¿Una broma sobre el Mundial de Fútbol obligará a Francia a tener una necesaria conversación sobre África?

Captura de pantalla del programa Daily Show con el comediante y presentador sudafricano Trevor Noah donde afirma que la victoria de Francia es también de África.

Cuando vi los memes en mi cuenta de Twitter, sonreí. No solamente Francia había ganado la Copa del Mundo 2018, sino que la mayoría del continente africano expresó su alegría e hizo esta asombrosa hazaña deportiva un poco suya también. Como ciudadano de Madagascar y Francia, era mi momento de «haberme ganado mi trozo de pastel». El último partido fue angustioso, pues el equipo croata estaba dominando, pero al oír el silbato final, estaba deleitado de que este equipo de esforzados jugadores hubiera sido recompensado con el máximo premio.

Me di el gusto de celebrar y traté de disfrutar el momento, porque sabía bien qué era lo que seguiría. Quince de los 23 jugadores del equipo campeón de Francia tienen historias personales vinculadas al continente africano. Aunque no pensé que la controversia llegaría tan rápido.

Al comienzo, el asunto parecía trivial, pero se convirtió en un meme de internet que se difundió miles de veces en todo el mundo. Era más o menos así:

Francia ganó la Copa del Mundo y su victoria también es de África.

Mucho se ha escrito sobre esta afirmación, así que primero tratemos lo obvio.

Esta es una victoria para Francia: todos los jugadores nacieron en Francia y han expresado reiteradas veces su amor y orgullo por Francia. No hay duda al respecto. Se siente tonto tener que afirmarlo una y otra vez, pero dada la tendencia del discurso público en algunos espacios, se siente necesario (como hizo el expresidente estadounidense Obama).

Como la mayoría de memes, este se difundió como algo divertido, como lo hizo Trevor Noah. Pero al mismo tiempo, destacó una noción que Francia enfrenta —esa diversidad es una fortaleza que viene de generaciones de inmigrantes con orígenes en las antiguas colonias de Francia. Como con cualquier buena broma, la de Noah abordaba sutilmente verdades incómodas sobre Francia. Y después de eso, a Francia la broma no le pareció graciosa.

Africanidad contra francesidad

Antes del partido final, los foros franceses de extrema derecha estaban llenos de opiniones que sostenían sentir más lealtad con sus hermanos verdaderamente europeos de Croacia que con el actual equipo francés. Después de la final, un discutiblemente menos alarmante punto de vista llegó de otro lado descontento. Gérard Araud, embajador de Francia en Estados Unidos, escribió una carta a Trevor donde explica lo que significa ser negro en Francia:

Unlike in the United States of America, France does not refer to its citizens based on their race, religion or origin. To us there is no hyphenated identity. Roots are an individual reality. By calling them an African team it seems you are denying their Frenchness. This even in jest legitimizes the ideology which defines whiteness as the only way of being French.

A diferencia de Estados Unidos, Francia no se refiere a sus ciudadanos según su raza, religión u origen. Para nosotros, no hay guiones en las identidad. Las raíces son la realidad de una persona. Al llamarlo equipo africano, parece que estás negando su francesidad. Incluso en broma, esto legitima la ideología que define que ser blanco es la única manera de ser francés.

La afirmación «estás negando su francesidad» merece un examen minucioso. Kylian Mbappé, el prodigio adolescente que encabezó el ataque clínico de Francia con cuatro goles en la Copa del Mundo, descarga su identidad africana con una madurez de persona mayor:

C’est une thématique qui me tient à cœur. Même si je suis français, j’ai des origines africaines, et pour moi aider le sport africain à se développer c’est quelque chose qui me tient à cœur.  Si je peux aider à travers ma notoriété et même autre chose, je le ferai avec plaisir.

Es algo que está cerca de mi corazón. Aunque soy francés, tengo orígenes africanos, y para mí, ayudar a que el deporte africano se desarrolle está cerca de mi corazón. Si puedo ayudar con mi notoriedad y otra cosa, lo haré con placer.

El entrenador francés, Didier Deschamps, que fue fundamental para moldear a sus talentosos jugadores en una unidad cohesionada, afirmó sobre la relación del equipo con África:

It has always been the case that the French team has always had players from Africa and from other countries and territories, and not just in football but in other sports, They are all French and they are all proud to be French. But through their origins, through their childhood, they have friends, they have families in these countries so they have a certain attachment to these countries and a certain pride that these people will see them play in a World Cup Final.

