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Serbia calla ante la devastación del patrimonio cultural de sus regímenes populistas

Categorías: Europa Central y del Este, Macedonia, Serbia, Arte y cultura, Derechos humanos, Historia, Ideas, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política

Algunos objetos fueron conservados. Estos soportes de testigo, de la Carrera de Relevos de la Juventud en Yugoslavia, están ahora en exhibición junto al mausoleo de Josip Broz Tito, en Belgrado. Fotografía de Ellery Biddle, usada con permiso.

Živko Brković, historiador de arte serbio, fue objeto de amenazas que asoció a una serie de ataques físicos y un robo — todo debido a su esfuerzo de conservar las obras de arte serbias del pasado.

Por muchos años, Brković exigió respuestas al actual gobierno serbio con respecto a la supuesta mala administración de las obras de arte del Estado. Quiere que Serbia asuma la responsabilidad por la «privatización» o «desaparición» de las colecciones de museo que ocurrieron en la década de 1990, durante la administración del expresidente serbio Slobodan Milošević [1].

El periódico Danas publicó un relato [2] de presiones que enfrentó Brković, que recibió llamadas telefónicas a horas de la noche para que «dejara de mencionar a Vučić [presidente de Serbia], tras publicar una carta pública sobre la mala administración de la propiedad estatal, que incluyó transformar museos en residencias para funcionarios.

Tras la denuncia, lo único que la policía hizo fue aconsejarle que cambiara su número de teléfono:

Tuit: Amenazas contra el historiador de arte Živko Brković, autor del libro “Šumanović i naša fašizofrenija“, por los textos que publicó en «Danas».
Enlace: Atacado por criticar al régimen.

Brković sufrió un ataque tras promocionar su crítica Šumanović i naša fašizofrenija (Šumanović y nuestra Fascisofrenia) en la Feria del Libro de Belgrado, en octubre. Delincuentes desconocidos entraron a robar en su biblioteca personal, que mantenía en la casa de su hermano, y destruyeron muchos de sus ejemplares sin vender.

En su opinión, su «pecado» más grande fue seguir recordándole al público serbio sobre la mala administración de su patrimonio cultural, cuyo dueño es el Estado y que heredó de la antigua Yugoslavia. Durante el reino de Milošević, un complejo de museos en el área de Dedinje [6] se transformó en residencias para su familia. Los tres museos del área contenían miles de artefactos históricos invaluables del país y obsequios que recibió el presidente yugoslavo, Josep Broz Tito, de Gobiernos de otras naciones.

Después de la caída de Milošević en octubre del año 2000, el gobierno democrático, que asumió el poder brevemente, colocó en exhibición fotografías de 500 obras de arte presuntamente «perdidas». No obstante, tras el asesinato del primer ministro progresista Zoran Đinđić [7] en 2003, los cómplices de Milošević volvieron a posicionarse en cargos de poder, por lo que la represión del patrimonio cultural continuó.

En una declaración realizada para el periódico Danas, Brković enfatiza que el actual presidente Vučić fue el ministro de Información durante el régimen de Milošević, y que sus socios cercanos y aliados políticos también ocuparon cargos oficiales importantes:

Ja sam pre svega stručnjak koji to radi i voli, i ne mogu da ćutim na krađe umetničkih stvari pred očima javnosti. Savest mi ne dozvoljava da ćutim. Ne postavljaju se kapitalna pitanja, koliko čega je bilo u Vili „Mir“ i koliko je i gde eksponata nestalo. Tu biblioteku, iz koje je rukopis Gorskog vijenca otišao na Cetinje, niko nikad ne pominje – kaže Brković i dodaje da bi odgovorne u aktuelnoj vlasti trebalo tužiti najpre domaćim a zatim i međunarodnim sudovima.

Por encima de todo, soy un experto que ama su trabajo y no puedo permanecer callado con respecto al robo de las obras de arte que ocurre a plena vista del público. Mi conciencia no me lo permite. Eluden las preguntas cruciales, sobre el inventario de los artefactos en [el antiguo museo] Villa «Mir» (paz), cuántos había y a dónde desaparecieron. Nadie menciona su biblioteca, que albergaba el manuscrito de Gorski Vijenac, que dejó para [la ciudad de] Cetiña.

Además, añadió que a las personas responsables que están ahora en el poder «deben demandarlas en un tribunal nacional y luego en uno internacional».

En un texto titulado [Sr.] Vučić, devuélvanos nuestros museos [8], Brković indicó:

Sada se vi u toj vili sa svojim gostima šepurite, šetate, uživate odvojeni visokim zidom od eventualnog nekrofilnog zadaha obližnjeg mauzoleja. Nije vas briga gde je monumentalni antički mozaik s kompozicijom lova, gde je sfinga iz Egipta, bronzani šlem iz 7. veka pre nove ere – pokloni kraljeva i vladara Grčke, Egipta, Nepala, Rusije… Bivši muzej je otet, zazidan, a misterija nestalih eksponata nerazrešena. Podsećamo da je na Dedinju, gde je nekad bila strogo zabranjena gradnja privatnih objekata, to odjednom dozvoljeno privilegovanim biznismenima i političarima. Tu je među prvima sagrađena vila Arkana Ražnatovića koja u stilu, eklektici svakog od sedam-osam spratova kopira megalomanska fašistička zdanja Musolinijeve ere.

