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¿Están contentos en los países de la ex Yugoslavia con el éxito de Croacia en la Copa del Mundo? Sí.

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A collage of Croatian national team with the flags of other ex-Yu countries under the title "Here's why all former Yugoslavia should support Croatia" with a post listing dozens of things that connect these countries. Image by Stefan Simić, from Belgrade, used with permission. [1]

Composición fotográfica de la selección de fútbol de Croacia rodeada de banderas de otros países de la antigua Yugoslavia publicada en Facebook junto con una lista de cosas que los conecta. La pubilcación, que lleva por título «Por esta razón es que toda la antigua Yugoslavia debería apoyar a Croacia», receibió más de 10 000 reacciones y se compartió más de 6 000 veces. Imagen de Stefan Simić, de Belgrado, usada con autorización.

A pesar de haber quedado en segundo lugar de la Copa del Mundo de fútbol frente a Francia, la historia de éxito de Croacia resonó con los hinchas en todo el mundo –después de todo, ¿a quién no le gusta ver a un equipo no favorito derrotar a uno de los equipos más poderosos, como el bicampeón mundial Argentina?

Pero los elogios que llegaron de la región de la antigua Yugoslavia se sintieron particularmente especiales. Como único representante que logró pasar la fase de eliminación, Croacia inspiró numerosas reacciones positivas en todos los Balcanes, en desafío a la histórica tensión étnica entre naciones vecinas.

La reacción llegó, por ejemplo, de una de las celebridades más famosas de la región: el tenista serbio Novak Đoković, que selló su cuarto título de Wimbledon también el 15 de julio. A comienzos de julio, declaró a un reportero [2] que apoyaría a Croacia en la entonces próxima final del mundial:

Navijam za Hrvatsku i nadam se da će osvojiti tutulu. A ko je pravi favorit – ne znam. Svetsko prvenstvo je nepredvidivo takmičenje, ispale su Nemačka i Argentina, reprezentacije koje su na prošlom SP-u igrale u finalu.

[Ahora] apoyo a Croacia y espero que ganen el título. No sé quién es el verdadero favorito [para el título de campeón]. La Copa del Mundo es una competencia impredecible, como podemos ver por el hecho de que Alemania y Argentina, los anteriores finalistas, quedaron descalificados.

En un artículo para el periódico croata Jutarnji, el periodista local Ante Tomić señaló que el arquero croata, Danijel Subašić [3], considerado un héroe tras atajar tres penales a Dinamarca, es miembro de la minoritaria comunidad étnica serbia de Croacia.

La columna, titulada «Por eso el nacionalismo es una mierda [4]«, se compartió más de 29 000 [5] veces en Facebook.

…Diljem naše zemlje… svi su vrištali od sreće u jednoj kretenskoj zgodi da je, kraj više od pet stotina tisuća registriranih hrvatskih branitelja, domovinu obranio jedan Srbin.

Što god se dogodilo do kraja Prvenstva u Rusiji, meni je, nakon ovoga, iskreno, nebitno. Jer, Subašićeva je obrana tri jedanaesterca sama po sebi jedna velika povijesna pobjeda koja ispunjava oči suzama, to je trijumf čovječnosti nad mržnjom i glupošću. A nije zaista mogao biti bolji trenutak za to jer je Svjetsko nogometno prvenstvo, sa svim onim zastavama, himnama, dlanovima na srcu i licima našaranim ratničkim bojama, jedan prvorazredni nacionalistički događaj. Nacionalizam masu uspaljuje vjerojatno i više od igračke vještine. Više od Modrićevih driblinga i Rebićevih voleja crveni i bijeli kvadratići zaslužni su za rekordnu prodaju piva i čipsa. U takvom nepodnošljivom ludilu krvi i tla trebao nam je Danijel Subašić da se panterski baci ustranu i izbije balun u korner i neporecivo dokaže kako je nacionalizam totalno sranje.

…En todo el país… todos gritaron con éxtasis en una acontecimiento paradójico cuando, además de los más de 5 000 veternos de guerra registrados, nuestra patria fue defendida por un serbio.

