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¿Quiénes son los prisioneros políticos de China? Estudio de los derechos humanos, 29 años después de Tiananmen

Categorías: Asia Oriental, China, Hong Kong (China), Derechos humanos, Etnicidad y raza, Libertad de expresión, Medios ciudadanos, Protesta, Religión
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«Aviso policial: Prohibido distribuir pensamientos u objetos dañinos». Cartel en tibetano, chino e inglés a la entrada de una cafetería en la ciudad de Nyalam (Tíbet), 1993. Foto de John Hill. CC BY-SA 3.0.

Escrito por Pong Lai

Se cumplieron 29 años de la sangrienta represión en la plaza de Tiananmen. El 4 de junio de 1989, el Ejército chino abrió fuego repetidamente contra los manifestantes del movimiento estudiantil que exigía libertad de expresión y reformas políticas que desterraran la corrupción y el gobierno de partido único.

En ese momento, la Cruz Roja china estimó en 2700 los civiles muertos, pero otras fuentes citan cifras mucho más altas. Un documento confidencial del Gobierno de Estados Unidos que fue desclasificado en 2014 informa que un recuento interno chino colocaba el número de fallecidos en 10 454. Más recientemente se ha desclasificado un informe escrito por el entonces embajador británico en China que, citando [2] una fuente del Consejo de Estado chino, calculaba una cifra mínima de 10 000 civiles muertos.

Además, las autoridades detuvieron a cientos de personas en relación con las protestas de la plaza de Tiananmen. Pero no fueron los primeros presos de conciencia en entrar en las cárceles chinas, y no han sido los últimos. En el aniversario de las protestas, muchos recuerdan a los que han acabado en prisión por expresar sus opiniones.

No hay registro oficial de cuántos presos políticos hay en China: el Gobierno chino niega que existan.

No obstante, la Base de Datos de Prisioneros Políticos [3] de la Comisión Ejecutiva del Congreso de Estados Unidos sobre China (CECC), que ha estudiado casos en este país desde 1981, proporciona importantes detalles sobre la situación. Cotejar estos datos con la historia política China de las tres últimas décadas también nos ayuda a componer un panorama más claro del estado de los derechos humanos en el país.

¿Quiénes son los prisioneros políticos de China?

La CECC define así «prisionero político»:

an individual detained for exercising his or her human rights under international law, such as peaceful assembly, freedom of religion, freedom of association, free expression, including the freedom to advocate peaceful social or political change, and to criticize government policy or government officials.

Persona detenida por ejercer sus derechos humanos amparados por la ley internacional, como la asamblea pacífica, libertad de religión, libertad de asociación, libertad de expresión, incluidas la libertad de reivindicar cambios sociales o políticos pacíficos, y de criticar las políticas de Gobierno o a los funcionarios.

La base de datos recoge 9116 casos de prisioneros políticos en China continental entre 1981 y 2018. No obstante, la Comisión solo comenzó a registrar casos en 1987, por lo que el número real [4] puede ser mayor de lo que muestran los registros.

La mayoría de los prisioneros de la base de datos han sido puestos en libertad, pero se cree que más de mil [5] seguían tras las rejas en 2017.

Al observar sus perfiles, se aprecia que había más hombres que mujeres entre los prisioneros (figura 1).

Figura 1. Distribución por sexos de los prisioneros políticos de China de 1981 a 2017. Los datos utilizados en el gráfico proceden de la Base de Datos de Prisioneros Políticos de la Comisión Ejecutiva del Congreso de EE.UU. sobre China.

Cerca de la mitad de los que siguen prisioneros (4012) son tibetanos. Con una población de solo seis millones de tibetanos en China, cuya población total sobrepasa los mil millones de personas, el número de detenidos tibetanos es desproporcionadamente alto.

Solo la mitad aproximadamente de los registros incluyen información de la edad del prisionero en el momento de su detención. Según los datos disponibles, el prisionero político más joven tenía solo 6 años cuando fue arrestado, y el mayor tenía 84 años. Cerca del 65% fueron detenidos cuando tenían entre 20 y 45 años (figura 2).

Figura 2. Edad de los prisioneros políticos de China entre 1981 y 2017 en el momento de su detención. Los datos utilizados en el gráfico proceden de la Base de Datos de Prisioneros Políticos de la Comisión Ejecutiva del Congreso de Estados Unidos sobre China.

Disidentes y represión en Tíbet

La figura 3 muestra el número de prisioneros políticos detenidos cada año, y los acontecimientos que causaron su detención. Se aprecian varios picos significativos.

Figura 3. Número de detenidos por motivos políticos en China por año, señalando los momentos históricos más importantes. Los colores corresponden a la figura que ejercía el poder en China en ese momento: rosa para Deng Xiaoping, amarillo para Jiang Zemin, verde para Hu Jintao y azul para Xi Jinping. Los datos utilizados en el gráfico proceden de la Base de Datos de Prisioneros Políticos de la Comisión Ejecutiva del Congreso de Estados Unidos sobre China.

El primer pico se produjo en 1989 durante la época de Deng Xiaoping [6] (en rosa), y corresponde a la represión en la plaza de Tiananmen, el 4 de junio de 1989.

Los dos picos siguientes, en 1993 y 1995 respectivamente, están relacionados con un aumento de la represión de los disidentes políticos [7] en Tíbet, foco de un movimiento independentista. La figura 4 muestra que a partir de 1987 comenzó a incrementarse el número de tibetanos detenidos.