Siempre ha sido el caso que el equipo francés he tenido jugadores de África y de otros países y territorios, y no solamente en fútbol, en otros deportes también. Todos son franceses y todos están orgullosos de ser franceses. Pero a través de sus orígenes, a través de su niñez, tienen amigos, tienen familias en estos países, así que tienen un vínculo con esos países y algo de orgullo de que los vean jugar en una final de la Copa del Mundo.

Es asombroso que, en 2018, alguien como el embajador Araud pueda negar la posibilidad de que una persona tenga más de una identidad, o que considere francesidad y africanidad como antagonistas. Por supuesto, Noah no estaba negando la francesidad de los jugadores, afirmaba que podían ser las dos cosas. Me temo preguntar si Araud hubiera escrito una carta similar si los jugadores hubieran tenido vínculos con España.

1998 de nuevo, y no de buena manera

Entiendo la preocupación de Araud. A juzgar por el discurso de algunos de derecha en Francia, el creciente sentir fascista desestimaría esta victoria histórica sobre la base de que los jugadores no eran «suficientemente franceses«. Esta idea de que el equipo francés era menos europeo y, por tanto, menos digna de elogios, también la expresaron editorialistas en Italia Y España. Y recientemente, el futbolista alemán Mehmet Ozil dejó la selección alemana por comentarios racistas sobre sus orígenes turcos. Así que entiendo la preocupación, pero Araud ya debería saber que no se puede parar este aumento de fascismo racionalizando sus menos repulsivos temas de conversación.

La historia también nos ha enseñado que un triunfo francés en la Copa del Mundo no hace nada para retroceder el racismo. Poco después de la euforia que siguió a la victoria anterior de 1998, Francia se vio sacudida por la victoria de Jean-Marie Le Pen sobre el favorito —y ex primer ministro— Lionel de llegar a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2002. El propio Le Pen declaró:

[The] national team was too dark and did not represent France.

La selección era demasiado oscura y no representaba a Francia.

Veinte años después de esa aleccionadora elección, Marine, la hija de Le Pen, llegó a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales de 2017, pero perdió ante Emmanuel Macron.

Macron ha felicitado a la selección, ha adoptado celebraciones de los jóvenes urbanos y ha saludado al equipo como unificador de la República Francesa, un país en donde todos son franceses, independientemente de su color, etnia o antecedentes culturales. En esta política yace la razón de las aparentemente inevitables tensiones raciales de Francia. Si se trata de ver más allá de las diferencias culturales y étnicas, la República Francesa no solamente no ha reconocido su obvia diversidad, sino que barrió debajo de la alfombra la propia fuente de esa diversidad —el pasado colonial del país.

Historia de Francia en África

Tarde o temprano, habrá que lidiar con el hecho de que, aunque la selección francesa de fútbol puede ser étnica y culturalmente diversa, la élite política de Francia no lo es. Francia no tiene estadísticas sobre participación minoritaria en la fuerza laboral, pero es dolorosamente obvio que la representación negra en la esfera pública francesa y en política es poco común.

Tal vez este segundo triunfo en la Copa del Mundo sea una oportunidad para reescribir la historia, para que Francia tenga una conversación franca sobre los orígenes de la diversidad del país y lo que significa.

El ánimo en el ambiente.

Desde inicios del siglo XX hasta cerca de 1960, Francia dominó sus colonias en África Occidental y Madagascar, pero el periodo colonial ha sido tema controvertido durante mucho tiempo. Los crímenes cometidos en Argelia, Madagascar y Ruanda, por ejemplo, siguen sin ser reconocidos como tales. Esta falta de remordimiento impide que la nación acepte totalmente su diversidad, y está indisolublemente vinculada con actuales tensiones raciales y poca diversidad en esferas donde realmente importa.

Tal vez sea difícil tener un debate honesto sobre raza y errores coloniales en África, pero debe ocurrir para que el país logre algo de cierre. Si Francia admitiera sus errores pasados, le sería más fácil aceptar su presente, un presente  compuesto de una población talentosa, joven y diversa, como su equipo de fútbol.

En cambio, el representante de la república elige discutir con comediantes sobre la composición de un equipo de fútbol. El embajador Araud es prisionero de una percepción de cómo debería ser una Francia unificada, una percepción que no logra ver africanidad y francesidad como indisolublemente vinculadas. Los miles de soldados africanos que murieron por la liberación de Francia en 1916 y en 1944 dan fe de esto.

Tal vez un tercer triunfo en una Copa del Mundo sería una solución. Tal vez después de ganar en 2022, Francia finalmente entenderá la broma y se unirá. Entonces, el mundo sabrá que ha dado los pasos necesarios hacia una sociedad más justa y unificada.

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