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Un refrigerador, una tetera y una granja. Abundan las metáforas en complicada elección presidencial de Turquía

Categorías: Medio Oriente y Norte de África, Turquía, Censura, Elecciones, Medios ciudadanos, Periodismo y medios, Política

Presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan. Imagen tomada [1] del servicio de prensa presidencial ruso. Con licencia para ser reutilizado.

El domingo 24 de junio, los votantes turcos irán a las urnas para elegir a un nuevo presidente. Son cinco los candidatos que enfrentan al actual presidente y favorito, Recep Tayyip Erdogan, para un mandato de cinco años [2].

Mientras vuelan las chispas en una campaña que se lleva a cabo cuando el país está a punto de iniciar su tercer año en estado de emergencia, el trasfondo de humor político flota sobre una ola gigante de temor político.

Normalmente, las campañas electorales deberían representar las promesas y visiones de un determinado candidato o partido. Pero estos son tiempos de prueba para la democracia turca, y estas elecciones no son nada ordinarias.

El país ha estado bajo estado de emergencia por casi 24 meses luego del fallido intento de golpe de Estado de julio de 2016, que el Gobierno atribuyó a la sociedad secreta –apodada el Estado dentro del Estado [3]– encabezada por Fethullah Gulen, archirrival del presidente Erdogan.

El presidente Erdogan, candidato por el gobernante Partido Justicia y Desarrollo (AKP), ha estado en el poder desde 2002, y ejerció como primer ministro por más de una década antes de ser elegido presidente en 2014.

Los dos años que siguieron al fallido golpe de Estado de 2016 se han visto marcados por represión a la oposición política, la prensa libre y hasta publicaciones en medios sociales.

El servicio civil ha dejado de lado a quienes percibe como opositores, igual que el Ejército, el Poder Judicial y el sector and académico. Wikipedia, la mayor enciclopedia en línea colaborativa del mundo, está bloqueada [4] en el país.

Con ese trasfondo, no es de sorprender que a los rivales de Erdogan para la presidencia se les está haciendo difícil dejarse oír por el electorado de más de 60 millones de votantes, incluidos el millón y medio de nuevos electores que acaban de cumplir 18 años.

A su vez, Erdogan he negado que la generosa cobertura [5] que ha recibido su campaña de la cadena nacional y otros medios masivos favorables al Gobierno en el actual estado de emergencia constituya una ventaja.

“Denme un ejemplo, ¿dónde y qué campaña bloqueó el estado de emergencia?”, preguntó [6] a mediados de junio, en una conferencia en su pueblo natal de Güneysu en Rize, en la región del mar Negro, al norte de Turquía. En esa misma ocasión, insinuó que el estado de emergencia podía ser dejado sin efecto luego de las eleeciones.

Es ampliamente conocido que, como principal generador de noticias, el presidente Erdogan está determinando el discurso en torno a las elecciones.

Sim embargo, sus opositores han sido rápidos en devolverle sus palabras. Además de dar un alivio cómico a una pesada atmósfera política, estos intercambios ofrecen importante información de lo que realmente importa en estas elecciones para Erdogan, sus tres principales contendores y los electores turcos.

¿Vaciar el refrigerador? Este es el más cercano rival de votos de Erdogan

El candidato que probablemente Erdogan debería enfrentar directamente si las elecciones tuvieran una seguda vuelta es un profesor de Física convertido en parlamentario de Yalova, ciudad a 94 kilómetros de Estambul, en el oeste de Turquía.

Ingenioso y carismático, Muharrem Ince enfatiza en sus discursos sus modestos orígenes como pastor, aparentemente en un intento deliberado de distanciarse de la base del partido secular y elitista que lo nominó, el Partido Popular Republicano (CHP).

Muharrem Ince en campaña. De la cuenta oficial de Instagram [7] de Ince.

A Ince lo consideran un líder potencialmente unificador, pero está por verse su desempeño entre los votantes kurdos, donde el partido ha sido débil históricamente.

Aunque no tiene el perfil nacional de Erdogan, las tácticas electorales de Ince han sido impresionantes, y ha expuesto la afición del presidente por las metidas de pata y otros errores.

En un ejemplo destacable, Erdogan usó el aumento de compras anuales de refigeradores en Turquía desde que su partido está en el poder como indicador de progreso económico bajo su mando. Ince no perdió tiempo para responder, lo que causó que buzdolabı, refrigerador en turco, fuera tendencia [8] en Twitter en turco:

Erdogan en una manifestación en Sakarya, ciudad industrial a 154 kilómetros de Estambul: “¿Cuántos refrigeradores se vendieron (en 2002)? ¡1,088,000! ¿Cuánto ha aumentado desde ese tiempo? ¡3,107,000! Esto significa que (la gente no es) pobre. Si hoy hay refrigerador en cada casa –aleluya– el bienestar debe estar en todas partes.