En 1993 se produjeron en Tíbet 44 manifestaciones independentistas, y se detuvo a unos 400 tibetanos. En 1994 hubo unas 19 manifestaciones, y el número de prisioneros políticos tibetanos creció hasta 628. Según el informe de un alto funcionario del Ministerio de Justicia chino, de enero de 1995, 200 de los 800 tibetanos detenidos fueron declarados culpables de «delitos contrarrevolucionarios».

Figura 4. Prisioneros políticos de China por grupo étnico. Los datos utilizados en el gráfico proceden de la Base de Datos de Prisioneros Políticos de la Comisión Ejecutiva del Congreso de Estados Unidos sobre China.

El dalái lama, que vive en el exilio, está considerado el líder político y espiritual del Tíbet. En 1995 reconoció la undécima reencarnación del panchen lama [8], una de las figuras más importantes del budismo tibetano. No obstante, el comité gubernamental de búsqueda eligió otra persona de su propia lista, y el Gobierno chino puso en «custodia protectora» a Gedhun Ghoekyi Nyima, quien había sido reconocido como panchen lama por el dalái lama. Cientos de religiosos de ambos sexos [9] fueron detenidos por no reconocer al panchen lama elegido por Pekín.

El cuarto pico se produjo en 2008, cuando China se preparaba para celebrar los primeros Juegos Olímpicos en ese país. Ese año hubo un gran número de protestas, sobre todo en el Tíbet [10] (figura 4). Los tibetanos aprovecharon el momento de atención internacional para manifestarse contra las políticas económicas [11] chinas y el desarrollo [12] que ha provocado inflación, contaminación medioambiental y expropiaciones de tierras en la región. El férreo control ideológico de Pekín en el Tíbet, donde el sistema educativo enseña a los tibetanos a condenar al dalái lama [13] y jurar lealtad al Gobierno chino, también ha sido un elemento de discordia.

La agitación provocó una airada respuesta por parte del Gobierno. Según el informe anual de trabajo de 2009 [14] del Tribunal Supremo Popular Chino, el número de casos acusados de «poner en peligro la seguridad del estado» aumentó de 460 en 2008 a 760 en 2009. La base de datos de la CECC estima en 1220 el número total de prisioneros de 2008 y 2009.

Figure 5. Causa principal de detención de los prisioneros políticos de China. Los datos utilizados en el gráfico proceden de la Base de Datos de Prisioneros Políticos de la Comisión Ejecutiva del Congreso de Estados Unidos sobre China.

Religión, política y opinión

El pico de 1999 a 2002 se debe sobre todo a la represión del grupo religioso Falun Gong (figura 5) y de partidos políticos.

El Gobierno chino comenzó a reprimir la práctica pública de Falun Gong a mediados de la década de 1990. En 1999, unos 10 000 seguidores de Falun Gong se concentraron cerca del complejo del Gobierno central en Pekín para exigir su reconocimiento legal. La manifestación terminó con la detención de al menos 111 miembros del grupo, según un informe de Human Rights Watch [15].

En 1998, un grupo de activistas a favor de la democracia intentó registrar un nuevo partido político denominado Partido Demócrata de China [16]. Varios de estos activistas fueron arrestados o tuvieron que exiliarse.

El aumento de prisioneros políticos entre 2009 y 2010 puede deberse al movimiento Carta 08 [17], promovido por el premio Nobel de la paz Liu Xiaobo y suscrito por cientos de intelectuales que piden reformas políticas y garantía de los derechos humanos.

También se observa un incremento del número de detenciones en 2014 y 2015, probablemente relacionadas con la Revolución de los Paraguas [18] y la represión contra abogados de derechos humanos [19] del 9 de julio de 2015 (en azul en la figura 3). Durante la Revolución de los Paraguas, más de 200 ciudadanos de China continental [20] fueron detenidos por expresar su apoyo a este movimiento, y el 9 de julio de 2015, unos 300 abogados y activistas de derechos humanos fueron arrestados e interrogados.

Arrestos domiciliarios

Se dice que la base de datos indica cantidades menores de prisioneros políticos porque algunos no están en celdas de prisiones normales, sino en «cárceles negras [21]» clandestinas sin juicio.

El padre de Xiaodan Wang es seguidor de Falun Gong, y ha estado 15 años encarcelado. Durante su declaración [22] en una vista de la CECC sobre las condiciones de vida de su padre, Wang dijo:

When he finally made it home it was to video surveillance and neighborhood watch programs. Police regularly visited and on “sensitive days” he was advised to stay home and out of sight. By no means had he truly returned to a normal life.

Cuando finalmente volvió a casa, fue bajo programas de vigilancia por video y vecinal. La policía lo visitaba regularmente y en «días delicados» se le aconsejaba quedarse en casa y no dejarse ver. Ni de lejos volvió a su vida normal.

«Programas de vigilancia vecinal» similares se han aplicado a conocidos activistas perseguidos como Hu Jia [23].

Durante décadas, las autoridades chinas han detenido a personas por pedir derechos humanos como la libertad de expresión y de religión. Son monjes tibetanos, seguidores de Falung Gong, estudiantes, abogados y sobrevivientes de la masacre de la plaza de Tiananmen. Su valor y su visión de una sociedad mejor los han llevado a la cárcel. Pero no los olvidaremos.