Desde 2015, al menos 42 ugandesas han sido secuestradas, mutiladas o asesinadas dentro y fuera de Kampala, la capital de Uganda. La mitad de estos crímenes tuvieron lugar durante tres meses en 2017. Algunos cuerpos tenían evidencias de una violencia sexual salvaje.
La ola de asesinatos, cuyos detalles macabros guardan mucha similitud, han horrorizado al país. El motivo de estos crímenes no está claro, si bien la brujería es una de las teorías principales. Aún queda pendiente que las autoridades presenten cargos contra un sospechoso, por lo menos.
Cansadas de vivir atemorizadas, las mujeres de Uganda se vieron obligadas a hacer algo al respecto.
El 30 de junio de 2018, Women’s Protest Working Group (WPWG, por sus siglas en inglés), con el apoyo de feministas de otros países, llevaron a cabo una manifestación pacífica en Kampala para reclamar por el aumento preocupante en los secuestros y asesinatos que tienen como blanco a las mujeres en Uganda.
And so I March. To remember them, they were not given any justice and no one was held accountable for their gruesome deaths. But I recognize them. I think about them, the families and friends they left behind with no closure, but fear and anger. #WomensMarchUG pic.twitter.com/r3ZQc6zXhW
— SHANINE (@sha9ne) 29 de junio de 2018
Y, por lo tanto, marcho. Para recordarlas, no se hizo justicia y no hay nadie responsable de estas muertes macabras. No obstante; las reconozco. Pienso en ellas, en los familiares y amigos que dejaron aquí sin una posibilidad de cierre, sino con miedo y enojo.
En la marcha, a la que asistió Global Voices, la doctora Stella Nyazi, líder del WPWG, dijo a la multitud que las mujeres buscan de intervenciones claves, como justicia para las familias de las víctimas y, además, reclaman acciones concretas para enfrentar la violencia contra las mujeres. La activista Patricia Twasiima leyó a continuación los nombres de las 42 mujeres asesinadas.
Previamente, la policía intentó bloquear la protesta con el argumento de que los problemas que motivaban la manifestabación ya habían sido resueltos luego de que el presidente Museveni se dirigiera a la nación para informar sobre su plan de diez pasos para restablecer la seguridad en Uganda.
En una carta, el comisionado de policía declaró:
This serves to inform you that the intended demonstration to raise awareness, express displeasure about the spate of killings and kidnap of women/girls cannot be allowed to go on as scheduled.
Mediante la presente, se les informa que la manifestación que tiene por objetivo crear conciencia y expresar su malestar sobre la serie de asesinatos y secuestros de mujeres/muchachas no puede llevarse a cabo tal como se había planeado.
Las mujeres estaban decididas a continuar con la manifestación de todas formas:
We will no longer settle for speeches, thought and prayers, from the police force and government funded with taxpayers’ money. Its time for action so join us tomorrow at Centenary Park as we demand for answers to the unanswered questions #WomensMarchUg#WomenLivesMatterUG pic.twitter.com/VBXQznIy3Q
— #WomensMarchUg (@AAssimwe) 29 de junio de 2018
Ya no nos vamos a conformar con discursos, buenos pensamientos y oraciones de las fuerzas policiales y el Gobierno, que se mantienen gracias a nuestros impuestos. Es hora de actuar, por lo que mañana los esperamos en el Centenary Park para reclamar respuestas para las preguntas pendientes.
El intento de restringir la protesta desencadenó más apoyo por parte de los ugandeses, como los periodistas, y tanto hombres como mujeres se comprometieron a participar.
El escritor Daniel Kalinaki escribió un artículo de opinión en el periódico Daily Monitor, que circuló en Twitter y en la que explicó los motivos por los que se uniría a la protesta:
So I will be at the march. With my daughter. We will hold hands and walk, unarmed and peacefully, along with others. I want her to love her country and learn, as a young African woman, to stand up and speak up. When she grows up she, and others like her, will be the saviours of the broken, the beaten, and the damned. Welcome to the Black Parade – and I hope the police are smart enough not to stain it blood-red.
Voy a estar en la marcha. Con mi hija. Vamos a tomarnos de la mano y a caminar, sin armas y en forma pacífica, junto con los demás. Quiero que ame su país y aprenda, como joven africana, a defenderse y dar su opinión. Cuando crezca, con otras muchachas como ella, serán las salvadoras de los destrozados, abatidos y malditos. Bienvenidos al Black Parade (N. del T.: en alusión a la canción de My Chemical Romance). Y espero que la policía tenga la inteligencia suficiente para no teñir el día de rojo.
El periodista televisivo Mujuni Raymond también manifestó su intención de unirse a la protesta:
I have been to the murder crime scenes of atleast 13 women, I have seen the gruesome nature their lives have been ended. It's inhuman to only offer hope and prayers. Action must be taken.
Like @kalinaki I will join the #WomensMarchUG not as a reporter but as a citizen.
— Mujuni Raymond (@qataharraymond) 29 de junio de 2018
He visto la escena del crimen de 13 mujeres, por lo menos. He visto la naturaleza macabra en la que se puso fin a sus vidas. Es inhumano ofrece tan solo esperanza y oraciones. Hay que tomar cartas en el asunto.
En última instancia, la policía cedió a la presión. La marcha de las mujeres siguió reglas estrictas impuestas por las fuerzas policiales.
Esta es la primera protesta pacífica por parte de activistas desde que se aprobó la controvertida ley sobre el manejo del orden público en 2013, que otorga al inspector general de la policía un criterio amplio para permitir o prohibir las multitudes. Las protestas anteriores a la aprobación de la ley finalizaron en disturbios.
The women of Uganda have proved that protests don't have to be violent. #WomensMarchUG #FreedomofExpression pic.twitter.com/hxLneO6wkZ
— Kweeta (@KweetaUganda) 30 de junio de 2018
Las mujeres de Uganda han demostrado que las protestas no tienen que ser violentas.
La marcha aumenta la presión sobre las autoridades para que garanticen una sociedad más segura para las mujeres, y también para que se atengan a la Constitución de Uganda y respeten el derecho de los ciudadanos a libertad de reunión.