Plagadas de transgresiones, primeras elecciones libanesas en nueve años traen resultados decepcionantes para los independientes

Voluntarios con la lista «Kollouna Watani» esperan los resultados en su oficina central. Domingo, 6 de mayo de 2018. Foto del autor.

El domingo 6 de mayo de 2018, los ciudadanos libaneses que viven en el Líbano votaron por un nuevo Parlamento en sus primeras elecciones desde 2009. Las elecciones tuvieron poca concurrencia (49.2 %), enfrentamientos entre partidos durante y después del día de las elecciones, y miles de acusaciones de fraude electoral.

Los ciudadanos libaneses debían votar en 2013, pero el Parlamento del país extendió su propio periodo tres veces desde 2009, por la ‘situación de seguridad’ (en referencia a la guerra en la vecina Siria), antes de crear una nueva ley electoral para informar de las elecciones de 2018.

La nueva ley electoral se basa en proporcionalidad y representación religiosa, lo que quiere decir que los escaños se dividen igualitarimente entre musulmanes y cristianos en el Líbano, país con diversidad religiosa.

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Según los defensores, esto alentaría la participación democrática, aunque una concurrencia menor al 50 % deja a muchos preguntándose qué tan bien resultó.

Miles de infracciones

LADE (Asociación Libanesa para Elecciones Democráticas) registró miles de infracciones electorales, como los casos donde voluntarios de los partidos estaban detrás de las cabinas de votación mientras los electores emitían su voto, en clara violación al derecho de un voto privado.

Otro video supuestamente muestra votos que se llevan de urnas de sufragio a un destino desconocido, bajo los ojos vigilantes de un soldado. En Trípoli, al norte del Líbano, se grabó a un responsable del Movimiento Futuro que da dinero a seguidores del partido, lo que llevó a sospechas de que se recompensó a los votantes con dinero.

Además, LADE denunció 222 casos de intimidación o coerción contra los electores dentro o cerca de los centros de votación, 11 casos de compra de votos, y 34 casos de violencia dentro o cerca de los centros de votación.

La Asociación Libanesa de Transparencia (LTA), división local de Transparencia Internacional (TI), registró conflictos de interés debido al hecho de que entre los candidatos están 16 ministros del actual gabinete libanés. Entre ellos está el ministro del Interior y Municipalidades, directamente involucrado en la gestión del proceso electoral.

LTA y TI propusieron reformas electorales urgentes:

call on the government of Lebanon to significantly improve transparency around campaign financing and regulations, including communicating about relevant spending ceilings for each district, publishing financial reports and account information from candidates running for office and making the voting results from every polling station publicly available. Furthermore, LTA calls on the government of Lebanon to prohibit incumbent government ministers from running for future Parliamentary elections.

Llamamos al Gobierno del Líbano a mejorar significativamente la transparencia en torno al financiamiento y regulaciones de de campañas, que incluya comunicar topes de gastos pertinentes para cada distrito, publicar reportes financieros e información de cuentas de candidatos que postulen a un puesto y que los resultados de las votaciones de cada lugar de sufragio esté disponible para el público. Además, LTA pide al Gobierno del Líbano prohibir que los ministros en ejercicio postulen a futuras elecciones parlamentarias.

Resultados confusos y echados a perder

El Ministerio del Interior se demoró en publicar todos los resultados, incluidos los votos de candidatos perdedores. Los resultados finales se publicaron en el sitio web del ministerio el viernes 11 de mayo, cinco días después de las elecciones.

Esto generó confusión para algunas coaliciones, como la lista de Kollouna Watani (KW), que representa lo que se llama ‘sociedad civil’ en el Líbano, grupo diverso no vinculado a partidos sectarios gobernantes.

Joumana Haddad, candidata parlamentaria, en una protesta contra los resultados de las elecciones en el Primer Distrito de Beirut. Foto del autor.

Joumana Haddad, candidata de KW que postulaba el Primer Distrito de Beirut para el «escaño de las minorías», anunció su victoria después de que KW y otros representantes de otros partidos contaran los votos preliminares y anunció que había obtenido el escaño.

Al día siguiente, aún sin resultados oficiales, se anunció a otro candidato como ganador tras un segundo proceso de conteo.

Según representantes de Kollouna Watani, se desalojó a los delegados de una habitación donde se contaban las cédulas de votación, debido a un error técnico no especificado.

Testigos de Kollouna Watani confirman lo que ya se dice en medios sociales: es decir, se reconoció que tenían dos escaños en Beirut, hasta que surgió un problema técnico’, desalojaron a sus delegados de la habitación y cuando regresaron, Joumana Haddad ya no tenía escaño.

En entrevista a la televisora privada ‘Al Jadeed’, Gilbert Doumit, otro candidato de KW, denunció que el Ministerio del Interior llevó una urna electoral a la misma habitación de donde los desalojaron. Las urnas electorales no deben ser trasladadas por el Ministerio del Interior y se deben contar directamente en un centro de cómputo en Beirut.

Manifestante sostiene una bandera con arcoíris que dice «Joumana es parlamentaria». Joumana Haddad está abiertamente a favor de los derechos LGBTQ+. Foto del autor.

Cerca de mil personas protestaron frente al Ministerio del Interior el lunes 7 de mayo, contra los resultados y en protesta por las miles de infracciones.

Algunos portaban carteles que decían ‘Joumana es parlamentaria’. La protesta se convirtió en plantón y bloqueó una de las principales vías de Beirut, que conecta el primer distrito con el segundo. Eso duró por horas y terminó pacíficamente.

Un día después de la protesta, Haddad anunció en su página de Facebook que pretende apelar los resultados oficiales.

Tensión entre partidos

A pesar de la fuerte presencia militar y de las Fuerzas de Seguridad Interna, hubo enfrentamientos y disputas en todo el país.

En Beirut, partidarios de Hezbolá de Hassan Nasrallah y Movimiento Futuro de Saad Hariri se enfrentaron, ambos gritaban lemas sectarios. En Zahle, al este del Líbano, seguidores de Samir Geagea de las Fuerzas Libanesas atacaron a voluntarios de candidatos independientes. En Bint Jbeil, ciudad al sur del Líbano, representantes de Kollouna Watani también denunciaron acoso de parte de miembros de partidos dominantes.

Esto se extendió a partidos nominalmente aliados. En Nabatieh, seguidores del partido Movimiento Amal de Nabih Berri atacaron un convoy del Partido Comunista Libanés. En teoría, los dos partidos son aliados.

Las tensiones crecieron al día siguiente de las elecciones. Personas en patinetes con banderas de los movimientos Hezbolá y Amal celebraron con recorridos por algunos barrios donde su presencia es mínima, donde se sabe que hay muchos seguidores de Movimiento Futuro.

Corearon lemas como «Beirut es ahora chiíta», pues los candidatos de Hezbolá también fueron elegidos en el segundo distrito de Beirut, tradicionalmente un bastión de Movimiento Futuro encabezado por Hariri, musulmán suní y actual primer ministro. También los grabaron poniendo una bandera de Hezbolá en la estatua de Rafik Hariri, ex primer ministro (y padre del actual primer ministro), cerca de donde lo asesinaron. Esto se consideró como un acto provocador, pues Hariri era abierto opositor al régimen sirio, que Hezbolá y Amal apoyan.

Pronto hubo represalias y partidarios de los partidos opositores (sobre todo Movimiento Futuro) atacaron al grupo. Estos pequeños enfrentamientos se convirtieron en caos y hubo disparos ocasionales, pero el Ejército, en gran alerta, intervino y pronto se restableció la calma en Beirut.

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