Pase lo que pase hasta el final de la Copa del Mundo en Rusia, me parece irrelevante después de esto. La defensa Subašić de tres tiros de penal es una grandiosa victoria histórica que hace que se nos caigan las lágrimas, como un triunfo de la humanidad sobre el odio y la estupidez. No había mejor momento porque la Copa del Mundo, con todas sus banderas, himnos nacionales, manos sobre los corazones y rostros pintados con pintura de guerra es un acontecimiento nacionalista de primera clase. Posiblemente, el nacionalismo inflame las masas más todavía que las habilidades deportivas mostradas. Más todavía cuando el control del balón que tiene Modrić y las bombas de Rabić, los cuadrados rojos y blancos mostrados contribuyen a las ventas sin precedentes de cerveza y papas fritas. En esa insufrible locura de sangre y tierra [6], necesitábamos que Danijel Subašić saltara como una pantera y pateara el balón a la esquina y probara irrevocablemente que el nacionalismo es pura mierda.

No obstante, algunos nacionalistas serbios reaccionaron negativamente al apoyo serbio a Croacia. Según un usuario de Twitter [7], «ningún croata debería alentar a Serbia».

En respuesta, muchos en medios sociales señalaron [8] el hecho de que en agosto de 2017, los jugadores del equipo de básquetbol croata apoyaron abiertamente al equipo femenino serbio después de que llegó a las finales del Campeonato Femenino Europeo FIBA Sub-18.

En ese momento, una foto [9] de los basquetbolistas croatas con el uniforme nacional y la palabra «Serbia» pintada en sus rostros, inflamó internet.

Estos jóvenes son el futuro de Serbia y Croacia. Sin odio ni maldad, el las jugadoras de básquetbol celebran el pase se Serbia a la final del campeonato europeo.
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Cuando te enseñan a odiar a otros pueblos, echa un vistazo a estos jóvenes de Serbia y Croatia, que celebran juntos el pase de Serbia al Campeonato Europeo de menores en 2017.

Herencia compartida

Existe controversia sobre cómo la FIFA maneja el historial de cada equipo cuando los países cambian de nombre y frontera.

Por ejemplo, se considera a Rusia como el único sucesor de la victoria de la URSS [12], en perjuicio de todos los demás países exsoviéticos. De la misma manera, Serbia es el sucesor oficial de Yugoslavia [13], a pesar del hecho que la selección yugoslava tenía jugadores de todas las repúblicas que la formaban, incluida Croacia [14].

Esto contrasta con un creciente sentir de herencia compartida en todas las naciones actuales. En un artículo del diario montenegrino Vijesti [15], por ejemplo, se considera el desempeño en la Copa del Mundo como una continuación de la antigua gloria del fútbol yugoslavo. El artículo se difundió ampliamente, y llegó al entrenador croata de fútbol Mario Kos [16].

Imala je nekadašnja Jugoslavija mnogo velikih majstora, neprevaziđenih vedeta, fudbalskih ikona kojima se klanjala Evropa.

Od Montevidea 1930, preko Čilea 1962, Šekularca, Skoblara, Jerkovića i ostalih, zatim Džajićeve generacije početkom 70-ih, pa moćnog tima sa Pižonom, Šurjakom i Sušićem koji je razočarao 1982, sve do Stojkovića, Savićevića, Prosinečkog i drugova koji su penalima rasplakani u četvrtfinalu Mundijala u Italiji 1990.

Kakvih je tu bilo i trenera – od Aleksandra Tirnanića, Miljana Miljanića, Tomislava Ivića, Branka Zebeca, Todora-Toze Veselinovića, Anta Mladinića, Vujadina Boškova, sve do Ivice Osima i Ćira Blaževića.

I niko od njih, apsolutno niko, nije uradio ono što su istorijskog 11. jula 2018. godine, u Rusiji, uradili Zlatko Dalić i njegovi fudbaleri.

San generacija i generacija nekadašnje države, koja je voljela i koja se ponosila fudbalom, dosanjali su Luka Modrić, Ivan Rakitić, Mario Mandžukić, Dejan Lovren, Ante Rebić, Danijel Subašić i ostali momci koji će zlatnim slovima ostati upisani u istoriji hrvatskog fudbala.