Ince a Erdogan: El refrigerador ha existido desde hace 40 años. ¡Tú lo has dejado vacío!

La réplica de Ince fue significativa, pues Erdogan espera una victoria en primera vuelta y depende de cómo evalúa el electorado su administración de la economía tambaleante. Antes, AKP solamente podía depender de significativo respaldo de la comunidad empresarial, además de la base electoral, socialmente conservadora que forma el núcleo de apoyo de su partido.

Pero mientras el PIB per cápita de Turquía se ha triplicado a $10,883 en los 16 años que AKP ha estado en el poder, según últimas estadísticas oficiales [15], la economía ha estado vulnerable en muchos frentes [16]. Además, la firme depreciación de la lira turca contra el dólar ha causado la disminución de los ingresos reales desde inicios de 2018, mientras el partido recibe constantes críticas por reinvertir dinero público en costosos proyectos de construcción, y los críticos se han quejado de que la corrupción está generalizada.

El ave enjaulada que sigue trinando

Tal vez el candidato menos usual en las elecciones turcas sea Selahattin Demirtas, uno de los líderes y candidato presidencial del Partido Popular Democrático (HDP), de izquierda con apoyo kurdo, que postula desde una celda en prisión.

Está encarcelado sin juicio desde mayo de 2016, y hacia mediados de junio pudo hablar [17] en transmisión nacional solamente una vez y durante los 10 minutos asignados a cada candidato como parte de la campaña.

No obstante, ha interactuado con los electores con la etiqueta #DemirtasaSoruyorum [18] (#LePreguntoADemirtas), y de vez en cuando logra llegar al mundo exterior con tuits desde una cuenta que administran sus abogados.

Imagen tomada [19] de la página oficial de Selahattin Demirtas en Instagram.

La actividad de Dermitas en Twitter no les cabe en la cabeza a los funcionarios de la prisión. En septiembre de 2017, los guardias registraron su celda, con la esperanza de encontrar la computadora desde donde creen que tuitea.

Obviamente, no pudieron encontrar un tuit en la celda. Solamente hay una tetera para (hacer) té, y llegaron a la conclusión de que no se puede tuitear desde ahí.

La tetera que Demirtas tiene prisión se ha convertido en un símbolo de la libre expresión, y le hace compañía a los refrigeradores en cronologías de medios sociales antes de las elecciones. En el mismo flujo de tuits tras el registro, Demirtas se burló de Erdogan por «tenerle miedo al pajarito de Twitter» y le aconsejó que «no sembrara maíz».

Famosa tetera de Demirtas – imprssión del artista. Tomada [21] de la cuenta oficial de Dermitas en Instagram.

Con 45 años, Demirtas es el candidato más joven de los postulantes a la presidencia, y de lejos el más hábil en conectarse con los jóvenes. Cuando Erdogan cuestionó sus «calificaciones» para postular, puesto que está en prisión, Dermitas replicó:

Mira, esta vez estoy de acuerdo contigo, Erdogan. Por ejemplo, tienes que tener diploma universitario para ser candidato a la presidencia. Pero, nadie ha visto el tuyo hasta ahora. Entendemos mis calificaciones, son las tuyas las que están en duda.

¿La loba que no será domada?

Más ambigua en términos de su relación con AKP y Erdogan es Meral Akşener, experimentada política nacionalista y ex ministra del Interior del Partido Movimiento Nacionalista (MHP), que rompió filas con gran éxito para formar el Buen Partido en octubre de 2017.

Imagen tomada [24] del sitio web oficial de campaña de Meral Aksener.

A Aksener la llaman Asena (loba), y acusa a Erdogan y AKP de haber convertido las agencias estatales en una «granja» [25] para sus partidarios. Ha prometido dejar libres a los mencionados entes en su ambiente natural en caso de ser elegida.

El equipo de jóvenes activistas de Aksener también ha sido muy efectivo en línea.

A inicios de junio, compraron anuncios en Google para promocionar un cuarto gratuito [26] en el palacio presidencial de Erdogan –otro proyecto financiado con dinero público considerado como una extravagancia– por cada búsqueda que incluya los términos “AKP” y similares.

Algunos sospechan que Aksener ladra pero no muerde, y que asumirá un buen cargo político si Erdogan –que necesita respaldo nacionalista en el Parlamento– gana como se espera. No obstante, por ahora, la única candidata de la contienda canta una tonada diferente.

En su canción de campaña “Vuelve tu cara hacia el sol”, jóvenes denuncian la actual situación en el país, y se quejan: “Todos se han quedado mudos / Extraño hablar claro”.