Ahora utiliza la villa para jactarse, pavonearse y disfrutar con sus invitados, apartado del posible olor necrófilo proveniente del mausoleo [9] contiguo. A usted no parece importarle en qué parte del mundo se encuentra el antiguo mosaico monumental con escenas de cacería, la esfinge de Egipto, el casco de bronce del siglo VII a.C. — todos los obsequios de los gobernantes de Grecia, Egipto, Nepal, Rusia… Robaron el antiguo museo, levantaron un muro y el misterio de los artefactos desaparecidos continúa sin ser resuelto. Permítame recordarle que construir edificios privados estaba prohibido en el área de Dedinje, no obstante, lo permitieron de manera repentina para los hombres de negocios y políticos privilegiados. Entre los primeros en beneficiarse de esta decisión gubernamental fue [el criminal de guerra y personalidad del crimen organizado] Arkan Ražnjatović [10], cuya mansión de 7-8 pisos imita, en su estilo y eclecticismo, los edificios fascistas y megalómanos de Mussolini.

El populismo ‘como siempre’, con consecuencias a largo plazo

El caso de Brković es tan solo un ejemplo entre muchos que neutralizan el pensamiento libre en Serbia, donde el populismo influenció a una frágil democracia. Este país está, como muchas otras naciones del centro y este de Europa, dirigido por partidos de derecha afiliados al Partido Popular Europeo (PPE) [11] y se beneficia de la influencia del partido Fidesz- Unión Cívica Húngara [12], aliado conservador húngaro.

En lugar de conservar el patrimonio real, ese Gobiernos suelen invertir en crear una versión revisionista de la historia, y producen nuevos artefactos que presentan como prioridad.

Por ejemplo, en la vecina Macedonia, la contraparte de Vučić en el PPE, Nikola Gruevski [13] (2006-2017) invirtió cientos de millones de dólares del dinero de los contribuyentes para imponer una política de «convertir en antigüedad», cuyo objetivo es probar la «ascendencia» cultural, política y genética directa del imperio de Alejandro Magno [14] (336-323 a.C.).

Esta política revisionista del «renacimiento nacional» incluyó proyectos plagados de corrupción que proporcionaron enormes sobornos a los funcionarios del partido gobernante y oligarcas afiliados. Consistió en invertir fondos públicos en la adquisición de cientos de monumentos nuevos y edificios [15] a través del proyecto Skopie 2014 [16], filmar docenas de ‘documentales’ prejuiciosos a nivel ideológico [17] mediante el Servicio de Transmisión Pública Macedonio y establecer control casi total de la comunidad académica.

De manera similar, Vučić provoca sentimientos nacionalistas serbios al promover cada vez más a la dinastía Nemanjić [18] de la época medieval (1166-1371). En los primeros meses de 2018, la cadena nacional de televisión pública comenzó a emitir una novela/melodrama histórico [19] sobre la dinastía. Las autoridades anunciaron sus planes [20] de construir un nuevo complejo monumental dedicado al emperador Stefan Nemanja [21].

El anuncio del nuevo complejo en Belgrado, similar al plan Skopie 2014 en 2009, [22] presentó una maqueta en tercera dimensión del plan [23]:

Vamos a tener –o quizá no debería mencionarlo de inmediato – vamos a adquirir un nuevo monumento… dedicado a Stefan Nemanja.

Algunos usuarios de medios sociales manifestaron sus inquietudes, y señalaron similitudes entre el enfoque del actual régimen serbio y el antiguo régimen macedonio:

¿Ya vieron el futuro monumento a Stefan Nemanja? ¿Han ido a Skopie? La Fiscalía Especial de Macedonia está llevando a cabo varias investigaciones en contra de Gruevski –pero eso no reparará a Skopie, a la que transformó en una ciudad de mal gusto. Esto también le pasaría a Belgrado, a menos que las investigaciones comiencen antes de la construcción.

Las autoridades serbias también planean realizar otras obras públicas, como fuentes y una noria (parte del plan Skopie 2014 [28] que se encuentra detenido [29] y tiene un costo aproximado de 20 millones de euros [30] o 23 millones de dólares).

En Belgrado planean construir fuentes, una noria, góndolas, gimnasios al aire libre, complejos de entretenimiento. Como en la Antigua Roma, denle a la plebe [32] algo de pan y circo [33].

En 2017, Macedonia logró librarse de su régimen populista respaldado por Rusia tras una crisis política severa, no obstante, aún padece las consecuencias conflictivas de su gobierno. Mientras tanto, en Serbia, Vučić trata de lidiar con su afiliación tradicional con Rusia y el panorama de unirse a la Unión Europea, algo que cuenta con el beneplácito de la juventud y la población urbana.

La reciente victoria de Vučić en las elecciones locales de Belgrado [34] consolidó aún más su poder. Esto desencadenó una nueva ola de pesimismo e incluso apatía entre los representantes restantes de la libertad de prensa y la sociedad civil en Serbia.

El caso del historiador de arte Živko Brković demuestra que algunos temas de interés público fueron declarados de manera no oficial como temas tabú, en particular los que exigen rendición de cuentas a regímenes cada vez más autoritarios.