Prestigli su čak i “vatrenu” generaciju Hrvata iz 1998. godine – Boban, Šuker, Prosinečki, Asanović, Jarni, Bilić, osvojili su bronzu na Mundijalu u Francuskoj, što je bio uspjeh za koji je malo ko vjerovao da će biti prevaziđen.

La ex Yugoslavia tuvo grandiosos maestros, grandes estrellas, íconos del fútbol respetados en toda Europa.

Desde Uruguay 1930 [17], a Chile 1962 [18], a Šekularac, Skoblar, Jerković y los demás, la generación de Đajić a comienzos de la década de 1970, y el poderoso equipo de Pižon, Šurjak y Sušić que decepcionaron en España 1982 [19], a Stojković, Savićević, Prosinečki y sus compañeros que perdieron por penales en los cuartos de final de la Copa del Mundo de Italia 1990 [20].

Tuvieron entrenadores extraodinarios también: Miljan Miljanić, Tomislav Ivić, Branko Zebec, Todor-Toza Veselinović, Ante Mladinić, Vujadin Boškov, a Ivica Osim y Ćiro Blažević.

Y ninguno, absolutamente ninguno había logrado lo que el histórico 11 de julio de 2018 lograron Zlatko Dalić y sus jugadores en Rusia.

Luka Modrić, Ivan Rakitić, Mario Mandžukić, Dejan Lovren, Ante Rebić, Danijel Subašić y los otros muchachos cuyos nombres quedarán escritos en letras doradas en la historia del fútbol croata lograron cerrar el sueño de generaciones de ciudadanos del antiguo estado.

Lograron superar a la «feroz» generación de croatas de 1998 – Boban, Šuker, Prosinečki, Asanović, Jarni, Bilić, ganaron el bronce en la Copa del Mundo en Francia [21], un éxito que muy pocos creyeron que se podría superar.

Día de victorias

Con el partido de Croacia en Moscú y el de Đoković en Wimblendon, los que apoyan este nuevo espíritu inclusivo (y algunos, literalmente) realmente aprovecharon al méximo el 15 de julio.

Como saludo al equipo croata, el bloguero y escritor serbio Igor Čobanović publicó una composición con las banderas croata y serbia con una imitación de un conocido proverbio balcánico «¡que la vaca del vecino grazne!» –que significa que siempre se debe disfrutar la mala suerte del otro, aunque no sea en su propio beneficio.

¡Que la vaca del vecino graze alto y claro!
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Actuemos como seres humanos, para variar.

La actriz y productora serbian Bojana Maljević también expresó optimismo:

Lo peor para las élites políticas balcánicas es que los pueblos empiecen a alentar sinceramente a los equipos deportivos de unos y otros, que establezcan una cooperación continua en cultura y artes, y que los medios empiecen a producir programas conjuntos.

A su vez, el bloguero bosnio Srđan Puhalo se mostró pesimista:

Hermanos balcánicos, mañana no tendremos fútbol ni tenis, seguimos solos ¡¡¡con nuestro odio, nuestra pobreza y nuestra rabia!!!

El ánimo no decayó por la victoria de Francia sobre Croacia, menos todavía después de que el capitán, Luka Modrić, obtuvo el Balón de Oro como mejor jugador del mundial.

Hasta el cielo llora por Croacia hoy.
¡Se han ganado los corazones de millones en todo el mundo!
¡Modric, eres una leyenda!

Irónicamente, a su regreso a casa, la selección de Croacia desfiló por las calles de Zagreb con el neonazi Marko Perković Thompson [30], cuyos conciertos están prohibidos en varios países de Europa Occidental por promover el régimen fascista de Ustaša de la Segunda Guerra Mundial [31].

Hasta ahora, eso no parece haber disminuido toda la emoción en torno al equipo de Croacia en la región:

Thompson es su verguenza. Eso no disminuye su éxito.

Probablemente, la hazaña de Croacia resonará mucho tiempo con todos los equipos no favoritos, desde la ex Yugoslavia y más allá.