia de la ley. También aclaró que no será el Gobierno sino los tribunales quienes decidirán por medio de un proceso legal independiente si un contenido en particular es una noticia falsa. Instó a las personas a no tener miedo a la ley:

To be properly informed is the very least that the Malaysian people deserve. The opposition and some of the media outlets that support them seem to disagree. They may prefer, spin, smears and outright lies – but the Government will continue to fight for the truth.

The only people who need to be afraid of our Anti-Fake News Bill 2018 are not those who convey honest opinions, and report conscientiously and truthfully according to proper journalistic protocols. No, the only people that need to be afraid are those that broadcast or pass on fake news – or lies, to you and me.

Lo mínimo que merece el pueblo de Malasia es estar correctamente informado. La oposición y algunos medios de comunicación que lo apoyan parecen no estar de acuerdo. Quizás prefieren las confusiones, los rumores y mentiras descaradas —pero el Gobierno continuará peleando por la verdad.

Los únicos que deben tener miedo a nuestro proyecto de ley contra las noticias falsas del 2018 no son quienes expresan opiniones honestas e informan concienzuda y honradamente de acuerdo a protocolos periodísticos apropiados. No, los únicos que deben tener miedo son quienes transmiten noticias falsas —o mentiras, a ti y a mi.

Azalina Othman Said, ministra del Departamento del Primer Ministro, sostiene que la ley no frenará la libre expresión. También explicó la razón de condenar a una pena de larga duración a los acusados de violar la ley:

The bill is of a deterrent nature, to give a clear message that each individual should be responsible for the sharing of true and healthy information…The bill will also give a clear message that the government will not compromise in the matter of dissemination of fake news that can undermine public order or national security, and will continue to ensure that national security is preserved.

La propuesta de ley es de una naturaleza disuasiva, para entregar un mensaje claro de que cada uno debería ser responsable de difundir información sana y verdadera… La propuesta de ley también entregará un mensaje claro de que el Gobierno no se comprometerá en la difusión de noticias falsas que puedan afectar el orden público o seguridad nacional y continuarán asegurando que se preserve la seguridad nacional.

El bloguero Rocky's Bru quiere que el Gobierno revise algunos aspectos de la ley, pero también cree que beneficiará a los periodistas:

If anyone were to benefit, it will be these media organisations, whose job it is to always verify the news that it sends out. I believe that fake news has, to quite a great extent, damaged the credibility of traditionally-trained journalists.

Si alguien se beneficiara, serán los medios de comunicación, que tienen como trabajo verificar las noticias que publican. Creo que las noticias falsas, hasta cierto punto, han dañado la credibilidad de los periodistas formados tradicionalmente.

Se acercan las elecciones y pronto se sabrá si estas garantías que sostienen funcionarios del Gobierno o si las preocupaciones de las sociedades civiles resultan ser válidas.

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