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Indonesia en alerta máxima de seguridad tras cadena de explosiones en Java Oriental

Categorías: Asia Oriental, Indonesia, Guerra y conflicto, Medios ciudadanos, Política, Últimas noticias

Vista panorámica de Surabaya del usuario Everyone Sinks Starco [1] de Flickr, con licencia CC By-Sa.

La gente está asustada, confundida y furiosa por el brote de violencia que se ha producido en Surabaya ─la segunda ciudad de Indonesia─ y sus alrededores, con ataques suicidas en tres iglesias cristianas el domingo 13 de mayo que provocaron 14 muertos y decenas de heridos.

Ese mismo día, a unos 30 Km, la bomba casera de un vendedor ambulante de comida explotó accidentalmente [2] en una vivienda social, matando a la esposa del vendedor y a su hija mayor, e hiriendo a sus otros tres hijos. El hombre, que según la policía estaba montando varios explosivos, fue abatido a tiros por fuerzas antiterroristas.

En la mañana del lunes 14 de mayo, una familia de cinco miembros [3] montados en motocicletas se hicieron detonar [4] en la entrada de un puesto de control en los cuarteles de la policía de Surabaya, en un ataque que mató a cuatro terroristas y dejó a cuatro policías y seis civiles en estado crítico. Uno de los niños de la familia de suicidas, de 8 años, resultó herido pero sobrevivió a las explosiones.

En respuesta a estos ataques, la policía anunció una alerta de máxima seguridad en todo el país [5].

Daesh (ISIS) reivindicó las explosiones en las iglesias de Surabaya, capital de la provincia de Java Oriental. Las iglesias son Gereja Kristen Indonesia (GKI) Diponegoro, presbiteriana, Gereja Pantekosta Pusat (GPP) Surabaya, pentecostal, y Gereja Santa Maria Tak Bercela (María Inmaculada), católica.

La policía indonesia identificó a Dita Oepriarto, padre de cuatro hijos, como autor intelectual de los ataques. También se cree que era el cabecilla en Surabaya de Jemaah Ansharut Daulah (JAD), grupo que ha jurado lealtad al líder de Daesh Abu Bakr al-Baghdadi y a su organización, que el Gobierno de Estados Unidos ha catalogado como terrorista [6].

El jueves 10 de mayo, apenas unos días antes, la policía indonesia consiguió controlar un motín carcelario [7] en Depok, ciudad de Java Oriental, en el que intervinieron cientos de reclusos, donde muchos pertenecen a JAD. Los líderes de la revuelta fueron finalmente trasladados a la prisión de alta seguridad de Nusa Kambangan.

La policía cree que los ataques de Surabaya podrían ser una represalia [8] de JAD por la decreciente presencia de Daesh en el mundo y los arrestos de sus cabecillas.

‘Que no haya odio ni violencia en el corazón de la gente’

Cientos de ciudadanos de Surabaya acudieron a la Cruz Roja indonesia [9] con la intención de donar sangre para las víctimas de los ataques. También se produjo una oleada de condolencias por las víctimas de la violencia.

Mis más sentidas condolencias a las víctimas de los ataques a las iglesias de Surabaya. No sé lo que ha sucedido realmente, pero espero que todo el mundo esté a salvo.

Me entristece la pérdida de seres queridos, mis condolencias a sus familias. Un acto cobarde y sin sentido, la religión está para hacernos mejores, no para destruir.

Las dos principales organizaciones musulmanas del país, Nahdlatul Ulama y Muhamadiyah, ofrecieron sus condolencias a las familias de los fallecidos y condenaron los actos.

Y en un comunicado de prensa [16], el Consejo Indonesio de Iglesias (PGI) pidió a Iglesias y congregaciones que confíen plenamente en que el Estado cumplirá con su deber. También hizo un llamamiento a las Iglesias y al público para no difundir rumores y no «combatir la violencia con más violencia». El papa Francisco habló de la necesidad de «reconciliación y fraternidad» tras los ataques:

El papa ha dicho: «A Indonesia y a los cristianos de Surabaya, pedimos al Señor de la Paz que cese esta violencia, que no haya odio ni violencia en el corazón de la gente, sino reconciliación y fraternidad.

El presidente Joko Widodo, que acudió a Surabaya [24] pocas horas después de que se produjeran los desgarradores sucesos, hizo un llamamiento a la calma y pidió la vigilancia y la unidad del país frente al terrorismo.

En los medios sociales, algunos indonesios se hicieron eco de la petición de solidaridad:

Antes de convertirnos en musulmán, cristiano, budista o hindú, seamos HUMANOS, ¿de acuerdo? Llegamos al mundo como hermanos, y ahora debemos andar de la mano, no uno delante del otro. Mis sinceras condolencias a las víctimas de los ataques de Surabaya.

¿Una legislación más severa podría haber evitado los ataques?

Indonesia posee la mayor población musulmana del mundo, la mayor parte de la cual practica un islam moderado. No obstante, crece la preocupación por la influencia de grupos nacionales y extranjeros que promueven agresivamente interpretaciones intolerantes, e incluso violentas, de la religión.

Un reciente sondeo sobre la intolerancia entre estudiantes [27], realizado por la Fundación Wahid, centro de investigación y empoderamiento social de Yakarta que apoya un islam plural y pacífico, dio como resultado que un 60 % de los 1626 encuestados de todo el país estaría deseando acudir a zonas de conflictos si tuvieran la oportunidad, y el 68 % consideraría participar en la guerra santa en el futuro.

El supuesto perpetrador de los tres ataques a iglesias, Dita Oepriarto, podría haber utilizado a su esposa y sus cuatro hijos (dos chicos adolescentes y dos niñas) para llevar a cabo los asaltos. El jefe nacional de la policía, Tito Karnavian, dijo que la familia era una de las muchas que volvieron de Siria después de luchar con Daesh.

Algunos dicen que las actuales leyes antiterroristas [28] indonesias son un problema, porque no permiten que la policía detenga a sospechosos a menos que haya un peligro inminente o cuando los ataques ya se han producido. Tampoco incluyen un proceso oficial de «desradicalización» para los que han vuelto de Siria. Mohammad Guntur Romli, periodista convertido en político, reivindicó la necesidad de aprobar nueva legislación:

La familia que atacó las iglesias de Surabaya eran «exalumnos» de Siria. Con la actual ley de terrorismo, los que se unieron a Daesh no pueden ser procesados. Pertenecían a JAD, así que estaban a salvo. Solo se les puede procesar si hacen una bomba y llevan a cabo el ataque. Necesitamos una reglamentación gubernamental en lugar de la ley antiterrorista.

¿Los funcionarios tienen datos de los exalumnos de Saeh en Siria e Iraq? Estoy seguro de sí. Si no, ¿cómo identificaron tan rápido a quienes pusieron bombas en tres iglesias en Surabaya?
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Unos 500 exalumnos de Daesh que volvieron de Siria e Irak circulan ahora libremente sin ser detenidos o sometidos a un proceso de desradicalización. Una familia consiguió volar tres lugares. Esto es un estado de emergencia que exige la aprobación de una reglamentación gubernamental en lugar de la ley antiterrorista.